Lo que pasa en la sala de profesores... ¿Pasa algo?
¿Qué podría escribirse sobre la sala de profesores, ese lugar tan tradicional y silenciado de una Secundaria?
Algunos pueden considerar que es un lugar al paso. Pero espiar nuestra sala de profesores permite descubrir una consistencia identitaria que, como dice el especialista en educación, Lic. Gabriel Brener, “diría, sin titubeos: acá hay docentes”. Es parte del puertas adentro de la escuela. Conversar, leer, corregir, descansar. La reunión es el eje del lugar y se traduce en interaprendizaje constante. Dice mucho acerca de la escuela y la calidad de Educación que ofrece.
“El café o el mate siempre esperándonos… Las charlas e intercambios con algunos profes… Extraño los mediodías de martes con la profe Juli Puppo!”, contesta rápidamente Romina Vázquez.
De a poco cada docente nuevo se convierte de inmigrante a baqueano de ese lugar donde, es cierto, hay mates, pero apurados, que se entremezclan con miradas cómplices y paredes que hablan y cuentan. Para algunos, como “la Miss” Silvia Kniasian, “la onda y creatividad de compañeros hacen del recreo un momento de distensión, de compartir y reírse mucho”. Coincide con la profe Griselda Almaraz en que "la sala de profes de Jrimian no es el espacio tradicional en el que nos sentamos a quejarnos. Ahí se gestan ideas para construir y trabajar. Es un constante hacer con el otro".
El profe Juan Karagueuzian hace memoria cotidiana sobre qué le divierte de ese lugar: ¡“Las anécdotas de Peña!” (una profe jubilada recientemente).
En el Secundario es una pequeña salita, pero buen espacio para animarse a la contradicción, a la disrupción, como ensaya Brener…”para sacudir el polvo de las tizas pero también del tiempo acumulado sin hacerse preguntas”.
Lugar a veces tan caótico como tranquilizador, tan productivo como humano, donde lo lúdico y lo laborioso encuentran su tiempo. “Es un espacio acogedor, cálido, con una infusión y dulzuras siempre listas, donde recargamos energías y compartimos las charlas más diversas desde libros, recomendaciones, pareceres y también alguna que otra discusión siempre enriquecedora”, agrega con su habitual sonrisa Jorge “racinguista fanático” Gómez.
Y cuando parecía que la nota de esta directora que firma al pie estaba cerrada , llega ella, “una de las Calzoni (Susana, la de Lengua)” y hace el resumen ideal: “la sala de profesores del Jri es la cocina de nuestros proyectos, el diván de nuestros pensamientos, el abrazo de los compañeros, la farándula de la política, la alegría compartida que termina en el sonido de un timbre… pero que sigue proyectándose en el pasillo y se transmite en el aula”. Imposible explicarlo mejor.
Lic. Sandra Raubian
Directora