Nikol Pashinyan: “La exclusión de Artsaj del proceso de negociación distorsionó la esencia del conflicto”
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, publicó un extenso artículo el 4 de enero en el que expuso su visión acerca del conflicto y la guerra de Artsaj (Nagorno Karabaj), a la que calificó como "imposible de evitarla". El mensaje se produjo en medio de fuertes movilizaciones por parte de la oposición exigiendo su renuncia.
"En los últimos diez años se han producido varios hitos clave en las negociaciones sobre el conflicto de Nagorno Karabaj. El primero fue el proceso de Kazán, que preveía que los territorios se entregarían a Azerbaiyán de acuerdo con la fórmula 5+2, Artsaj recibiría un estatus provisional y el estatus final se determinaría mediante un referéndum después del regreso de refugiados. Sin embargo, sucedió algo impredecible: el 24 de junio de 2011, Ilham Aliyev se negó a firmar el documento de Kazán, lo que causó desconcierto en Serzh Sargsyan, quien en una entrevista con el canal de televisión Rossiya el 17 de noviembre de 2017 afirmó que Armenia estaba lista para transferir 7 regiones a Azerbaiyán, pero Azerbaiyán quería más… parece que Armenia estaba lista para transferir 7 regiones en 2011, pero Azerbaiyán quería más. ¿Qué podría ser más? Sin firmar el documento de Kazán, Ilham Aliyev respondió a esta pregunta: en primer lugar, el status de Karabaj, es decir, descartar cualquier status de Karabaj fuera de Azerbaiyán. Esto fue en 2011. Después de eso, el apetito de Azerbaiyán se alimentó aún más, como lo demuestra la escalada sin precedentes de la situación en la línea de contacto y en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán desde 2013", elaboró el Primer Ministro.
"En 2013, aparecieron las ya conocidas propuestas rusas y se finalizaron en 2015, que preveían el regreso de 7 regiones a Azerbaiyán según la fórmula 5+2, el regreso de los refugiados y el despliegue de fuerzas de paz rusas. El paquete de propuestas no menciona el status de Nagorno Karabaj, pasa por alto este tema. Las propuestas se presentaron a la parte armenia en enero de 2016. La parte armenia las rechazó y en abril de 2016 estalló la Guerra de Abril de los Cuatro Días. Unos meses después, Serzh Sargsyan habló públicamente sobre las armas fabricadas en los años '80, y un año y medio después admitió públicamente que Armenia estaba preparada para renunciar a esas 7 regiones en 2011, pero Azerbaiyán quería más", dijo Pashinyan.
"Formalmente, a partir de 2016 el proceso de negociación continuó en base a los principios de Madrid o su configuración, pero había propuestas rusas, existían y su presencia se veía por todas partes, al menos en la lógica de que para 2018 el traspaso de 7 regiones había sido el principal, si no el único tema negociado. En cuanto a la situación de Nagorno Karabaj, los Copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE ya habían aceptado la lógica de que esta cuestión estaba sujeta a debate tanto como era aceptable para Azerbaiyán. Los Copresidentes se resignaron a esta idea y, de hecho, las propuestas rusas comenzaron a ser consideradas como propuestas de los Copresidentes", advirtió el Primer Ministro, quien aseguró que "Turquía estaba echando leña al fuego, cuyas armas se habían alargado tras el fracaso de la diplomacia del fútbol, y consideraba que la transferencia de 7 regiones era el único requisito previo para la estabilidad en la región". "Azerbaiyán, a su vez, continuó declarando que no se podía discutir el estatus de Nagorno Karabaj fuera de Azerbaiyán, y después de la aparición de las propuestas rusas, Azerbaiyán endureció su posición: no se puede discutir el estatus de Nagorno Karabaj en esta etapa. Dejemos que las próximas generaciones aborden el problema. De hecho, heredamos esa misma situación en las negociaciones sobre la cuestión de Nagorno Karabaj".
