Dictadura y Democracia
La idea surgió en el aula, como parte de lo que sería el proyecto anual que nuestra escuela llama “De un 24 a otro” y que conmemora el golpe militar del 24 de Marzo de 1976 y el genocidio armenio del 24 de Abril de 1915. Se trataba de tener la opinión y vivencias de personas vinculadas a los medios, con quienes trataríamos temas como el golpe militar mencionado, los indultos, los desaparecidos, y temas de actualidad como el conflicto docente.
Nuestro grupo tuvo la oportunidad de entrar a los estudios del canal de televisión TELEFÉ, gracias al papá de un integrante del grupo que trabaja allí. Nos consiguió una reunión con Rodolfo Barili, oriundo de la ciudad de Rauch, periodista, locutor y presentador de televisión argentino.
Actualmente es conductor y productor ejecutivo de Telefé Noticias 2.ª edición. Desde 2010 se desempeña como gerente periodístico de las tres ediciones del noticiero del canal Telefé.
La reunión se concretó un martes, nos citó en el estudio mismo donde se graba el programa Telefé noticias, terminó el programa en vivo, luego de cambiarse en su camarín, a solas con nuestro equipo, en una charla en la que nos habló de todo, dictadura, la llegada de la democracia, el 2x1, el conflicto docente. El estudio estaba casi vacío, y en ese clima íntimo y distendido nos dio la siguiente entrevista:
Sabemos era chico cuando se dio la dictadura del 76, pero también sabemos que hay sucesos que se graban en la memoria, aun en la de un niño. ¿Qué recuerdo tiene de ese suceso?
No tengo recuerdos de situaciones como puedan tener quienes han vivido en ciudades donde había centros clandestinos de detención, donde la dictadura hizo atrocidades y tal vez sea más palpable la detención, la muerte, el genocidio de los militares. Lo único que recuerdo es la época de Malvinas, que éramos muy pibes, que de un día para el otro aparecieron en Rauch camiones de militares y para nosotros era una revolución en el pueblo. Rauch es una ciudad chica y no tenía actividad de militares, a pesar de estar muy cerca de Tandil que sí tiene una base aérea y una gran base militar. Por lo tanto yo diría que la locura o la comprensión de la atrocidad en mi caso llego mucho tiempo después cuando uno empezó a entender preguntando, que era lo que había pasado, en la secundaria, cuando yo tenía diez años cuando vi llorar a un tío sin entender por qué y después me dicuenta de que era algo groso lo que estaba pasando que había vuelto a votar y esa noche había ganado Alfonsín era muy radicalmi tío, y ver que había como una fiesta en el pueblo era fuerte. Desde que tenía uso de razón nunca había visto a nadie votar, creo que con el tiempo uno va construyendo la memoria, y si bien, es muy difícil describir como se pudo haber vivido en lugar como La Plata, hoy yo vivo en La Plata y mi hijo estudia en Bellas Artes, y el nuevo edificio se llama “La noche de los lápices” y mis hijos, uno de 10 y uno de 13 años, tienen una noción de la realidad de lo que ha pasado la Argentina que tal vez yo a esa edad no tenia en absoluto y que después la vasreconstruyendo en base al relato y lo que lees, a lo que escuchas, y a lo que por suerte me ha tocado entrevistar.
¿Puede decir que la dictadura los tocó de cerca? Nos referimos a algún secuestrado o desaparecido de tu entorno.
No, no, absolutamente nada, absolutamente nadie. Lo extraño es que todos conocemos a alguien que le haya pasado, si bien hubo situaciones de gente más grande en el pueblo que tuvieron familiares desaparecidos. A esta altura uno entiende que es algo que nos tocó vivir a todos de cerca, porque en realidad lo que quería era llevarse a nuestra libertad, pero de grande conocí mucha gente, tengo amigos hoy, cercanos, que tienen hoy todavía personas desaparecidas. Es imposible que no te sientas, aunque no tengas nadie cerca, parte de esa atrocidad, en realidad el golpe era para todos, el plan era, lo que pasó y sigue pasando, los pibes desaparecidos y el robo sistemático de bebes.
¿Qué pasó luego, cuando volvió la democracia? ¿Cuándo empezó a entender lo que realmente pasó en esa etapa? Podría describir suspensamientos y sensaciones de ese momento.
-Yo me di cuenta a los diez años porque vi a mi tío llorar y dije algo groso debe estar pasando porque nunca lo había visto llorar y ahí empecé a entender que era elegir, en el colegio empezamos a tener Instrucción Cívica y empezaron desde muy pibes a hacernos valorar cosas que para los viejos que habían vivido, o que estaban más adelante que nosotros (en años de estudio) que habían vivido eso era todo una cuestión, pero para mi generación, en elmomento que podías empezar a pensar medianamente ya la democracia estaba, cuando absolutamente imperfecta y con diez mil problemas cuando la pones en perspectiva la historia argentina decís olvídate es incuestionable lo que exige la democracia es que todos nos metamos, para mejorarla no existe otra que embarrarnos absolutamente todos en el barrio, en el cole, pero todos debemos ser parte, sino no existe, al menos hoy es un sistema más perceptible cercano al ideal de poder elegir quienes deciden sobre nosotros
¿Cómo se trataba el tema en su escuela secundaria?
