Armenia hace un llamado a Turquía por las perforaciones en el mar de Chipre
El ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia emitió una declaración escrita con relación a las operaciones de perforación llevadas a cabo por Turquía en la zona económica exclusiva (ZEE) marítima de Chipre.
“Expresamos nuestra profunda preocupación por la implementación por parte de Turquía de una nueva operación de perforación en el noreste de Chipre. Las continuas provocaciones de Turquía en la región del Mediterráneo oriental ponen en peligro la seguridad y la estabilidad en la región. Reafirmamos nuestro pleno apoyo y solidaridad con la República de Chipre y su pueblo. Instamos a Turquía a que detenga todas las actividades en la zona económica exclusiva (ZEE) de Chipre, respete la soberanía de la República de Chipre y los derechos del pueblo chipriota a perseguir sus objetivos políticos, sociales y desarrollo económico sin presión externa”.
Cabe señalar que con un consenso sin precedentes, potencias internacionales y fuerzas regionales han advertido en los últimos días a Turquía sobre las consecuencias de continuar y escalar la tensión con actos que violan la soberanía de la República de Chipre. Por su parte, Turquía parece decidida a seguir adelante con sus provocaciones en el Mediterráneo oriental y con su tradicional política de hechos consumados frente a sus vecinos.
Con un aluvión de declaraciones y anuncios, la comunidad internacional se opone a las operaciones de Turquía y expresa su solidaridad con Chipre. La Unión Europea, los EE.UU., Francia, Rusia, Gran Bretaña, Egipto, Israel, Armenia y Grecia han pedido a Turquía que suspenda esta política de desafíos, que aumentan mientras el segundo buque de perforación “Yavuz” ha llegado a la región para perforar cerca de la península de Karpasía, dentro de las aguas territoriales de la República de Chipre, en una región no controlada por Chipre debido a la ocupación turca del norte de la isla.
Pese a las amenazas de Estados Unidos, Turquía recibe la primera tanda de misiles rusos
De acuerdo a lo confirmado por su Ministerio de Defensa, Turquía comenzó a recibir el viernes los primeros sistemas antimisiles rusos S-400, a pesar de las advertencias de Estados Unidos de imponerle sanciones en caso de que se concrete esta adquisición. El problema surge ya que Washington considera que los mismos son incompatibles con los estándares de la OTAN.
Ankara pagó alrededor de 2500 millones de dólares en 2017 por las baterías rusas, luego de no haber llegado a buen puerto en las negociaciones con otros fabricantes europeos. Desde entonces, Estados Unidos ha amenazado directamente al gobierno de Erdogan con llevar a cabo sanciones militares y económicas, ya que temen que Rusia utilice estos sistemas para recopilar información sobre los cazas norteamericanos F-35.