De acuerdo con el Primer Ministro, cuando él asumió "el proceso de negociación se había convertido en un proceso de desviación grave desde el punto de la firma del cese del fuego el 12 de mayo de 1994". "Es una declaración triste, pero la parte armenia no ha logrado ningún progreso en todo el proceso de negociación, que es una larga historia de fracasos. Hay varios momentos clave en esta historia: en primer lugar, es la cumbre de Lisboa de 1996, donde quedó registrado que estamos solos en el mundo; luego, la exclusión de los representantes de Nagorno Karabaj del proceso de negociación, que gradualmente colocó el conflicto de Nagorno Karabaj en la lógica de una disputa territorial entre Armenia y Azerbaiyán; además, el establecimiento de dicha lógica de negociación, según la cual la entrega de 7 regiones a Azerbaiyán se consideró el principal objetivo del proceso de negociación; además, la negativa de Azerbaiyán a discutir la situación de Nagorno Karabaj; y después de eso, las propuestas rusas, cuyo problema clave es la exclusión del estatus de Artsaj de la agenda de las negociaciones", señaló Pashinyan.
"El tiempo fue el único activo que tuvo la parte armenia durante todo el proceso de negociación de 23 años, que, por supuesto, habría dado lugar a logros importantes si se hubiera utilizado a nuestro favor. Pero la guerra de abril de 2016, cuando se registró que 22 años después de la victoria, el ejército armenio luchaba con armamento que databa de los años '80, puso fin a la era de estancamiento del tiempo. No por este hecho, por supuesto, sino porque, en el contexto de un empeoramiento de la situación internacional, Rusia ya estaba harta de esas acusaciones y en realidad no estaba a favor de un arreglo, ya que alargaba la cuestión".
"En tales condiciones, nos enfrentamos a una opción simple, a saber, encajar en la lógica descrita anteriormente y proceder a la transferencia de territorios, que se denomina convencionalmente 'negociaciones sustantivas', o intentar cambiar la lógica de las negociaciones", marcó el Premier.
"Desde 2018, nuestras acciones han tenido como objetivo resolver este mismo problema, y este proceso alcanzó su punto culminante el 12 de marzo de 2019 en una reunión conjunta de los Consejos de Seguridad de Armenia y Artsaj en Stepanakert, donde pronuncié un discurso de apertura acordado con las autoridades de Artsaj. Las tesis de ese discurso fueron las siguientes: la cuestión de la participación de los representantes de Artsaj en el proceso de negociación debía estar en nuestra agenda; los principios de Madrid debían recibir una interpretación unificada, porque Azerbaiyán los interpretó de una manera y Armenia de otra, lo que hizo que el proceso fuera ineficaz; los pueblos de ambos lados tenían que estar preparados para la paz y cualquier solución del problema de Karabaj debería ser aceptable para el pueblo de Armenia, el pueblo de Artsaj y el pueblo de Azerbaiyán", agregó Pashinyan. "Sin embargo, el programa propuesto no era en modo alguno una condición previa para continuar el proceso de negociación, sino una expresión de nuestras ideas sobre cómo hacerlo efectivo. Todos estos puntos fueron de fundamental importancia. La exclusión de Artsaj del proceso de negociación y la transferencia de las negociaciones al plano de Armenia-Azerbaiyán planteó una amenaza, en primer lugar, para Armenia, ya que de ese modo Azerbaiyán bien podría señalar como ocupante a Armenia. Además, este formato en sí distorsionó la esencia del conflicto de Karabaj, colocándola en la lógica de una disputa territorial entre Armenia y Azerbaiyán".
De acuerdo con Pashinyan, "este fue el error diplomático más grande y catastrófico de Armenia en la segunda mitad del decenio de 1990, que, dicho sea de paso, podría haberse evitado. En ese momento, sí, Armenia podía negarse a negociar sin Karabaj, porque Azerbaiyán no estaba listo para la guerra, no se había recuperado del impacto de la derrota e incluso la suspensión del proceso de negociación no podía representar una amenaza seria para Armenia y Artsaj". Según él, Azerbaiyán "interpretó que los Principios de Madrid implicaban que la población armenia de Artsaj solo podía autodeterminarse dentro de Azerbaiyán", mientras que Armenia dijo que esos principios "no eran una fórmula para resolver el problema".
"Al expulsar a los representantes de Nagorno Karabaj del proceso de negociación, ni siquiera nos dimos cuenta de que estábamos reduciendo las posibilidades de autodeterminación de Artsaj debido al hecho de que la autodeterminación de un 'territorio ocupado' es una tontería a priori. Esta fue también la razón por la que en la primera mitad de la década de 2000 las negociaciones culminaron en el concepto de 'intercambio de territorios', por ejemplo, Meghri a cambio de Karabaj…", agregó el Primer Ministro armenio.
