“Los gobernantes turcos se niegan a reconocer la masacre de millones de armenios y eso se nos presenta como algo inaceptable”
Entrevista a Seirán Ohanian, Ministro de Defensa de Armenia
Ricardo Angoso
Cambio 16
Seirán Ohanian es el ministro de Defensa de Armenia desde hace algunos años. Ya superados los primeros conflictos entre su país y Azerbaidján, aunque con la tensión en alza todavía en Nagorno Karabagh tras una serie de incidentes fronterizos, Ohanian asegura que el más firme deseo de su país es defenderse de las agresiones externas. Y también garantizar a los armenios la seguridad y la estabilidad, algo no siempre fácil en una región muy condicionada a los deseos y anhelos de los grandes poderes regionales.
¿A qué se debieron los últimos incidentes en la frontera entre Karabagh y Azerbaidján, cuál es la situación actual?
La situación, es cierto, se agravó este verano. Actualmente es menos tensa y se puede decir que se han reducido los incidentes. Hubo algunas acciones deliberadas por parte de las tropas azeríes buscando elevar la tensión y hubo ataques a puestos de defensa armenios. En la misma lógica, Azerbaidján sigue creando estas situaciones en la primera línea del conflicto para ponerlo de relieve y evitar soluciones pacíficas.
Lo que queremos nosotros es garantizar la seguridad para todos los ciudadanos de Armenia y Nagorno Karabagh y nos mantenemos atentos a lo que ocurre en la línea de contacto con Azerbaidján. Estamos muy pendientes de lo que ocurre en la otra parte. Tomamos medidas para repeler las acciones de nuestros enemigos en nuestras fronteras y para defenderlas, que es un legítimo derecho que poseemos. Nos estamos preparando para responder a las acciones hostiles que pretendan llevar la violencia y elevar la tensión justo en nuestra frontera, en lo que son nuestras defensas para proteger a la población, pero no somos responsables de las acciones provocadas por nuestros enemigos. También estamos preparando medidas de prevención para evitar esos ataques y tan solo recurrimos a la fuerza si nos atacan, tal como le he dicho antes. Nunca atacaremos a Azerbaidján unilateralmente.
Cuando han pasado más de veinte años desde la independencia, ¿cómo es posible que todavía no se hayan resuelto los problemas con Turquía y se hayan abierto las fronteras?
Ya han pasado 23 años este año desde que se proclamó la independencia y las cosas con Turquía no han avanzado, obviamente y todo el mundo sabe cuál es el motivo. Los principales objetivos del gobierno de Armenia en estos años han sido mantener una política exterior libre e independiente para nuestro país y en eso hemos trabajado en este tiempo. También hemos querido superar las cuestiones y problemas pendientes que teníamos con Turquía, claro está, esa ha sido nuestra intención que no ha dado sus frutos. Nuestro objetivo siempre ha sido establecer relaciones diplomáticas plenas con Turquía y abrir nuestras fronteras, pero también nos encontramos en que Turquía ponía muchas objeciones para salvar estas distancias. Esas precondiciones eran el genocidio armenio y la cuestión de la República de Nagorno Karabagh. Nosotros pensamos que tiene que haber un reconocimiento por parte de Turquía del genocidio armenio, algo que todavía no ha ocurrido y ya han pasado cien años. Los gobernantes turcos se niegan a reconocer la masacre de dos millones de armenios y eso nos presenta como algo inaceptable.
¿Cómo son las relaciones entre Armenia y Rusia?, ¿afectan el carácter positivo de las mismas a las relaciones con los Estados Unidos?
Tratamos de mantener un equilibrio entre estos dos grandes poderes y que las relaciones con ambos sean buenas, tal como ha hecho Armenia en estos años. En este equilibrio del que hablo la cooperación de nuestra defensa con los dos ha sido muy positiva y ha dado buenos resultados. En primer lugar, Rusia es un aliado y un socio geopolítico en esta parte del mundo que coopera con nosotros y con quien tenemos muy buenas relaciones, eso es innegable, pero hemos tratado que al mismo tiempo que eso ocurría, tuviéramos también relaciones positivas y abiertas con los Estados Unidos. Somos miembros, por ejemplo, de la OSCE, la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa, y ahí estamos trabajando con los Estados Unidos y otros países de Europa en esta región y en otras partes del mundo. También hemos participado en un diálogo permanente con la OTAN e incluso hemos tenidos algunos trabajos conjuntos en misiones de paz con la vista puesta en la estabilidad regional y la seguridad internacional.
