¿Cuándo llegará el día del NO de los armenios?
Mientras gran parte del mundo celebraba la Nochebuena, Aliyev festejaba a lo grande su 60º aniversario en el Hadrut ocupado...
Esa noche la más grata sorpresa se la dio Pashinyan. ¿Quién mejor que el primer ministro de Armenia en persona, para salir a defender a los cuatro vientos las tesis turco-azeríes sobre la cuestión de Artsaj? Un regalo de cumpleaños perfecto, en vivo y en directo, durante una pseudo conferencia de prensa dirigida tanto al auditorio interno como al externo.
Pashinyan finalmente se quitó la careta y sacó a relucir su verdadero rostro político. Develó todo su oculto resentimiento contra los intereses nacionales armenios que cultivó durante sus años de periodista de pacotilla en un pasquín familiar. Y su síndrome de Estocolmo, que ya no puede ni quiere ocultar...
El primer ministro planteó las tesis favorables a Azerbaiyán con tanto entusiasmo, que su colaboracionismo llegó a extremos inverosímiles. ¿Qué mandatario de Armenia se hubiera permitido cuestionar el carácter armenio de Artsaj? A no confundirse: no está haciendo de abogado del diablo, lo es.
La reacción de Stepanakert fue contundente: los ombudsman de Armenia y de Artsaj al unísono, el Parlamento y el mismísimo presidente de Artsaj salieron al cruce de esas declaraciones, en un suceso sin precedentes en los últimos treinta años.
No nos detendremos a analizar una por una las manipulaciones que puso en práctica Pashinyan. Lo que sí hay que reconocerle, es su gran capacidad para desdecirse y tergiversar, deformar, falsear, enmarañar, alterar, retorcer y enredar los hechos. No sabemos si habrá realizado un curso al respecto o si expertos en psicología de masas le asesoran cómo proceder en cada ocasión.
Pero hay un tema que no podemos pasar por alto. Preguntado acerca del proceso de normalización de relaciones con Turquía, Pashinyan recordó que Armenia nunca ha puesto precondiciones a ese diálogo: “Nunca hemos dicho que Turquía primero debe reconocer...” ¡Chocolate por la noticia! Lo que no dijo es que Ankara sí las ha puesto y que no se sentará a negociar sin antes haber obtenido esas ya famosas “señales positivas”, es decir, el consentimiento a las condiciones impuestas, que él está dispuesto a dar –o que ya ha otorgado- en aras de su “era de paz”.
“Que el mundo entero maldiga a los armenios si tanta maldad olvidasen nuestros hijos”, es la célebre frase de Avedís Aharonian que llevamos a cuestas los hijos, nietos y bisnietos de los sobrevivientes del Genocidio. Palabras proféticas que se hacen extensivas a la tragedia vivida en Artsaj en 2020.
Todo indica que la frase en cuestión está a punto de hacerse realidad a causa de un puñado de serviles y obsecuentes que ostentan el poder en Armenia. La indiferencia y el desdén del mundo hacia nuestros reclamos nacionales –por el Genocidio y por Artsaj- serán el claro reflejo de esa maldición.
¿Cuándo llegará el día del NO de los armenios? Si hay un deseo para el Año Nuevo, es que ese día llegue ya, en 2022.
Ricardo Yerganian
Exdirector de Diario ARMENIA