Francia, Rusia y una fuente del Pentágono confirman que Turquía y Azerbaiyán convocaron mercenarios sirios para atacar Artsaj
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró el 1º de octubre que tenía información "con certeza" sobre la presencia de "combatientes sirios de grupos yihadistas" en Nagorno Karabaj. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia también afirmó que cuentan con pruebas de mercenarios luchando a favor de Azerbaiyán.
"Le dije directamente al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, que el ataque contra Nagorno Karabaj por parte de Azerbaiyán no tiene justificación", declaró ese día Macron ante los periodistas antes de reunirse con los líderes de la Unión Europea, calificando la situación actual como peligrosa.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia instó el jueves a la retirada inmediata de los mercenarios y terroristas extranjeros de la línea de contacto Artsaj-Azerbaiyán. “Según la información que estamos recibiendo, el traslado de grupos armados ilegales, principalmente de Siria y Libia, se está llevando a cabo a la zona de conflicto de Nagorno Karabaj con el propósito de participar directamente en operaciones de combate. Estamos profundamente preocupados por estos procesos que no solo conducen a una mayor escalada en la zona de conflicto, sino que también crean una amenaza duradera para la seguridad de todos los países de la región”, dijo la Cancillería rusa. "Hacemos un llamado a los líderes de los Estados interesados para que tomen medidas efectivas para no permitir el uso de terroristas y mercenarios extranjeros en el conflicto y retirarlos inmediatamente de la región", agregó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Un funcionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó el hecho de que los mercenarios respaldados por Turquía están luchando junto a las fuerzas azerbaiyanas en la frontera entre Artsaj y Azerbaiyán. El funcionario, que pidió no ser identificado, dijo a Sky News Arabia que "los informes y la información que hablaban de decenas de viajes entre Turquía y Azerbaiyán en los últimos días para transportar a cientos de mercenarios sirios están probados y son correctos".
Mientras tanto, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, dijo que la retórica militar de "terceros países" sobre la situación en Nagorno Karabaj puede conducir a la desestabilización de la región, según informó TASS. "Consideramos que la retórica militar y las acciones de terceros son ineficaces e irresponsables, lo que puede causar más escaladas que conduzcan a la desestabilización de la situación, lo que, a su vez, puede tener consecuencias extremadamente impredecibles", dijo Zakharova.
Inmediatamente después de que Azerbaiyán comenzara un ataque sistemático a lo largo de toda la frontera de Artsaj el domingo 27 de septiembre, las autoridades de Ereván alertaron sobre el despliegue de militantes y yihadistas respaldados por Turquía en la frontera de Artsaj-Azerbaiyán. La oficina del Defensor de los Derechos Humanos de Armenia, Arman Tatoyan, dijo que se estimaba que 4.000 mercenarios estaban luchando por Azerbaiyán, a quienes se les había pagado entre 1.500 y 2.000 dólares.
El Servicio Árabe de la BBC se encontró con uno de esos mercenarios que se hacía llamar Abdullah, quien contó cómo fue engañado por Azerbaiyán y Turquía y llevado a Azerbaiyán para luchar contra los armenios. Abdullah le dijo a la BBC que a él y a muchos otros sirios se les prometieron 2.000 dólares, pero no se les informó que participarían en las operaciones militares.
"No sabía que íbamos a pelear", dijo Abdullah a la BBC, que informó que estaba hablando apresuradamente porque asistía a una reunión militar del ejército azerbaiyano y temía que los comandantes lo vieran escribiendo.
La BBC informó que Abdullah es uno de los cientos de sirios no entrenados entre las edades de 17 y 30, que fueron enviados a Azerbaiyán desde el 23 de septiembre para luchar junto con el ejército azerbaiyano.
Abdullah dijo que es un residente del norte de Siria que vive en la pobreza y por esa razón aceptó ir a Azerbaiyán por 2.000 dólares.
Le habían dicho a Abdullah que por ese salario tendría que patrullar posiciones militares, pero inmediatamente después de salir de Siria, le confiscaron sus pertenencias personales, incluido su teléfono celular, ropa y dinero para evitar que se revelara su identidad. Más tarde, Abdullah pudo recuperar su teléfono y contactar a los miembros de su familia, pero ahora duda que pueda volver a verlos. Abdullah dijo que los llevaron al aeropuerto de Antep a Estambul y luego a Azerbaiyán. En ese momento la guerra no había comenzado y no se sometieron a ningún entrenamiento militar, dijo a la BBC.
Los mercenarios estaban vestidos con el uniforme del ejército azerbaiyano y se les entregaron rifles Kalashnikov, dijo Abdullah.
"Cuando el camión se detuvo, inesperadamente descubrieron que estaban en la línea del frente y ni siquiera sabían dónde estaba el enemigo. Cuando comenzaron los enfrentamientos, uno de los jóvenes mercenarios empezó a llorar y quiso regresar, pero en ese momento explotó una bomba y cuatro sirios murieron y tres resultaron heridos", dijo Abdullah a la BBC.
Dijo que había cadáveres de 10 sirios en su sección y 17 heridos, pero que no recibieron la atención médica adecuada. Abdullah también le dijo a la BBC que intentaron informar a su comandante sobre su intención de regresar, pero no se les permitió y fueron amenazados con ser encarcelados durante mucho tiempo si no luchaban en la línea del frente.
"Esta noticia es excepcionalmente preocupante", dijo Tatoyan, Defensor de los Derechos Humanos de Armenia en un comunicado el jueves. “Puede traer una catástrofe humanitaria, acompañada no solo de pérdidas humanas, sino también de destrucción masiva. Es aterrador imaginar la gravedad de los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de guerra que se pueden cometer en estas condiciones".
"El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, mediante su resolución 42/9 del 26 de septiembre de 2019, ha condenado enérgicamente el uso de mercenarios para impedir el ejercicio del derecho de los pueblos a la autodeterminación, considerando las actividades de los mercenarios como delitos y amenazas a la seguridad, la paz y los derechos humanos", explicó Tatoyan. "La comunidad internacional y especialmente las organizaciones de derechos humanos no tienen derecho a ignorar esta información excepcionalmente preocupante escondiéndose bajo presiones 'políticas' y exonerando este crimen", agregó Tatoyan.