Florencia Zanikian: “Llevamos junto a nosotros la responsabilidad histórica de continuar la lucha…”
"Cuando en 1940 el enguer Arsén Mikaelian llegó a Sudamérica lo hizo con la misión de organizar a los jóvenes en torno a los ideales y los valores de la FRA-Tashnagtsutiún. San Pablo, Buenos Aires, Córdoba y Montevideo fueron las ciudades elegidas para desarrollar su objetivo", señaló Florencia Zanikian, actual presidenta de UJA, durante su discurso, que abrió citando las palabras de Setrag, Ará, Sarkis, Simón y Vahé antes de dejar su vida en la embajada turca de Lisboa en julio de 1983.
"Para fines de los '70 y principios de los '80, la coyuntura mundial empezó a generar en los jóvenes de UJA un acercamiento a la política. En el 65º aniversario del Genocidio Armenio empezamos a dejar el silencio para comenzar a gritar, para iniciar nuestra lucha ya no en las instituciones sino en la calle. La vuelta a la democracia en la región había despertado en aquellos jóvenes militantes la convicción, que aún hoy mantenemos, de que no existen causas más justas que otras, que los derechos humanos deben interpelarnos a todos por igual", remarcó Zanikian.
"Los '90 fueron años difíciles para nuestra organización y para nuestro partido. Mientras en Sudamérica los gobiernos populares perdían en manos del neoliberalismo, nuestra Madre Patria decidía independizarse de la Unión Soviética. Fue ahí cuando nuestra organización comprendió que debía volver. Debíamos volver a Armenia. Debíamos volver al lugar donde nunca nos deberían haber prohibido la entrada, al lugar por el que siempre trabajamos con mucho amor y convicción. Y así fue. Recordamos los viajes a la ciudad de Ketk, la participación en el referéndum de septiembre del '91, los primeros pasos en Artsaj. Luego la guerra, la proscripción nuevamente, nuestros compañeros dejando la vida en la línea de batalla, enarbolando la bandera de la FRA, llevando marcado con fuego en su corazón, Mah gam Azadutiun, libertad o muerte", agregó.
"Durante los '90, las filas de UJA en Sudamérica se discontinuaron. El contexto político de la región sumado a lo que estaba ocurriendo en nuestra Madre Patria hicieron difícil continuar con el desarrollo de la organización. Pero como toda organización que vence al tiempo, llegó la refundación. Imposible olvidar aquel campamento de Tigre en el año 2003, donde interpelando a toda la juventud nuestra organización vivió su segunda fundación".
"Llevamos junto a nosotros la responsabilidad histórica de continuar las luchas que muchos de nuestros compañeros empezaron hace años. Llevamos sobre nosotros la convicción de que no hay batallas perdidas. Tenemos que ser los protagonistas de nuestro tiempo y estar a la altura de las circunstancias. Debemos construir el legado para las generaciones venideras. Como dijeron nuestros compañeros de Lisboa, somos nosotros los que decidiremos, queda en nuestras manos", cerró.