Davit Ishkanyan: "La política adoptada por las actuales autoridades de Armenia es destructiva para Artsaj"
Diario ARMENIA habló con Davit Ishkhanyan, miembro del Buró de la FRA-Tashnagtsutiún, ex miembro del Parlamento de Artsaj y héroe de la guerra por la independencia de Artsaj (1988-1991). Ishkhanyan habló de la coyuntura de la República de Artsaj frente a las declaraciones del primer ministro Nikol Pashinyan, sobre las amenazas de un nuevo ataque por parte de Azerbaiyán y sobre la presencia de las fuerzas de paz rusas y sobre el no reconocimento de la República de Artsaj por Armenia, entre otras cosas.
La entrevista fue anterior al anuncio del Gobierno de Armenia de retirar sus tropas de Artsaj.
— ¿Qué pasos deben tomar si Armenia reconoce a Artsaj como parte de Azerbaiyán?
—Se ha creado una nueva situación después de la firma de la declaración trilateral el 9 de noviembre de 2020. Quién hoy principalmente dicta esa situación es, lamentablemente, Azerbaiyán. La dirección peligrosa de todos los pasos y procesos es que parece que Azerbaiyán está logrando su objetivo: tratar de incluir a Artsaj en su territorio. Se ve en el proceso de delimitación y demarcación con Armenia, con la firma con Armenia de un acuerdo de paz cuyo objetivo es cerrar definitivamente el tema de Karabaj, para resolverlo en forma definitiva. Azerbaiyán no oculta sus intenciones, las formula públicamente; no pierde oportunidades en reuniones oficiales para enfatizar constantemente que el tema de Karabaj está cerrado. Azerbaiyán cree que ha resuelto el conflicto con la guerra y la fuerza de sus armas, y anuncia al mundo que no existe una entidad administrativa "Nagorno Karabaj".
Otra es la cuestión de la política que persigue Armenia, y qué enfoques tiene la República de Armenia y sus autoridades actuales. Desafortunadamente, no vemos una política proactiva de su parte. No vemos predisposición en reaccionar a las iniciativas de Azerbaiyán, no vemos que tome iniciativas.
En la situación actual, los funcionarios de la República de Armenia, desde el Primer Ministro, hasta el Presidente del Parlamento, o el Ministro de Asuntos Exteriores, parecen haber resignados a la idea de ver a Artsaj dentro de Azerbaiyán. Aquí toda la carga del problema recaerá sobre el Estado de Artsaj, su pueblo, sus autoridades y el sistema político.
La lucha que iniciamos en 1988 fue una continuación de la lucha de los años 1920. No ha terminado. Estamos ante una nueva etapa de la lucha de liberación nacional, y para esta nueva etapa debemos encontrar los caminos de la victoria. En cualquier caso, es muy importante constatar que en los últimos meses el pueblo, los partidos políticos y las autoridades de Artsaj demuestran intención de luchar. Un vívido ejemplo de esto puede considerarse la atmósfera y el estado de ánimo creados durante la movilización popular del 28 de mayo pasado. En cualquier caso, Artsaj no abandona el camino adoptado en 1988, ese camino debe ser la principal guía para nosotros. Ser parte de Azerbaiyán no se nos pasa por la cabeza ni para el futuro, ni para el inmediato.
— ¿Cuál es el estado de nuestras tropas? ¿Es posible un nuevo ataque de Azerbaiyán?
— Después de la Guerra de los 44 días de 2020, se ha creado una nueva situación. Reflexionar sobre la condición de nuestras tropas en las condiciones presentes es un tema bastante difícil. No es un tema que podamos discutir públicamente. Solo diremos que el Ejército armenio debe recuperar su antigua gloria y poder y su capacidad de resolver los problemas que se les presentan. Desafortunadamente, no estamos en una buena situación hoy. Los esfuerzos conjuntos de los sistemas de defensa de Armenia y Artsaj deben estar dirigidos a lograr nuestro objetivo principal. Se están dando algunos pasos en el campo del armamento, para solucionar ciertos problemas estratégicos y tácticos, pero en general debemos admitir que todo esto no es suficiente para enfrentar los desafíos actuales, y llegar a una solución. Necesitamos tiempo, necesitamos ciertos pasos tácticos para alcanzar el nivel de preparación en términos de rearme del ejército, cambios estructurales, solución de problemas psicológicos para enfrentar nuestros principales desafíos. Hoy esa preparación no es suficiente, tenemos una serie de otros problemas, tanto materiales como humanos, que requieren nuevos enfoques, nuevos esfuerzos.
