La FRA denunció que el Gobierno de Armenia comenzó "abiertamente a promover los enfoques negacionistas turcos"
La Federación Revolucionaria Armenia (FRA - Tashnagtsutiún) emitió un comunicado el 23 de abril en el que denunció que "la exigencia de negarse a buscar el reconocimiento internacional del genocidio es una de las condiciones previas que se imponen" por Turquía y Azerbaiyán, mientras que el Gobierno armenio comenzó "abiertamente a promover los enfoques negacionistas turcos".
El comunicado completo:
En vísperas del próximo aniversario del Genocidio Armenio, nos enfrentamos a nuevos desafíos ontológicos. Hoy, más que nunca, es necesario reparar la protección de nuestros derechos inalienables.
En los últimos años, los ataques hostiles del tándem turco-azerbaiyano contra Armenia y los armenios han cobrado nuevo impulso. Es obvio que la exigencia de negarse a buscar el reconocimiento internacional del genocidio es una de las condiciones previas que se imponen sistemáticamente.
Los representantes del Gobierno armenio ya han comenzado abiertamente a promover los enfoques negacionistas turcos. El otro día se hicieron declaraciones sobre el genocidio perpetrado por la Turquía otomana contra el pueblo armenio, que hasta hoy han sido esgrimidas por funcionarios de Ankara y son tesis exclusivamente turcas. Esta posición de las autoridades del partido oficialista Contrato Civil es un paso intolerable destinado a cuestionar la realidad del Genocidio Armenio.
A su vez, el líder del país no caracteriza el genocidio cometido contra su propio pueblo como un genocidio, rechazando efectivamente la evaluación jurídica y política que es confirmada por historiadores y estudiosos del Genocidio Armenios y fue aceptada y condenada por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y varias otras organizaciones internacionales y países, incluidos los parlamentos, gobiernos y jefes de Estado de las superpotencias.
En este mismo contexto, se intenta contrastar la Armenia histórica y la real, nuestro pasado y presente, nuestra patria y nuestro Estado.
Es obvio que esta actitud negacionista del Gobierno es una continuación coherente de la política adoptada de ceder a la coerción turco-azerbaiyana.
Este comportamiento de las actuales autoridades de la República de Armenia, que apunta a la normalización de las relaciones con Azerbaiyán y Turquía, no sólo no contribuirá al establecimiento de la paz y la estabilidad en la región, sino que validará el precedente de resolver los problemas mediante fuerza o amenaza de la fuerza, algo que es contrario al derecho internacional.
Es de destacar que esta política reprensible se lleva a cabo en las condiciones en que el eje Ankara-Bakú cometió un genocidio contra la población armenia de Artsaj y sometió a Artsaj a una limpieza étnica. En este mismo momento, Azerbaiyán continúa el genocidio cultural en Artsaj con la misma letra con la que Turquía ha estado borrando las huellas armenias en Armenia occidental durante décadas.
No hay duda, sin embargo, de que el pueblo armenio, en Armenia y en el mundo de la diáspora, posee firmemente sus justos derechos, y ningún gobierno en Armenia tiene el derecho de negarles esos derechos.