Mario Nalpatian: "Tenemos que hacer control de daños para que no se generen nuevas calamidades para el pueblo armenio"
El vicepresidente de la Internacional Socialista y miembro del Consejo Nacional Armenio Mundial, Mario Nalpatian, participó de un debate en Audición Gomidas el el 3 de septiembre en el marco del 31º aniversario de la declaración de independencia de la República de Artsaj (Nagorno Karabaj) junto con el exsenador de Uruguay Rubén Martínez Huelmo y la periodista y corresponsal de Diario Armenia y Audición Gomidas, Betty Arslanian.
Al recordar el momento de la declaración de la independencia de Artsaj en 1991, Nalpatian planteó que en ese momento "había sectores de la vida política que se perfilaban en la Armenia soviética y que cuestionaban el derecho de Artsaj a su autodeterminación". "Digo de autodeterminación porque en el momento previo a la independencia era muy fuerte el sentimiento de buscar la fusión del territorio de la República Autónoma de Nagorno Karabaj a la República Soviética de Armenia. Volviendo a lo central y buscando la similitud de lo que está ocurriendo ahora, anidaba en algún sector de la población y de la dirigencia emergente una concepción stalinista, porque yo procuro separar lo ideológico de la visión stalinista de lo que debe ser Armenia en el Cáucaso sur. En la década del '20 y cuando se conformaba lo que iba a ser la URSS, Stalin, con sus disposiciones administrativas, con su incidencia como comisario de las nacionalidades en la conformación de aquel momento, privó a Armenia de territorios históricos, Artsaj, Najicheván y Javakh. Eso finalmente era parte de su cosmovisión de qué lugar debía ocupar Armenia en ese contexto de pueblos y regional. Esa mentalidad mantuvo su lugar dentro de un sector de la intelectualidad Armenia. Esa concepción de que Armenia son 29.000 km2 hoy persiste en la actual concepción de la República de Armenia. Cuando Nikol Pashinyan llega al gobierno en 2018, los territorios independientes armenios sumaban 42.000 km2. Hoy tenemos 2.300 a 2.400 km2 aún soberanos de la República de Artsaj".
El dirigente aseguró que "algunos estábamos convencidos que la llegada de Pashinyan al gobierno de Armenia iba a ser una calamidad para el gobierno armenio y creo no equivocarme en cuanto a la defensa de aquello que con sangre, con pérdidas humanas irrecuperables se perdió. Porque los territorios, si bien hoy se han perdido, seguramente el tiempo pueda hacer que cuestiones propias de la región y geopolítica internacional permita recuperarlos, pero las miles de vidas, familias destruidas y la migración que la pérdida de esos territorios ha generado son irrecuperables. Yo creo que se pudo haber previsto, pero también tenemos que ser respetuosos de algo importante y es que Pashinyan llegó al gobierno, se hizo cargo en sus términos y hoy sostiene la mayoría. Soy de los que piensan que si bien no comparto su política, es un mandato que le dio el voto popular".
En relación al contexto regional, Nalpatian aseguró que hubo "un proceso de un avance simultáneo del tándem que integran Turquía y Azerbaiyán sobre los derechos armenios que ya exceden la cuestión territorial sino que avasallan y ponen en peligro la posibilidad de un escenario de genocidio". "Si bien usar esta palabra puede resultar fuerte y hasta puede ser banal, cuando un Estado cataloga a otro de haber un elaborado un genocidio y el otro no lo reconoce y tiene pretensiones territoriales, el peligro de genocidio sigue vigente porque crimen que no se condena es un crimen que puede repertirse".
"En aquellos lugares donde se discute el futuro del Cáucaso Sur, la política exterior de Armenia hoy aparece como irrelevante, lo digo con dolor y lo digo con responsabilidad. Tal vez pueda parecer que esto exagerando, pero si las decisiones del futuro del sur de Armenia y de Artsaj se toman en Moscú y se toman en Bruselas donde Turquía pone condiciones y Armenia las acepta al decir que 'nosotros no tenemos condiciones' para tener relaciones con Turquía… pero ellos sí. Cuando Ilham Aliyev decide avanzar sobre territorio armenio, corta el gas en pleno invierno, genera condiciones humanitarias absolutamente peligrosas para la subsistencia de la vida humana en Artsaj, todos tenemos que salir al ruedo de la política internacional y decir que ahí hay una población en peligro, que hay derechos humanitarios conculcados por dos Estados cuyo prontuario es altamente cuestionable", advirtió Nalpatian. "Tenemos que salir a hacer control de daños para que el daño generado no se profundice y no se generen nuevas calamidades para el pueblo armenio".
Por último, el dirigente brindó un panorama difícil de la situación armenia en el mundo: "Nos encontramos en una etapa previa al reconocimiento en Uruguay de 1965 del Genocidio Armenio, cuando todo era muy difícil y hablar de la tragedia armenia era un tema totalmente desconocido para la clase política y para la diplomacia. Hubo un grupo, identificado con Causa Armenia en aquel momento que se propuso cambiar la realidad, algo que implicaba trabajo y compromiso, creer que era posible producir ese cambio. Hoy volviendo a la realidad, la coyuntura internacional, las relaciones de fuerza, respecto de la cuestión de Karabaj ha cambiado totalmente para los armenios, pero no quiere decir, dado que la política es dinámica, que no nos podamos preparar para cuando llegue el momento. El momento puede llegar porque Europa del este, el Cáucaso sur, están en un momento histórico de la política y no estático. Cuando ocurran esas cosas, como ocurrió en 1990/91, el pueblo armenio con el aporte insustituible de la diáspora, logró entender ese momento y generar el 2 de septiembre de 1991 la independencia de Artsaj, que fue totalmente imprevisto y le cambiamos las reglas de juego al conflicto".
"Hoy hay que trabajar para generar condiciones para que ese cambio se produzca, tenemos que trabajar para que en el Parlamento uruguayo, las nuevas camadas de diputados y senadores que desconocen la esencia y la cuestión de Artsaj vuelvan a tener información de lo que es esta cuestión, que la diplomacia en Uruguay, el señor Bustillo, asuma su responsabilidad como marca la tradición uruguaya respecto al pueblo armenio, no la puede ignorar. La diplomacia comercial es importante, pero los países se construyen con conceptos éticos y Uruguay es un ejemplo en el mundo. Recupere el lugar de Uruguay que tanto espera el pueblo armenio de usted", fue el mensaje final de Nalpatian.