Vaticano: Difunden testimonios sobre el Genocidio Armenio
Se abren los archivos secretos
Ereván (Fuentes diversas).- Con la edición de la obra “Dall’ Archivio Segreto Vaticano. Miscellanea di testi, saggi e inventari”, el Archivo Secreto del Vaticano ofrece más de cuatrocientos documentos relacionados con sucesos ocurridos desde 1621 hasta 1922. De ellos un centenar de archivos decodificados corresponden a las matanzas perpetradas por el Imperio Otomano, hoy son exhibidos en el Museo Capitolini de Roma.
Monseñor Sergio Pagano (imagen), prefecto de los archivos vaticanos había anunciado meses atrás la aparición de este libro, en el que aparecen “los procedimientos de tortura de los turcos hacia los armenios, lo que puede denominarse como una enorme masacre”. Entre los documentos vaticanos, -dijo monseñor Pagano-, se encuentran relatos de los actos de barbarie de los soldados turcos contra las mujeres armenias embarazadas, un capítulo “que me ha hecho sentir vergüenza de ser hombre”. “Sin la fe -dijo Pagano- no vería en esos episodios más que oscuridad”.
El responsable de los archivos indicó que algunos documentos describen cómo los soldados turcos “parecían jugar a los dados para adivinar el sexo del niño antes de matar al feto con la bayoneta, una vez extraído del vientre de la madre”.
De la documentación dada a conocer recientemente surge que el Papa León XIII había instado al Sultán Abdul Hamid a detener las matanzas de armenios. El obispo Pagano agregó que entre el centenar de documentos descubiertos se encuentra el testimonio del soldado turco Mustafá Suleymán que cuenta: “Entrábamos en los pueblos armenios y matábamos a todos los pobladores, sin tomar en cuenta sexo ni edad. Detrás nuestro venían los kurdos que saqueaban por completo las viviendas. Una gran cantidad de ancianos armenios, muchos de ellos discapacitados se habían refugiado en una escuela céntrica, pero nuestras órdenes eran matarlos a todos. En el municipio de Gelieguzan*, (vilayato de Bitlis) más de ochocientos armenios fueron asesinados, el Padre Juan sufrió el corte de su nariz y orejas, mientras que también le arrancaron la barba y le sacaron los ojos. Yo no maté a ningún niño, incluso protegí a dos de ellos durante tres días en mi tienda de campaña, pero un día entré y ví sus pequeños cuerpos despedazados”.
Monseñor Pagano considera que el Vaticano publicará los archivos correspondientes al período en que los Jóvenes Turcos estuvieron a cargo del gobierno que cometió genocidio. “Esos documentos nos causan horror y un dolor inexpresable. Los informes sobre las atrocidades cometidas por los turcos contra los armenios me avergüenzan como ser humano”, aseguró el Prefecto.
* Nota de la redacción: En el pueblo de Geliuguzan encontró la muerte el valiente revolucionario Serop Aghpiur. El patriota pertenecía a la Federación Revolucionaria Armenia-Tashnagtsutiún y comandaba un grupo de fedayines que defendía a los armenios de Bitlis contra las tropelías de turcos y kurdos. Serop fue varias veces emboscado por los soldados enemigos, pero siempre logró enfrentarlos con éxito y regresar a la clandestinidad. El relato del soldado turco coincide con los eventos que se desarrollaron a principios de noviembre de 1899. En aquella oportunidad un numeroso grupo de bandidos comandados por el kurdo Khalil rodeó la casa de Serop con cientos de combatientes.
El patriota se encontraba allí con su mujer Sosé (Mayrig), su hijo Hagop y una docena de hombres. La batalla desatada duró hasta la madrugada siguiente cuando los kurdos, muy superiores en número, lograron matar a Serop y a sus valientes camaradas, entre ellos su propio hijo y el cura del pueblo. Sosé resultó herida y fue tomada prisionera.
La crueldad de los genocidas no tuvo límites, pues Khalil cortó la cabeza de Serop Aghpiur y colocó en un pica como una advertencia a todos los demás luchadores por la libertad de los armenios.
Tiempo después, una misión encabezada por Antranik Ozanian, compañero de Serop, rastreó a los asesinos y los ajustició.