Por los niños y jóvenes de Armenia y Artsaj
“Gratitud es una de las palabras que abarca esta iniciativa. Es el sentimiento con que se expresan siempre los niños, adolescentes y jóvenes hacia HOM y hacia quienes, desde distintos rincones del mundo, los apadrinan a través de este programa. Porque se sienten acompañados y cuidados siempre. Y esa gratitud también la expresan sus familias”. Con estas palabras la Dra. Graciela Kevorkian, presidente de la Comisión Regional Sudamericana de HOM, se refiere a la inmensa tarea que desde hace décadas realiza la organización a través de su Programa de Padrinazgo de Huérfanos.
Estos sentimientos de agradecimiento muchas veces se reflejan a través de cartas. Como la de la madre de Vartán, del pueblo de Vartenís, en la República de Armenia, quien escribe en nombre de su hijo de cinco años de edad. “Vartán es un niño de carácter serio. Pero también es muy curioso. Cada vez que prueba un postre nuevo, quiere saber cómo se prepara. Además, le gusta mucho pasear”, y continúa: “Al igual que todos los niños, adora el día de su cumpleaños. Ama cuando sus seres queridos están a su lado. Es feliz cuando los niños de su edad están con él, pues en nuestro pueblo no hay jardín de infantes. Él está siempre en casa, se entretiene con sus juguetes, hojea libros interesantes con muchas ilustraciones. Le gusta que le lea historias”.
Desde el año 1992 HOM asiste a los niños huérfanos como consecuencia del terremoto que asoló a Armenia el 7 de diciembre de 1988 y de la guerra de Artsaj de ese mismo año. A través de este Programa de Padrinazgo de Huérfanos de HOM, las familias de estos niños reciben una asignación anual hasta cumplir los 18 años de edad, y eso de algún modo colabora en cubrir sus dificultades económicas.
Los enfrentamientos bélicos que en abril de 2016 tuvieron lugar en Artsaj causaron numerosas pérdidas humanas en Armenia y Artsaj, como consecuencia de lo cual la Comisión Central Mundial de HOM dio nuevo impulso a este programa con el propósito de extender la asistencia a los niños huérfanos de aquellas familias.
Una vez cumplidos los 18 años de edad, aquel huérfano que continúe estudios universitarios o terciarios puede incorporarse al Programa Universitario de Huérfanos, y durante cuatro años recibirá una asignación anual que ayudará en sus necesidades materiales.
“Vartán extraña mucho a su padre. Cuando vamos al cementerio, siempre quiere acompañarnos, y hace muchas preguntas sobre su padre. Dice que cuando crezca le comprará muchas flores, para que su padre sepa que él lo ama mucho”, expresa la madre de Vartán en la carta, y concluye con la frase “agradezco sinceramente a HOM”.