Carta de Lectores

Recordando al arquitecto armenio Sinán

31 de julio de 2018

mimar-sinan-El 21 de junio leí con mucha alegría la nota de Raffi Bedrossian de Armenian Weekly, en la cual se elogiaban las fabulosas construcciones hechas por la familia Balian en Estambul. Magníficos palacios, mansiones, mezquitas, se destacan entre estas y adornan todavía la ciudad (¿Hay algún rubro que los armenios no hayamos enaltecido las obras elogiables que los turcos no valoran ni aceptan?).

Al igual que la familia de los “mimar” (constructores) Balian, existía otro “mimar” armenio, famoso en el sultanato otomano unos siglos anteriores a estos. En una de las novelas de origen turco que actualmente transmiten en la TV, se puede destacar una peculiar historia. En ella se observa como durante el sultanato de Suleiman ya no sabían a quién recurrir para que el ejército pudiera cruzar un río caudaloso. Finalmente llamaron a un hombre que les ideó una forma de colocar un largo puente, salvándolos finalmente del problema. Ése fue el arquitecto Mimar Sinán, un cristiano de origen armenio que vivía en las cercanías del lago Van.

En aquella época era muy habitual que enviados del gobierno del Sultán buscaran entre familias no turcas, con muchos hijos a los futuros trabajadores o soldados. Ante las dificultades económicas, les ofrecían una cantidad de oro a cambio de llevarse al niño. Más tarde, en la ciudad los separaban según sus habilidades para educarlos y entrenarlos de manera específica. Los más sanos y fuertes eran reclutados para un ejército especial, el de los Jenízaros o Yenicheri, los que se dice eran tan poderosos que hasta el propio Sultán les temía.

A Sinán, en cambio, le agradaba originalmente la construcción, lo que sumado a su perseverancia y voluntad en el estudio le permitió convertirse en el principal arquitecto del Imperio otomano de la época. Sus obras, las cuales ya llevan siglos construidas se mantienen al día de hoy con pocos deterioros. De su vasta obra se pueden rescatar: 94 grandes mezquitas y 52 más pequeñas, 54 universidades, 41 baños públicos, 35 palacios, 22 mausoleos, 22 paradas de caravanas, 17 cocinas públicas, 8 puentes, 8 depósitos, 7 escuelas, 6 acueductos y 3 hospitales.

Quién sabe también cuántas obras más de este magnífico armenio se perdieron en el tiempo. Es por todo esto que espero que esta nota sea mi humilde aporte a la memoria del gran constructor llamado Minar Sinan.

Yervant Sismanian

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