Llamamiento a movilizarse por el derecho al retorno a Artsaj
Hace menos de un año, Azerbaiyán capturó los territorios ancestrales de los armenios de la República de Artsaj y expulsó a su población. Hoy día, la tierra permanece secuestrada y el silencio envuelve las ciudades y los pueblos que eran habitados por los artsajíes.
Mientras decenas de miles anhelan la posibilidad de volver a sus hogares, el dictador Alyev desfila por calles desiertas y avenidas vacías, regocijándose en los despojos del crimen y la infamia.
Deshabitada, desolada y desertificada; así está Artsaj.
Rutinas que se repitieron durante siglos fueron interrumpidas. Los hornos cavados en el suelo están apagados; nadie prepara pan lavash en los tonir y la leña se acumula en los bosques.
En las escuelas de Artsaj, nadie aprende.
En sus iglesias, nadie reza.
En sus plazas, nadie juega.
Y en las montañas, solo se oyen los pasos de las tropas de ocupación.
Ese paisaje desolado es apenas el preludio de la consolidación del saqueo. Del mismo modo que ocurrió al término del genocidio del siglo pasado, pronto las ciudades de los armenios serán ocupadas por colonos y las autoridades azerbaiyanas se darán a la tarea de borrar el legado de milenios.
El crimen está ahí y es mensurable. Es tan pesado como los monasterios y monumentos erigidos por los armenios de Artsaj; tan extenso como sus montañas, bosques y ríos.
Algún incauto podrá creer que cualquier techo puede ser llamado hogar; se equivocará. La única forma de reparar un crimen de 11.400 kilómetros cuadrados de superficie es asegurando el regreso de los herederos de esa tierra.
Recuperado, repoblado y floreciente; así tiene que estar el país de Stepanakert y de Shushí.
El proceso para conseguirlo ya empezó y clama por el derecho al retorno; nunca fue más claro el objetivo.
Por eso, este 24 de abril, nos pronunciamos públicamente en favor de la población desplazada de Artsaj y hacemos un llamamiento a todos los integrantes de la comunidad armenia de Buenos Aires a hacer propio el dolor de nuestros hermanos y movilizarse en pro de la realización de sus legítimas aspiraciones.
Asimismo, convocamos a todas las personas destacadas de la sociedad civil, la cultura y la política acompañarnos en este reclamo.
Argentina está con Artsaj y exige el derecho al retorno de su población con garantías internacionales de seguridad.
El mundo tiene que saberlo.
Aram Manukian
Gomidé de la FRA Buenos Aires