Tiempo de cambios
En pocos días el Diario ARMENIA de Buenos Aires cumplirá 88 años de existencia al servicio de la comunidad. Fundado el 24 de Abril de 1931, Armenia es el órgano de prensa oficial de la FRA-Tashnagtsutiún de Sudamérica.
En estas casi nueve décadas, ARMENIA ha sido el vehículo portador de las buenas y malas nuevas tanto de la comunidad, como de la Diáspora y Madre Patria, no habiendo interrumpido jamás sus ediciones, a pesar de que como consecuencia de diversos factores, han variado su frecuencia y también el número de páginas. También ha cambiado su formato de tamaño sábana al actual tabloide y han sido muchos los cambios de diagramación, diseño y contenidos, por supuesto siempre sin traicionar el mandato de sus fundadores.
Han sido decenas quienes han pasado por su redacción como redactores, editores y directores. La coincidencia de pensamiento partidario ha sido una constante y una particular condición para militar en sus páginas.
Mi vínculo con el Diario ARMENIA se remonta a mis épocas de miembro de Unión Juventud Armenia cuando muchas madrugadas acompañaba al taller de El Salvador a nuestro inolvidable compañero Carlos Hassassian, colaborando en la expedición del que entonces era diario.
Muchos años después, concretamente a partir de 2002 y luego de un tiempo donde pude conocer de cerca la redacción y sus secretos, recibí la responsabilidad de editar la página web de Armenia. Luego, con el retiro de Rubén Arzruní, director de ARMENIA como su padre Ashot, tuve a cargo también la edición del semanario. Más adelante, aceptécon gran honor y mayor compromiso la distinción de poder dirigir este histórico medio de la comunidad de nuestra Argentina.
Realmente es difícil para mí hablar en primera persona, pero rompiendo alguna regla que alguna vez me impuse, lo hago para expresar mis verdaderos sentimientos de gratitud a los compañeros que período tras período me volvieron a confirmar en un puesto en el que traté de dar lo mejor de mí. Conociendo mis limitaciones, intenté siempre apoyarme en el invalorable legado que son nuestros archivos. Adquirí experiencia no sin antes golpearme una y otra vez, y así pasaron los años de un recorrido que resultó mucho más extenso de lo esperado.
Sé perfectamente que algunas de mis humildes opiniones perturbaron a algunos lectores, también estoy convencido que siempre probé expresarme con sencillez, apegado a la verdad y sin apartarme de la consigna de trabajo por la armenidad.
Ya hace unos meses, solicité a mis compañeros considerar la posibilidad de mi retito, un poco por el natural cansancio de una tarea que mucho exige, pero entrega como recompensa la satisfacción del deber cumplido. También lo hice convencido que los cambios y la renovación son imprescindibles como un modo de rejuvenecer nuestro querido ARMENIA.
Y aquí me encuentro escribiendo mis últimas líneas como director en la esperanza de que merecerán la comprensión denuestros amigos de toda la vida: los lectores.
A partir de la próxima edición, podrán apreciar distintos cambios que llegarán de la mano del nuevo responsable, Pablo Kendikian, hasta el momento director de la Agencia Prensa Armenia, desprendimiento de nuestra publicación que potenció la difusión internacional de nuestras noticias.
No me queda más que reiterar mi agradecimiento a mis compañeros de redacción, que siempre han respondido a las exigencias de esta noble profesión, también a nuestros lectores y amigos que siguen sosteniendo a ARMENIA como parte de una gran familia.
No es esta una despedida total porque un militante jamás abandona sus obligaciones y está dispuesto a asumir las tareas que sus compañeros decidan encomendarle.
Muchas gracias y hasta cada momento.
Jorge Rubén Kazandjian