¿Cuál es la posición oficial de Armenia con respecto a la OTAN, cooperación o integración plena?
El objetivo final de esta relación no es ser miembros plenos de la OTAN, como hemos dicho desde el principio de la existencia de nuestro Estado, pero sí queremos tener relaciones de amistad y cooperación con esta importante organización. Los objetivos de esta colaboración deben atender a objetivos concretos, tales como establecer garantías de seguridad para Armenia cooperando con la OTAN en la búsqueda de la estabilidad regional e internacional. Pero, al mismo tiempo, estableciendo que la cooperación de nuestro país con esta organización sea través de misiones de paz de carácter multinacional. Y, en tercer lugar, queremos intensificar la participación de expertos y profesionales de la OTAN en el proceso de modernización y profesionalización de nuestras fuerzas armadas, algo en lo que estamos trabajando ahora.
Así, si se cumplen estos tres objetivos que hemos dicho, lograremos que el ejército de nuestro país alcance un mejor nivel y tenga estándares más adecuados a los de otras fuerzas militares con la ayuda de la OTAN, lo que será beneficioso para ambas partes. Creemos que así podremos trabajar sin necesidad de integrarnos plenamente en la OTAN. Por ejemplo, hemos trabajado con la OTAN ya en Kosovo y Afganistán de una forma favorable y contribuyendo a llevar la paz a estas zonas, eso demuestra que nuestro espíritu es positivo y estamos abiertos a la cooperación.
¿Cómo se ha transformado el ejército armenio después de la independencia de la Unión Soviética?
Hemos venido trabajando en todos estos años en un auténtico proceso de modernización de nuestras fuerzas armadas. Hemos trabajado sobre todo para crear un ejército con hombres auténticamente capacitados, profesionales y bien preparados, ese el objetivo final de ese proceso. Hemos aprobado, en este sentido, una gran reforma en el año 2008 con el fin de profesionalizar a nuestro ejército y en el 2011 establecimos una estrategia de defensa y seguridad que ahondaba en ese camino. Nuestras fuerzas ya han puesto de manifiesto un grado satisfactorio de efectividad y profesionalidad en las ocasiones que han tenido que demostrarlas de alguna forma, como ocurrió en el pasado.
Queremos crear unas fuerzas amadas que estén a la altura de lo que nuestra sociedad demanda para su defensa y también para que puedan atender las situaciones de crisis que se puedan dar en esta región. Nosotros también trabajamos para que estas fuerzas sean modernas, tengan buenos profesionales formados y calificados y también para tener las armas adecuadas para cumplir con sus misiones.
Nuestras fuerzas tienen 50.000 hombres y estamos trabajando para que tengan el nivel de preparación máximo. Tenemos que trabajar en su preparación y dar una mejor formación a nuestros hombres para que puedan cumplir sus misiones cuando se presenten. Las crisis siempre llegan inesperadamente.
Finalmente, ¿qué significa para ustedes el Genocidio Armenio ahora que se van cumplir los cien años de las masacres que ocasionaron la muerte de dos millones de personas de su grupo étnico?
El Genocidio Armenio es muy importante para todos, tiene un gran significado para nuestra sociedad, el gobierno, la nación, e incluso las Fuerzas Armadas. Creo que tenemos que aprender de estas lecciones de la historia y las mismas nos dan muchas enseñanzas para el presente y el futuro también.
Estas lecciones deberían servir a todos, tanto a la comunidad internacional como a la sociedad turca, que todavía no ha asumido el rol de su país en la responsabilidad del genocidio, pero comprobamos que la barbarie continúa en el mundo y vemos en estos días con horror los hechos perpetrados por los yihadistas y la historia se sigue repitiendo, por eso no debemos olvidarla y mucho menos ocultarla.