¿Sabes qué no? No, pero sí teníamos mucha Instrucción Cívica y que nos enseñaron a valorar lo que era la vida cívica democrática, pero sinceramente no recuerdo que en algún momento nos hayamos sentado a hablar realmente de esas atrocidades, yo no lo recuerdo así, sí tengo imágenes de Alfonsín, sí tengo imágenes del juicio a la juntas.
Veníamos de una etapa donde lo que se intentó fue eliminar absolutamente eso el hecho de elegir, yo fui miembro del centro de estudiantes de primero a quinto año, por lo que la vida democrática la vivía de una manera muy particular, ibaal centro de estudiantes, me metía en la toma de decisiones, siempre me gustó participar, era una forma de vivir esa nueva forma de vida después de la atrocidad vivida
¿Recuerda algún o algunos libros que haya leído acerca del tema? Y películas?
“La noche de los lápices” es una de las primeras que recuerdo haber escuchado por la historia y esa la hablamos en el secundario, que aún hoy, yo lo hablo con mis hijos, cuesta entender tanta atrocidad y esa que tenía que ver con pibes que estudiaban y era generacionalmente más o menos de tu misma edad. Alguna vez fue Pablo el sobreviviente a Rauch, y todos los pibes queríamos conocerlo. Después a mí me toco conocer a León Gieco, porque estaba en la radio, y me gustaba mucho la música y teníamos una banda de rock y demás, él había venido a conocer el pueblo la movida cultural, el teatro, el folklore o la banda de rock, y pasar música ocupaba mi tiempo en absolutamente todo lo que podía, pero si tuviera que elegir es esa.-
¿Cuándo tocaban con su banda mencionada, recordabas la cantidad de artistas censurados, o se le cruzaba la idea de la suerte que tenían de poder tocar y cantar lo que querían sin censura?
-Nosotros fuimos la primera banda de rock de Rauch que pudo tocar en un escenario y debutó con dos mil personas como teloneros de Los violadores. Como adolescente uno siempre rechaza lo establecido. No sé si uno era tan consciente de eso, y que creo que uno fue formando su vida con el tiempo y con el pasar de los años se dio cuenta lo importante que era; si sabíamos que era algo valioso y que el rock era algovalioso y que ese rock en expansión tras Malvinas nos representaba absolutamente a todos y creo que en ese momento no tenía la valoración de poder hacer lo que quieras, de escribir lo que querés, cantar lo querés en una Argentina donde hacía una década o un poco más había gente que no había podido tener acceso a nada de eso, era un privilegio por un lado, aunque tal vez en la adolescencia uno no es tan consciente de esas cosas hasta ser más grande, para nosotros era una cosa natural que eso pasara.-
¿Imagina desarrollar su labor hoy en aquella dictadura?
No, no lo sé, yo tengo absoluto respeto por lo que cada uno hizo, por aquellos que desaparecieron, Walsh el apellido, el nombre, la historia, pero hubo cientos de tipos de se jugaron el pellejo para contar lo que la dictadura no quería que se contara. No sé qué hubiera hecho, tengo tanto respeto a cada uno, que por ese mismo respeto agradezco no tener que haberlo vivido, ahora, sí que parte de lo que uno tiene hoy tiene que ver con los que se jugaron el pellejo y la vida en aquel entonces-
¿Qué recuerdo tiene del día que se decretó la “ley de punto final y obediencia debida”
Recuerdo haber preguntado que era. No entendía, Si se había enjuiciado si había sido tan importante el juicio a las juntas porque había que hacer esa ley. Si recuerdo fehacientemente los levantamientos cara pintada que era una cosa que decías “otra vez pasa esto? militares, esta cosa de debilidad o de riesgo permanente de la democracia. Pero no entendía en ese momento porque había que hacer una ley si ya está, si los juzgaron ahora habíaque juzgar al resto. Lo comprendí mucho tiempo después el valor del gobierno de tan joven democracia de juzgar a los jerarcas y las razones que llevaron a eso, hasta que la ley dijo “ya está” digo, si se quiere una democracia más madura se dice “no, esto está mal” y lo corregís
¿Recuerda el día gris de los indultos? ¿Qué sintió? ¿Qué ocurriría si se diera en la actualidad?
