Río Bar, el rincón rioplatense de Ereván
Plenitud de colores. De esos vivos que nos gustan a los sudamericanos. El entusiasmo del candombe y la popularidad de la cumbia o el cuarteto. Río Bar es producto de la hibridez cultural, de la fusión de lo latino y lo armenio. Créanme que el resultado es explosivo.
Sin embargo, la hibridación no concluye ahí, sino en el aporte de decenas de otras culturas que depositan embajadores de diferentes partes del mundo. Efectivamente, Río Bar es el espacio de cientos de jóvenes repatriados y turistas que buscan propuestas de entretenimiento interesantes y desestructuradas en Ereván.
La esencia argentina y uruguaya reviste no sólo la atmósfera de Río Bar, sino también su menú. Las milanesas y los chivitos hacen estragos. Las empanadas, otro tanto. La misión Rio alcanza su meta cada vez que un armenio prueba el Fernet con coca y lo vuelve a pedir en su próxima visita.
Además de ser un puente que liga las dos variantes de la identidad de sus propietarios, Río es el ejemplo más fiel de inversión de la diáspora en la madre patria. Una apuesta exitosa. Una muestra del nuevo paradigma que enlaza a las comunidades con Armenia: Sudamérica puede crear y recrear de este lado del globo.
Betty Arslanian
Corresponsal en Ereván
beatrizarslanian@gmail.com