En relación a su actuación, Pashinyan dijo que él presentó "una fórmula bastante constructiva, insistiendo públicamente en que cualquier solución al conflicto de Nagorno Karabaj también debe ser aceptable para el pueblo de Azerbaiyán. El objetivo de todo esto fue sacar dentro del proceso de negociación del conflicto de Nagorno Karabaj la lógica primitiva de la transferencia de territorio". "Pero hubo una falla, porque resultó que el tren de 2016 no se pudo detener. Muchos ahora dicen que el tren podría haber sido detenido por medidas prorrusas y políticas prorrusas, y supuestamente nuestro gobierno hizo exactamente lo contrario. Sin embargo, la realidad es completamente diferente, y quienes lo dicen no notan un punto de inflexión como la decisión tomada por el gobierno armenio en 2019 de enviar ingenieros de campo y médicos a Siria", planteó.
"Desagradable habría sido la entrega de territorios a cambio de esencialmente nada. Ahora, por supuesto, en retrospectiva podemos decir que hubiera sido mejor de lo que tenemos ahora, al menos hubiéramos salvado miles de vidas. Pero esto es en retrospectiva", aseguró Pashinyan.
Según el Primer Ministro, las batallas de julio de 2020 "jugaron un papel negativo en el sentido de que Azerbaiyán, al darse cuenta de que no podría triunfar militarmente por sí solo, decidió involucrar a Turquía y mercenarios sirios. Ese fue el momento decisivo en el que tuvimos que decidirnos por concesiones unilaterales. Incluso antes de los acontecimientos de julio, la retórica cada vez más endurecida de Azerbaiyán no dejaba otra opción".
"Por cierto, la propaganda anti-armenia de Azerbaiyán es el único factor que ha existido durante los últimos 15 años. El odio a los armenios, el reconocimiento incondicional de Karabaj como territorio de Azerbaiyán, la propaganda incesante sobre la resolución de la cuestión por la fuerza habían alcanzado su punto culminante en ese momento. Incluso con ese telón de fondo, el proceso de negociación continuó hasta donde lo permitió la pandemia. Nuestro Ministro de Relaciones Exteriores estuvo en estrecho contacto con los Copresidentes del Grupo de Minsk. Pero, de hecho, Azerbaiyán no entró en las negociaciones, lo que demuestra claramente que su propósito en las negociaciones era la transferencia de territorios sin condiciones previas", siguió Pashinyan. "Si hubiéramos dicho que estábamos de acuerdo, por supuesto que la guerra se habría evitado. Podríamos haber detenido la guerra en las condiciones que dije el primer día de la guerra en una reunión especial de la Asamblea Nacional cuando declaramos la ley marcial. Pero esta opción no solo me resultaba inaceptable, sino que en esos días no escuché una sola persona que dijera que debía hacerse eso".
"Sé que esta parte del artículo dará un argumento bastante plausible a favor del hecho de que en el caso de una transferencia pacífica de tierras a través de negociaciones, nuestra posición en las negociaciones sería mucho más fuerte, porque actuaríamos desde la posición de un ganador y podría obtener más. Bueno, podríamos haberlo hecho antes, cuando Azerbaiyán era mucho más débil en términos militares. Teníamos una posición ganadora, pero nunca la utilizamos en toda la historia del proceso de negociación para asegurar un resultado concreto", opinó el Premier. "¿Pueden argumentar que habría que haber entregado 5 regiones, dejando dos regiones vinculadas con el estado de Nagorno Karabaj? Ese es un argumento lógico. Pero, ¿por qué Azerbaiyán aceptaría en 2018 o 2020 lo que categóricamente no aceptó en 2011, cuando en Kazán se negó a firmar el documento acordado a nivel de las Cancillerías? Permítanme recordarles que en ese momento Azerbaiyán estaba menos preparado para la guerra", manifestó.
Por último, aseguró que "todo el significado y el propósito del proceso de negociación que se ha estado llevando a cabo durante 20 años fue dar a Azerbaiyán la esperanza de que podría lograr mediante las negociaciones lo que quería lograr mediante la guerra". "El propósito de las negociaciones a lo largo de 20 años fue infundir esperanza en las autoridades de Azerbaiyán y, de hecho, fui yo quien decepcionó a Azerbaiyán en el contexto de dichas esperanzas. Después de todo, ¿de qué manera y cuándo terminaría la estrategia de infundir esperanza en Azerbaiyán? Inculcamos esperanzas en Azerbaiyán, mientras compraba armas y simultáneamente registraba en diversas instancias de discursos internacionales acerca de la resolución del conflicto de Nagorno Karabaj en el marco de su integridad territorial".