El presidente alemán Joachim Gauck, condenó el Genocidio Armenio a manos de Turquía
BERLÍN (Reuters) - El presidente de Alemania, Joachim Gauck, condenó el jueves la masacre de 1,5 millones de armenios a manos de las fuerzas turcas otomanas hace un siglo como un "genocidio", un término que el Gobierno germano había rechazado durante mucho tiempo.
Gauck usó el término en un discurso por el centésimo aniversario de lo que dos docenas de gobiernos califican como un genocidio contra la población armenia que floreció en lo que ahora es Turquía. Ankara rechaza con vehemencia la acusación.
Gauck también sugirió que Alemania podría tener parte de la culpa por su accionar durante la Primera Guerra Mundial.
"En este caso, los alemanes debemos afrontar el pasado para ver si de hecho hay una responsabilidad compartida, incluso hasta complicidad, en el genocidio de los armenios", dijo Gauck, quien agregó que las fuerzas alemanas estuvieron involucradas en el planeamiento e incluso la implementación de deportaciones.
El término "genocidio" tiene un significado especial para Alemania, que ha tenido que afrontar su responsabilidad por el asesinato de 6 millones de judíos durante el Holocausto.
Analistas aseguran que hasta ahora Alemania se había negado a aplicar este término en el caso de Turquía para no generar rencores en Ankara y en las 3,5 millones de personas turcas o de esa ascendencia que viven en el país.
También hay preocupaciones de que las masacres cometidas por las tropas alemanas en 1904 y 1905 en lo que ahora es Namibia sean catalogadas como genocidios y lleven a demandas por reparaciones.
El cambio de la postura alemana es significativo ya que es el máximo socio comercial turco en la Unión Europea. Francia, el Parlamento Europeo y el Papa Francisco también usaron el término, condenado por el presidente turco Tayyip Erdogan.
Turquía niega que la matanza, que se produjo cuando las fuerzas otomanas luchaban contra Rusia, constituya un genocidio y señala que no fue una campaña organizada para eliminar a los armenios y que no hay evidencia de órdenes semejantes de parte de las autoridades otomanas.
(Reporte adicional de Tuvan Gumrukcu en Ankara; escrito por Erik Kirschbaum y Madeline Chambers. Editado en español por Javier Leira y Pablo Garibian)