El Papa Francisco en Turquía
Cuando hace algunos meses trascendió la noticia que el Papa Francisco, -nuestro Cardenal Jorge Bergoglio- visitaría Turquía, de inmediato comenzaron las especulaciones sobre el tenor que tendría el viaje y también –por qué no- las implicancias de su ya conocida posición respecto al crimen de lesa humanidad sufrido por el pueblo armenio.
Cuando Bergoglio se transformó en Francisco, los armenios del mundo, a partir de las noticias que recorrieron el planeta recordando el compromiso del flamante Papa con la Causa Armenia, lo consideraron un importante referente en la defensa de nuestras reivindicaciones.
Claro, en el fragor de la buena nueva todos nos aventuramos a pensar en que su posición acerca del Genocidio Armenio trascendería de nuestro medio. Y así ocurrió, en una entrevista pública con el Patriarca Nersés Bedrós XIX, líder de la Iglesia Católica Armenia, el Papa Francisco hizo mención al primer genocidio del Siglo XX. Por supuesto, cada manifestación suya es seguida con suma atención por las autoridades turcas debido a que Francisco no sólo es el Jefe de la Iglesia de Roma, sino que es una figura de brillo propio obtenido a través de su clara vocación humanista a favor de los desplazados y desposeídos.
Es por eso que su visita a Turquía ocupó los titulares de todos los medios de prensa internacionales. Y el Papa no le quitó el cuerpo a cada una de las crisis y problemas que aquejan al Medio Oriente en general y a su población cristiana en particular. Habló con Erdogan sobre el terrorismo de ISIS, rezó en la Mezquita Azul, y concelebró una misa con medio centenar de sacerdotes en la catedral del Espíritu Santo en Estambul, donde hasta se cantó un pasaje de la liturgia en idioma armenio.
También visitó en su lecho de enfermo al Patriarca Mesrob Mutafian y rezó por su recuperación. Francisco no habló del Genocidio Armenio con las autoridades turcas, pero no rehuyó responder a los periodistas que lo interrogaron al respecto. “El gobierno turco hizo un gesto; el primer ministro Erdogan escribió una carta en la fecha del genocidio, que algunos juzgaron demasiado débil. Pero fue un tender la mano, y esto siempre es positivo. Puedo tender la mano mucho o poco, pero esto siempre es positivo. A mí me importa mucho la frontera turco-armenia: ¡si se pudiera abrir esa frontera sería algo hermoso! Sé que hay problemas geopolíticos que no facilitan las cosas, pero debemos rezar por esta reconciliación entre los pueblos. El año próximo habrá muchos actos conmemorativos del Genocidio Armenio, esperemos que se vaya por una vía de pequeños gestos, pequeños pasos de acercamiento”, dijo.
Tal vez sus declaraciones no tuvieron el rigor que muchos esperaban, pero lo cierto es que se manifestó de modo diplomático acerca de la cuestión armenia, pero no dejo de describir lo sucedido como genocidio.
Francisco ya anunció la realización de una Misa de Recordación en la Basílica de San Pedro en abril próximo. Seguramente ya fue invitado a visitar Armenia y rezar en Dzidzernagapert, tal como lo hiciera el Papa Juan Pablo II en 2001. El próximo Centenario del Genocidio Armenio, seguramente tendrá al Papa Francisco entre quienes apoyarán la extensa lucha de nuestro pueblo en la búsqueda de la verdad y la justicia.
Jorge Rubén Kazandjian