Armen Sarkissian: "No quiero que los armenios de la diáspora vean a Armenia como un Disneyland al que viajan una vez cada dos años para llevar a sus nietos"

23 de junio de 2021

El presidente de Armenia, Armen Sarkissian, brindó una entrevista al diario español El País el 23 de junio en la que se refirió a la actualidad del país en la posguerra y las elecciones parlamentarias del domingo anterior.

Al referirse a la campaña electoral, Sarkissian se lamentó por "el lenguaje que han usado los políticos, grosero, intolerante, sin calcular las consecuencias", hecho que calificó como "inaceptable".

En relación a la guerra de Artsaj (Nagorno Karabaj), el Presidente armenio aseguró que lo firmado por Armenia, Azerbaiyán y Rusia en noviembre del 2020 "no es un acuerdo de paz" sino un "anuncio de alto el fuego en el que existe una tercera parte, Rusia, que es el garante de esa tregua". "Si Rusia no estuviera allí la situación sería completamente diferente. ¿Hay alguien que pueda darme la garantía de que Azerbaiyán, con Turquía, no se sentiría libre de entrar? Está claro que este alto el fuego se acuerda entre las tres partes; tal vez haya un cuarto involucrado detrás de escena [Turquía], un miembro de la OTAN como su país [España], que viene y ataca a un país pequeño como Armenia usando armas de la OTAN", opinó Sarkissian.

Al ser consultado por las relaciones de Armenia con la Unión Europea, el Presidente recordó que durante la guerra "no escuchamos mucho de la Unión Europea". "Pero se trata más de nosotros: tenemos que aprender a ser más activos donde ya estamos, que es la Unión Económica Euroasiática, y luego construir nuestras relaciones con la UE, porque somos miembros de relaciones especiales y acuerdos especiales; que es un vínculo suficientemente profundo. Pero los acuerdos son acuerdos. Si no se les da vida no valen nada. Tenemos que estabilizar la situación en Armenia y enfocarnos en solucionar los muchos problemas internos. Este es un país que ha perdido a miles de jóvenes durante la guerra. Y no fue una guerra victoriosa, como la de hace 26 años. Y hay tensiones entre Armenia y Azerbaiyán en las fronteras. Y problemas muy emocionales, porque aunque Armenia ha devuelto a todos los prisioneros, Azerbaiyán no. Ni siquiera conocemos la cifra exacta de retenidos, definitivamente más de 200. Bakú los está usando para regatear, negociando un poco aquí y allá: este pueblo, este camino. Eso está mal. No puedes usar vidas humanas para comerciar", subrayó Sarkissian.

En ese sentido, remarcó que "Armenia no quiere estar entre Rusia y Europa": "Durante un largo tiempo hemos tenido relaciones muy estrechas, históricas, con Rusia. Y si eres una nación que tuvo una historia de genocidio con el vecino del sur, Turquía, entonces debes tener mucho cuidado. Y necesitas un amigo. Durante muchos años Rusia fue ese amigo, y otros lo entendieron. Hemos tenido relaciones profundas y fuertes con Rusia y las seguiremos teniendo, pero no hay contradicción en eso y que Armenia tenga también buenas y profundas relaciones con la UE".

Sobre este punto, Sarkissian sugirió mejorar las relaciones no solo con Rusia, sino también con Europa: "Tienes que trabajar muy activamente, especialmente cuando eres, como Armenia, un Estado pequeño, pero una nación global, con millones de personas fuera, en la diáspora. Y esto es lo que voy a aconsejar al próximo Gobierno: que sea mucho más proactivo y que escuche a los amigos, que trabaje con ellos de manera efectiva. Lo que está claro es que durante la guerra de Nagorno Karabaj el apoyo internacional de Armenia ha disminuido, comparado con el que teníamos a principios de la década de 1990, durante la primera guerra de Nagorno Karabaj, en la que el Ejército ganó".

También opinó, como ya lo había hecho en otras oportunidades, que está a favor de un cambio en la Constitución: "La Constitución reformada en 2015 hace de este país no una república parlamentaria, sino una república del primer ministro. Para poder tomar la decisión correcta siempre hay que rendir cuentas. Y en la Constitución actual, el primer ministro tiene todos los derechos pero básicamente no rinde cuentas a nadie, es responsable ante el Parlamento, es decir, ante sí mismo porque tiene mayoría. Y cuando no tienes la cultura de las instituciones parlamentarias, y no la tenemos, no funciona. En las elecciones parlamentarias de Armenia ha habido 25 partidos y sindicatos, y ninguno es un partido real; solo existen durante las elecciones, siguen existiendo si llegan al poder y desaparecen cuando lo pierden. No hay ideología, no hay sistema".

En cambio, sugirió volver a un sistema presidencialista: "Armenia fue parte del imperio ruso, del zar, del imperio soviético. Y luego fuimos una república. La cultura de las presidencias está ahí. Además, somos cristianos. Siempre nos gusta tener un salvador. Vemos eso también hacia los políticos: 'venid y salvadnos. Haznos las mejores promesas que puedas. Te creeremos. Aun sabiendo que no las cumplirás'. Este es un país que entenderá mejor el poder vertical que el poder directo parlamentario. Las instituciones europeas nos animaban a desarrollar una democracia parlamentaria, pero en realidad, la mayoría de las personas no lo entienden. Esa es mi misión el próximo año. El partido del actual primer ministro en funciones ha ganado y ya anunció públicamente que cambiaría la Constitución. Veremos si cumple su palabra o se convierte en un político clásico. Pero incluso con un sistema presidencial, tenemos que equilibrarlo con un Parlamento fuerte, lo cual no hacemos ahora. Nuestro Parlamento no es representativo. Tenemos que volver al caso en el que los miembros del Parlamento representan a personas, personas concretas, lugares concretos, ciudadanos concretos de la ciudad. Y luego tenemos que resolver el asunto clave de cómo trabajar con nuestra diáspora".

Sobre la diáspora, a la que calificó como "nuestro ejército en el extranjero", Sarkissian remarcó que se trata de un "tesoro nacional" que no está siendo utilizado. "Hemos puesto barreras para evitar que los armenios de la diáspora entren en nuestro país políticamente o de otra manera. Para ser miembro del Parlamento es necesario haber vivido en Armenia los últimos cuatro años, lo cual es una tontería. Y tener solo pasaporte de Armenia los últimos cuatro años. Y para ser presidente, haber vivido en Armenia los últimos seis años y tener un único pasaporte: el armenio. Pero hace falta valor humano y alguien que tenga experiencia en la vida, viajar, trabajar. Hay un enorme número de armenios en todo el mundo en política, en los negocios. Ninguno de ellos puede contribuir ahora excepto con caridad. Y no se puede ayudar al país solo con caridad. Tener experiencia mundial, conocimiento, es una ventaja y una bendición. No quiero que los armenios de la diáspora vean a Armenia como un Disneyland al que viajan una vez cada dos años para llevar a sus nietos, para mostrar a sus antepasados y que tenemos un amplia y antigua cultura. Quiero que sean parte de este país. Solo así podremos tener éxito. Imagínense, frente a los tres millones y medio de ciudadanos actuales, ¿qué tal 15 millones ayudando?".

Compartir: