Colegio Armenio Jrimian: Contar, transmitir, recrear
Cada vez que se aproxima un 24 de Abril, cada año a pocas semanas de haber comenzado las clases, se nos aparece una pregunta muy temida por profesores y educadores: ¿cómo enseñar, cómo transmitir el genocidio contra los armenios?
Somos profes de escuelas armenias y nos convocan también de otros espacios no armenios (Escuelas, clubes, profesorados, universidades), pero en relación a la enseñanza de violaciones masivas de los Derechos Humanos siempre surgen las mismas tensiones. Queremos que nuestros estudiantes conozcan la historia, pero no queremos aburrirlos. Queremos que los chicos y chicas se conmuevan, pero no queremos que se espanten ante las imágenes del horror. Queremos concientizarlos, pero no que se queden paralizados. Queremos que sepan transmitir, pero no que repitan sin saber.
¿Qué hacer entonces?
En primer lugar no espantarse, no esquivarle al tema. Los temas difíciles, los más desafiantes, muchas veces son los más necesarios. Asumirlos con humildad, a sabiendas de que además de complejos los temas que abordaremos son sumamente dolorosos. Y transmitirles esa situación al grupo: “Chicos, es doloroso, es complejo y algunas preguntas no vamos a poder contestarlas, pero las vamos a abordarlo porque es importante conocer y comprender estas problemáticas”.
Segundo, tenemos que saber con qué grupo trabajaremos. Conocerlos, adaptar los contenidos a su edad, a sus necesidades, a buscar que nuestros estudiantes construyan aprendizajes significativos. Tomando la punta de lo conocido, cimentar los saberes y los contenidos, graduarlos, seleccionarlos para ir hacia lo desconocido.
En tercer lugar, planificar teniendo en cuenta qué queremos que los chicos construyan. Que la planificación los ayude a armarse de herramientas, a ordenar las acciones en el aula. En muchas ocasiones la comparación con otros casos (otros genocidios), el trabajo con otras materias y la elección de nuevos recursos didácticos facilitan la comprensión.
Por último, elegir recursos que atraigan. Que conmuevan. Que sean claros. A priori no hay recursos que “funcionan” y recursos que no. Nuestra elección tiene que ser multicausal y teniendo en cuenta las características del grupo y lo que nos propusimos que aprendieran. Cada día nos encontramos con nuevos recursos, más modernos, más dinámicos y accesibles. Pero ¡ojo! No reemplazan recursos como las fuentes primarias: documentos, fotografías y mapas.
¡Y a no perder de vista lo más importante! Que la labor en el aula en el presente, se vea reflejada en las acciones del futuro. Nuestros estudiantes pueden convertirse en un canal transmisor, sabiendo que al ser alumnos y alumnas de una escuela armenia, inmersos en la sociedad argentina, los hace responsables de saber contar, transmitir la historia y recrear la memoria.
Natalí Kevorkian y Juan B. Karagueuzian
Prof. Historia Armenia