Epílogo semanal 23/9/21

23 de septiembre de 2021

Con una marcada división entre sus ciudadanos, producto de la crisis de la postguerra, Armenia celebró el 30 aniversario de la República el martes 21 de septiembre. Por un lado, un fastuoso y colorido festejo organizado por el gobierno en la Plaza de la República, aunque con menos público del esperado. Por otro lado, una concentración en Yerablur, el panteón militar de los héroes armenios, lugar elegido por los familiares y amigos de las víctimas de la última guerra para homenajearlos con antorchas y fotografías de los caídos.

¿Es posible celebrar la independencia de un país dentro de cuyas fronteras el enemigo se mueve libremente, cierra rutas, ocupa posiciones, pretende ocupar corredores de comunicación?, se pregunta una nota editorial de Troshag, órgano de la FRA-Tashnagtsutiún. En el mismo sentido, Ricardo Yerganian, exdirector del Diario ARMENIA, escribió esta interesante opinión sobre el festejo oficial.

En nuestra región la fecha se recordó en numerosos artículos periodísticos en importantes medios locales en los que también se hizo referencia a la historia, cultura, perspectivas de futuro y, en algunos casos, los reclamos armenios. Varias ciudades rindieron homenaje iluminando con intensidad los monumentos y edificios emblemáticos con los tres colores de la bandera armenia, un verdadero espectáculo para la vista. Las redes sociales también se llenaron de mensajes orgullosos por el aniversario.

Por su parte el Consejo Nacional Armenio (CNA) emitió un comunicado en el que fija su posicionamiento político abogando  por “una diáspora fuerte con identidad propia que trabaje conjuntamente con el Estado Armenio como una de las piezas esenciales para el desarrollo y superación de las dificultades y amenazas que enfrenta nuestra nación”, entre otros conceptos.

En tanto, Erdogan reveló el 19 de septiembre que el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, le pidió una reunión a través de un mensaje transmitido por el primer ministro de Georgia, Irakli Garibashvili. Poco antes de viajar a Nueva York, para la inauguración de la 76º Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente turco dijo “si (Pashinyan) quiere reunirse con Recep Tayyip Erdogan, hay algunas medidas que deben tomarse” y condicionó la apertura de un canal de diálogo a que Armenia “abra el corredor de Zangezur”.

“Es desconcertante que, por un lado Pashinyan esté diciendo que la parte armenia no está discutiendo el tema del corredor y por el otro, expresa su deseo de reunirse conmigo”, afirmó Erdogan en una rueda de prensa. En el entorno del Primer Ministro armenio no negaron el pedido de reunión.

La portavoz del Gobierno, Mané Gevorgyan, dijo que Armenia está preparada para tales contactos y que en caso de establecer una agenda productiva estará lista para reuniones al más alto nivel”. Gevorgyan expresó también que las citas de Erdogan sobre el “corredor Najicheván” van en contra de los esfuerzos por establecer la paz y la estabilidad y superar la atmósfera de enemistad en la región”.

Erdogan establece claramente las condiciones para el acercamiento entre los dos países e insta a Armenia a reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán, algo que en el estado actual significa reconocer a Artsaj como parte de Azerbaiyán. Exige la apertura de un corredor de transporte que conecte a ese país con Najicheván y pretende, además, que Ereván deje de hacer campaña por un mayor reconocimiento internacional del Genocidio Armenio.

“Pashinyan tiene la esperanza de que después de satisfacer las demandas turco-azerbaiyanas, Armenia obtendrá la paz eterna, pero estos sueños no tienen nada que ver con lecciones históricas o programas estratégicos turcos o claras realidades geopolítica”, sostiene el editorial de Troshag al que hacíamos referencia más arriba.

Irán hace movimientos militares en la frontera con Azerbaiyán.

La semana pasada advertimos sobre la preocupación y la mirada atenta de Irán en relación al decomiso y la imposición del pago de impuestos por transportar sus mercaderías en las rutas del sur de Armenia por parte de soldados de Azerbaiyán. Días más tarde se produjo el arresto de transportistas que se negaron a realizar el pago exigido.

En respuesta a esas coacciones, Teherán comenzó una importante movilización de tropas y de equipos militares con cientos de cohetes, morteros y granadas propulsadas por cohetes adicionales frente a la frontera azerbaiyana, del otro lado del río Arax.

Es sabido que Irán no ve con buenos ojos la activa asociación militar de Azerbaiyán con Turquía y Pakistán que se incrementó en las últimas semanas. Algunas informaciones revelan también que las autoridades de Azerbaiyán también están movilizando sus tropas a la frontera con Irán y que en los últimos días hubo protestas anti-iraníes en Bakú en las que hasta se pintó burlonamente un retrato del héroe nacional iraní Suleimani.

La comunidad movilizada

A un año del horror de la guerra que nos dejó atónitos ante tanta violencia, injusticia e indiferencia, varias instituciones con sede en Buenos Aires convocaron a una marcha el próximo domingo 26 a las 15:30 ante las embajadas de Azerbaiyán y Turquía.

Los referentes de las organizaciones convocantes nucleadas en la FRA-Tashnagtsutiún coincidieron en destacar la importancia de llevar adelante la protesta como demostración de fortaleza y unidad en los reclamos hacia los dos estados agresores. La manifestación tiene como uno de sus objetivos canalizar y amplificar nuestras demandas y derechos como pueblo.

Al día siguiente, el lunes 27 a las 16:45 en el obelisco porteño  y en distintas ciudades del país y de Latinoamérica, IARA – Instituciones Armenias de la República Argentina, convocó a una protesta silenciosa a modo de intervención con vestimenta y barbijos negros.

La marcha es una forma de expresión legítima con la que los armenios de la diáspora, en especial los de Sudamérica, estamos familiarizados desde hace varias décadas y a las que le impusimos una impronta propia desde los inicios de la primavera democrática argentina, allá por 1983.

Toda manifestación es política. Los reclamos, las demanda, los pedidos, con o sin pancartas, a los gritos o en silencio son actos políticos y ese carácter no debe ser tomado como una descalificación, al contrario. Son mensajes multidireccionales, una demostración de fuerzas.

La movilización comunitaria es un compromiso que nos involucra a todos en temas que nos tocan de cerca. Es importante encontrarnos para marchar y reclamar contra la injusticia, en unidad, en forma activa y contundente, como lo hicimos el año pasado en plena guerra. Participar nos empodera.

Para finalizar sugiero leer esta nota editorial de La Nación de hoy.

Hasta la semana próxima.

Pablo Kendikian

Director de Diario ARMENIA

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