Memorias de los aportes argentino-armenios al surgimiento de la República de Nagorno Karabagh
El aniversario del cuarto de siglo de la creación de la República de Nagorno Karabagh (2 de septiembre de 1991) y la declaración de la nueva independencia de la República de Armenia (21 de septiembre de 1991) son acontecimientos claves que van más allá de las conmemoraciones y se las considera como un tema apasionante para la opinión púbica de nuestro medio.
En la memoria compartida por las diversas generaciones aparecen las expectativas frustradas después de los pedidos infructuosos del Catolicós de Todos los Armenios dirigidos a los jefes de las cuatro potencias aliadas en 1945, ante la inminencia de su triunfo en la Segunda Guerra Mundial.
Una década después, en abril de 1955, tanto Jorge Sarafian, en nombre de la Institución Administrativa de la Iglesia Armenia, como Raffi Mirakian, en otro documento, en nombre de un movimiento político identificado con el gobierno de entonces, difundieron fundamentadas demandas acerca del Genocidio Armenio, reivindicando la condena al genocidio impune, y las reclamaciones territoriales de Turquía.
En 1965, tanto en la Madre Patria como en toda la Diáspora, se acentuó con acciones públicas y valiosos textos el espíritu renacido de la Causa Armenia, y en 1988 el Movimiento Karabagh, florecido en la época de la perestroika, asumió en plenitud la defensa de los derechos de autodeterminación de los armenios de la entonces Región Autónoma de Nagorno Karabagh, actuando según el sistema jurídico vidente. Desde los cuatro puntos cardinales surgieron expresiones solidarias de pueblos y personalidades justicieras, grandes movimientos de opinión pública que, junto a la acción constante del Consejo Nacional Armenio, inspiraron corrientes de acciones prácticas con la consigna del Tebí Yerguir (Hacia la Patria).
Por ejemplo, recordamos el 14 de julio de 1989, cuando la audición radial La Hora Armenia festejó sus veinte años, y se planteó la necesidad de hacer una transmisión en 1993 desde Ereván. Al respecto, es muy ilustrativa la nota de Edgardo Kevorkian publicada el 26 de febrero de 2015 en el Diario ARMENIA. En abril de 1993, tuvimos el gusto de participar de ese acontecimiento de la radiofonía sudamericana, y además, ese primer viaje me permitió ser testigo de otros hechos históricos.
En París asistí a la reunión del bloque interpartidario de organizaciones comunitarias de los actos. El 23 de abril en Ereván compartí la expresión masiva del pueblo armenio, que con la nueva independencia y la satisfacción de espirar los aires de libertad en la recién liberada Artsaj, que vislumbraba con gran expectativa un futuro mejor. Junto a los compañeros viajé a Stepanakert primero, y a Shushí después, el mismo 9 de mayo, cuando tuvo lugar el gran festejo popular del primer año de la liberación de esa antigua capital del janato. Un tramo lo hice con el afamado intérprete de canciones patrióticas Sahag Sahakian y su orquesta, quienes se presentaron en Shushí. Después la actuación, ellos donaron sus instrumentos al Conservatorio.
El primer aniversario de la Liberación de Shushí
Uno tras otro se sucedieron hechos inolvidables. Desde la mañana temprano del 9 de Mayo de 1993, miles de personas se congregaron frente a la Catedral del Santísimo Salvador (Surp Amenaprguich) llamada Ghazanchetzotz en recuerdo de los benefactores de un barrio de la capital de Najicheván. Bocinas y parlantes se habían distribuido sobre la explanada ubicada frente a la catedral. El alborozo del pueblo reunido se podía percibir a cada paso. Los discursos transmitieron fielmente el valor de una nación que ha logrado recuperar sus territorios y destino usurpados. El mensaje del ahora arzobispo Barkev Mardirossian fue histórico. Los asistentes recorrían y oraban por el porvenir en la catedral, donde todavía se veían los daños causados por los bárbaros ocupantes.
Las instituciones educativas armenias que languidecían bajo la execrable opresión azerí, protagonizaron, con el apoyo de la Universidad de Ereván (fundada en 1919), se agruparon para crear una nueva alta casa de estudios: la Universidad Estatal de Artsaj. Junto a los oradores de Ereván llegados de la República hermana y de otros puntos de la nueva Artsaj, el día de la inauguración pude escuchar a Norik Tanielian, uno de los gestores de la liberación de Mardakert. El júbilo se extendía entre alumnos y profesores, invitados especiales y los llegados de la Diáspora, entre quienes me encontraba. Un grupo de estudiantes de ambos sexos, con algarabía y humor, protagonizaron un impactante pase de comedia, con frac y galera, aludiendo al acontecimiento cultural y educativo de ese día. Concluida la ceremonia, los invitados especiales asistimos a un agasajo en la Unión de Escritores de Artsaj, donde fue muy agradable el intercambio de ideas y opiniones, expresadas con el ingenio característico de los karabaghíes, comandados por el tamadá Kurkén Kaprielian, autor, entre otras creaciones, de la letra de la famosa canción “Karabaghtzín”. Recuerdo a Levón Melik Shahnazarian y su contacto radial en vivo con la Audición Gomidás, publicado en la portada del Diario ARMENIA, donde aparecieron otras notas.
La misión cultural y educativa de Hamazkaín en 1994
El movimiento por Karabagh se extendió y sigue creciendo también con entusiasmo por las colectividades de América del Sur. Viajaron delegaciones de Hai Tad, de Unión Juventud Armenia con sus filiales, de Homenetmén con scouts y deportistas, de HOM, con el cuerpo de profesionales CAMPRA, dirigidos por el Dr. Alberto Antranig Eurnekian, grupos de alumnos y egresados y se creó el Fondo Nacional Armenia. También hace poco el Conjunto de Danzas Nairí visitó Artsaj. Por primera vez, una institución encaró una misión cultural y educativa, llegando a componer un grupo de 33 personas, con socios y simpatizantes de Hamazkaín, provenientes de Córdoba, Montevideo, San Pablo y Buenos Aires. Con el auspicio de la empresa de aviación KLM, encabezada en el cono sur por Krikor Geulemerian, gerente general para Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. Gracias a su mediación logramos transportar gratuitamente 800 kilos de ayuda humanitaria, incluyendo medicinas.
Bajo la consigna Tebí Yerguir, partimos con Hamazkaín el 20 de septiembre, rumbo a la Madre Patria. En una breve escala en París, fuimos agasajados por nuestros colegas de la filial de Hamazkaín, y llegamos el 23 de septiembre a Ereván. Participamos de una función teatral dirigida por Sos Sarkissian; visitamos exposiciones de pinturas, recorrimos el Madenatarán, visitamos monumentos arquitectónicos y rendimos honores a los héroes en Ieraplur y, en la Santa Sede de Echmiadzín rendimos homenaje a Su Santidad Vazkén I. En la sede del Buró de la FRA Tashnagtsutiún fuimos recibidos por altos dirigentes partidarios, y Vahán Hovhannisian nos dio una importante clase sobre la cultura y la Causa Armenia. Visitamos la sede de HOM, de Homenetmén y la oficina de Hamazkaín. Un día singular fue el gran recital en sala de conciertos Gomidás, junto con el conjunto Dagharán, dirigido por el maestro Yervant Yerganian y con la actuación magistral de la soprano Sirán Badanian Zorian y del tenor Hagop Boyadjian, ambos de la comunidad rioplatense.
Otro momento histórico fue cuando hicimos entrega de una placa preparada de bronce, obra del afamado escultor maestro Lázaro Djibilian (exdirectivo de Hamazkaín), para ser depositada en la casa natal de Arsén Mikaelian, fundador de Unión Juventud Armenia. Participamos de un recital del Coro Varantá en Shushí, dirigido por el maestro Zakar Keshishian, del Líbano, radicado en Karabagh. Durante el viaje, mantuvimos contacto diario con las comunidades de Argentina y Uruguay, gracias a los espacios que nos facilitaba la audición armenia Gomidás de Montevideo. Esta misión fue presidida por Yervant Abadjian, vicepresidente de la comisión directiva, y coordinada por el autor de esta nota. Este primer Tebí Yerguir cultural abrió nuevas perspectivas que se continuaron de diversas formas. Recordemos que cinco años después, el teatro argentino llegó a Armenia con el Conjunto George Sarkissian de Hamazkaín, encabezado por Kalust Jensezian, tema de tapa de la Revista “Inknutiún”. Acontecimientos como éstos y muchos otros, hoy, afortunadamente, son hechos cotidianos en el quehacer comunitario.
Este pantallazo sudamericano es apenas un incompleto y modesto reflejo personal de la titánica acción colectiva de la nación armenia, años después lo vemos como el alentador antecedente de sucesivos avances que fortalecen la democracia y las expectativas de vivir en paz de un pueblo valeroso, comprometido con los derechos humanos y la convivencia entre los pueblos.
Apoyar desde nuestro legado cultural argentino-armenio, con la memoria, la verdad y la justicia, ha sido para nuestra colectividad en general, para el pensamiento de las organizaciones políticas en sus diversas expresiones, y para Hamazkaín en particular, el objetivo de su esfuerzo institucional constante.
Carlos Luis Hassassian