— ¿Existe un plan para unirse a la Federación Rusa si Armenia, Azerbaiyán o Rusia deciden retirar las tropas de mantenimiento de la paz de Artsaj?
— No hemos renunciado a nuestro principal objetivo estratégico. Ese objetivo es reunir a Artsaj con Armenia. En 1991 mostramos un nuevo enfoque táctico: separarnos finalmente de Azerbaiyán a través de la independencia y unirnos a Armenia en el futuro. La nueva situación creada con el anuncio del 9 de noviembre 2020 dicta nuevos planteamientos. Hoy, cuando el principal garante de nuestra seguridad, Armenia, ha renunciado a su cargo, no puede desempeñar el papel de garante de una seguridad completa. Ese rol se ha "transferido" a las fuerzas de paz rusas, y en condiciones en que nuestro Ejército de Defensa no puede garantizar plenamente nuestra seguridad. Entonces el papel de las fuerzas de paz rusas se torna fundamental. La parte rusa tiene un papel claro que desempeñar. La circunstancia de que Artsaj se uniera Rusia a veces es tema de discusión en los círculos políticos. Hay alguna referencia a 1813. El hecho de que Artsaj se uniera a Rusia en ese año bajo el Tratado de Gulistan, así como nuestros enfoques generales de principios del siglo XX, en los años 1917-1918, cuando había oportunidades para encontrar un terreno común con la parte rusa. Por supuesto, en este momento, considero todo esto un enfoque político realista, porque debe haber posibilidades y condiciones legales previas para eso. Pero debo afirmar que es posible tomar una decisión política correspondiente en cualquier ocasión. Hoy este problema existe entre la gente de Artsaj; nuestra gente está buscando una salida de la situación y pone sus esperanzas en el Estado ruso. Naturalmente, la presencia de las fuerzas de paz rusas, la presencia del factor ruso sugiere precisamente eso, pero debe haber condiciones políticas y legales previas. En cuanto a la reanudación de las hostilidades por parte de Azerbaiyán, no descartamos que puedan hacerlo bajo cualquier pretexto. Los sucesos de Parukh y Karaglkh que tuvieron lugar en marzo son la evidencia de eso. Lo sucedido en Khtsaberd en 2020 posterior al 9 de noviembre también es una prueba vívida. De todas maneras, la presencia de las fuerzas de paz rusas aquí es un mecanismo de contención, y la parte rusa aún puede mantener su papel de garante de la seguridad. No creo que Azerbaiyán, alentado por su éxito militar, inicie operaciones militares a gran escala, ya que la situación puede revertirse y se puede producir un efecto de boomerang y puede perder lo que ha ganado. También, el último año y medio ha demostrado que existen mecanismos de contención, pero no son suficientes. Los eventos de Karaglkh y Parukh pueden tener lugar, pero no hay suficientes condiciones previas para una agresión a gran escala. Por otro lado, estamos tratando gradualmente de resucitarnos, de reorganizar un sistema de seguridad apropiado para la prevención de hostilidades por parte de Azerbaiyán.
—¿Por qué Armenia no reconoció la independencia de Artsaj antes de la guerra o durante la guerra?