No, es imposible que se repita, hoy no se vuelve a eso, hay cosas que ya se aprendieron. Mirá, vamos al 2 x 1 a genocidas que, sorprendentemente lo dictamina para un genocida la corte. Si bien de forma inicial hubo una reacción tibia del gobierno, creo que ni siquiera lo analizaron demasiado y no era un tema prioritario al entender que los derechos humanos era una cuestión de un gobierno anterior.La marcha de ese día, de un montón de argentinos diciendo “no queremos caminar con genocidas en la calle” es una muestra de madurez que no permitiría hoy ni en broma que un presidente tomara la decisión de indultar más allá de las razones que el expresidente argumentó en su momento, la reconciliación, la única forma de avanzar de una sociedad es que se haga justicia, y el 2x1 no es aplicable a delitos de lesa humanidad tan graves que lesionan a la humanidad. En este caso los delitos no prescriben, los desaparecidos siguen existiendo, el delito sigue, también el robo de bebés, sería una locura creer que esta sociedad podría volver a tolerar un indulto.-
¿Podría darnos su opinión sobre el conflicto docente?
¡Es tan complejo! Por un lado, mi mamá es docente y sé lo que es vivir en una casa con un sueldo de maestra. Mi vieja se rompió el alma para que yo pudieravenir a estudiar acá y no se a cuánta gente le debo el haber podido venir a estudiar, familiares, amigos de mi vieja, a una asociación de becas de la cual hoy formo parte, que me ayudaron con un dinero que aunque era poco era todo lo que había; por lo tanto, sé lo que es crecer bajo el ala de un sueldo docente, y difícilmente este país sea mejor si no entendemos desde el tránsito a los idiotas que van a 300 km por hora y suben videos a internet como si fueran vivos. Desde el día a día, hasta los mejores científicos; todo tiene que ver con la educación. Entonces, hasta que un docente no cobre mejor que lo que cobra mucho empleado público, no voy a dar nombres, difícilmente queramos, o haya un gobierno que realmente le importe lo que pase; ese es un conflicto.
Después están los intereses políticos o sectoriales de los dirigentes que también son innegables, y la necesidad de un gobierno de dar luchas de poder por los espacios, en el medio, los pibes y lo que no podes hacer es que lo pibes no estudien. Por lo tanto es un conflicto de intereses, donde el sentido común en algunas ocasiones, cuando lo dirigentes son capaces de anunciarte un huelga para dentro de tres semanas cuando todavía hay reuniones previas y también de gobiernos que buscan ante el desprestigio de algunos dirigentes, dar una lucha contra los docentes como si fuera una cuestión de fondo y poniendo a los pibes como rehenes del conflicto. Si comparto que uno puede discutir absolutamente todo sin dejar de hacer el laburo que tiene que hacer, y que si bien, la huelga es un derecho, no hay dudas también tiene que ser un argumento final. Buscar un equilibrio también debe ser cuestión de educación y por ahí de madurez democrática, entendiendo que en el caso de los pibes hay que enseñarles lo más que se pueda, porque los datos de la educación y el deterioro de la educación son innegables y cualquiera de nosotros que haya estudiado en la educación pública puede dar fe. Yo vengo de la educación pública, si el instituto donde estudie en Buenos aires no hubiera sido gratuito no hubiera podido estudiar porque mi vieja no lo hubiera podido pagar. La educación pública me dio mucho, una carrera, un laburo, me dio una vida, poder alimentar a mis hijos, darles una buena educación y una buena salud. Por lo tanto recuperar la escuela pública como un lugar de excelencia también es responsabilidad, más allá de las negociaciones salariales, ya que parecería que sólo se habla de educación cuando se negocia salario; hoy estamos en mayo y se sigue hablando de guita y no de calidad educativa. Cuando dejemos de hablar para la tribuna, y pensemos realmente cuál es la educación que queremos para nuestros hijos por ahí las cosas mejoren, y esto no significa que los docentes no estén mal pagos, y que los gobernantes no tengan derecho a que los reclamos sean con los pibes dentro del aula.
¿Qué consejos podría darles a los estudiantes de hoy y futuros periodistas?
Que nunca se olviden por qué eligieron ser periodistas. A veces las luces “nublan” y uno se olvida, los intereses apremian y condicionan, y uno se olvida porque quiso ser periodista. Si realmente te movió la vocación, el contar historias, el dar voz a los que no tienen voz, el creer que es un oficio que es fundamental para poder construir una sociedad más justa, que realmente las cosas se pueden cambiar a través del periodismo. Como actores privilegiados de poder contar cosas que el poder no quiere nunca que se cuenten. El periodismo es un lugar para estar incomodo, si estas cómodo es porque no estás haciendo las cosas bien, y si no se olvidan de eso seguramente van a ser grandes periodistas; si un día creen que es más importante quedar bien con su jefe, ganar buena guita o ser famoso antes que jugarse por una historia de un televidente, lector o alguien que les escribe, ese día estarán perdidos y habrán dejado de ser periodistas.
Entrevista realizada por Francisco Cascini, Pedro Meglioli, Enzo Quinci, y Camila Quintieri, alumnos de 5to año del Instituto Canbazyan del Colegio Armenio Jrimian