—Para Artsaj era muy importante que antes de la Guerra de los 44 días la República de Armenia empezara y terminara el proceso de reconocimiento de la independencia de Artsaj. En diferentes plataformas internacionales, en diferentes países, las estructuras de la FRA trabajaban para el reconocimiento internacional de Karabaj, pero nuestros interlocutores siempre marcaron el hecho de que la República de Artsaj no estaba reconocida por la República de Armenia. Se ha argumentado repetidamente que este reconocimiento podría conducir a las hostilidades, a la guerra. Tal fue el enfoque de la República de Armenia hasta 2016 y después de la Guerra de los 4 días en abril de ese mismo año. Desafortunadamente, así fue también antes y después de la guerra en 2020․ Hoy, quizá no tenga sentido plantear el reconocimiento, cuando no existen las condiciones adecuadas en el proceso de negociación, cuando se viola el papel del Grupo de Minsk, cuando Azerbaiyán declara que no hay más Grupo de Minsk y que el problema de Karabaj está resuelto. Sin embargo, no debemos dejar el tema del reconocimiento en un segundo plano, debemos mantenerlo en nuestra agenda política. El reconocimiento de Artsaj como entidad legal debe ocupar el primer lugar en la agenda de política exterior, con el objetivo de incrementar el papel de Artsaj en la arena internacional y poder influir sobre las decisiones con respecto a su futuro. No hay discusiones políticas de este tipo con las autoridades de Armenia en este momento. En el período de posguerra, las autoridades armenias no tuvieron, ni tienen hoy, ese tema en la agenda. Esto se evidencia por los temas planteados tanto por el Primer Ministro como por el Ministro de Relaciones Exteriores en varias instancias cuando declaran que hay que bajar las expectativas. Hoy no hay condiciones suficientes para abordar este problema, ni siquiera por parte de las autoridades de Artsaj. Es mi convicción que hasta que no haya un cambio de gobierno en Armenia, no habrá discusiones sobre el tema del reconocimiento de la República de Artsaj, y ese cambio de gobierno no está muy lejos. El movimiento "Resistencia" formado en Armenia tiene como objetivo hacer ciertos cambios en la agenda política. El cambio de gobierno no es un fin en sí mismo. Su resultado debe ser la toma de ciertas medidas por el bien de la República de Artsaj y por el bien de la República de Armenia.
—¿Por qué el primer ministro Nikol Pashinyan y los miembros de su gobierno no visitaron Artsaj después de la guerra?
—Cuando hablamos de las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán, mucha gente imagina esas relaciones solo en las esferas económico—financieras. En primer lugar, estas relaciones deben ser consideradas en el campo político. Cuando no están las relaciones políticas, las otras se vuelven secundarias. Se nota aquí una clara política de Azerbaiyán cuando se pretende que se corten todos los lazos políticos entre Armenia y Artsaj. Por falta de relaciones políticas los temas políticos quedan fuera de la agenda. Esta línea adoptada por las autoridades armenias puede considerarse un paso práctico de la predisposición de bajar las expectativas. No es casual que después de la guerra la entrada de altos funcionarios de la República de Armenia estuviera casi restringida. A veces, en distintas ocasiones, las visitas de funcionarios se limitan únicamente a niveles sociales, educativos o culturales. No vemos al Ministro de Relaciones Exteriores, al Secretario del Consejo de Seguridad, al Primer Ministro ni a ningún otro funcionario importante de la República de Armenia en Artsaj. También se puede sospechar la existencia de pedidos correspondientes por parte de Azerbaiyán. En algún lugar probablemente también acuerdos que restringen la entrada de la élite política armenia a Artsaj. Fuimos testigos de tal acuerdo el 12 de abril, cuando las fuerzas de paz rusas prohibieron la entrada de los diputados de los bloques opositores "Armenia" y "Tengo honor" del Parlamento de la República de Armenia. Permítanme recordarles que en esos días se planearon audiencias parlamentarias en Artsaj, discusiones con una agenda política correspondiente. Fuimos testigos de que en 2021, después de la entrada del ex Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Armenia, el Sr. Ara Ayvazyan, las autoridades de Azerbaiyán tomaron una postura política, y restringieron la entrada de actores políticos a Artsaj. Esto demuestra que las autoridades armenias cedieron a la presión de Azerbaiyán. Demuestran que las autoridades armenias, como es costumbre decir, se lavan las manos con respecto a Artsaj y la solución del problema de Artsaj. Prueban que podemos ser testigos de una solución que no esté en los intereses de nuestro pueblo, que no esté en la idea y la filosofía de la lucha de liberación nacional adoptada por el pueblo de Artsaj. Por lo tanto, podemos concluir que el cambio de gobierno en Armenia puede ser el paso principal después del cual podemos levantarnos de vuelta y adoptar una nueva línea política. La política adoptada por las actuales autoridades armenias es simplemente destructiva para nosotros, es muy peligrosa, Artsaj la está padeciendo. Entrevista de Diario ARMENIA con la colaboración de Eduardo Costanian.