La entrevista complaciente a Zareh Sinanyan
El periodismo puede adoptar distintas formas: desde una mirada crítica e incisiva que busca profundizar en los temas, hasta una postura más complaciente que evita las preguntas incómodas disfrazadas de molestas. Este contraste se evidenció en la reciente entrevista que el periodista Leo Moumdjian realizó al Alto Comisionado de la Diáspora Zareh Sinanyan, centrada en si este último es negacionista del Genocidio Armenio o si las críticas hacia él tienen un trasfondo político (partidario).
La controversia surgió a raíz de los comentarios del diputado oficialista Antranik Kocharyan quien, a principios de este año, planteó la necesidad de elaborar un listado más objetivo de compatriotas y contabilizar las víctimas del Genocidio Armenio, algo que intenta reabrir el debate y coincide con la posición oficial del Gobierno negacionista de Turquía. Zareh Sinanyan salió enseguida a respaldar la propuesta: "Me gusta mucho lo que dijo el señor Kocharyan porque en realidad este es el comienzo de una realización mucho más científica y objetiva del debate sobre el genocidio y de un proceso de reconocimiento más profundo", fue su declaración en aquel momento.
Cuando Moumdjian le preguntó a Sinanyan si era negacionista, éste contestó reiterando la respuesta que había brindado anteriormente en la Embajada de Armenia en la Argentina cuando fue objetado por sus declaraciones: “Me encantaría darle un nombre a cada una de las víctimas del Genocidio para humanizarlas, porque son personas que tuvieron una historia", afirmó acomodando sus dichos. Luego reconoció que la propuesta de recopilar los nombres era irrealizable, ya que "la información está en los archivos turcos y obviamente fue borrada". En un intento por reforzar su posición personal y familiar ante la lluvia de críticas añadió que es "nieto de un abuelo asesinado en el Genocidio Armenio".
En el mismo sentido, Zareh Sinanyan acude recurrentemente a explicar que en el pasado fue un miembro activo de la influyente Armenian National Committee of America-ANCA (Consejo Nacional Armenio-CNA) en Los Ángeles, algo que no lo exime de formar parte de un gobierno que intenta relegar la cuestión del Genocidio Armenia a discusiones científicas y que deja de lado la lucha colectiva por una resolución justa basada en los principios de reconocimiento y reparación.
Lejos de cuestionar las declaraciones y actitudes del alto funcionario sobre su respaldo inicial a la declaración de Kocharyan y su posterior ajuste de discurso ante la indignación y el rechazo que produjeron sus palabras, el periodista optó por una línea de preguntas a su exjefe que no abordaron las tensiones derivadas por las mismas. Es más, ese tramo significativo de la entrevista pareció estar diseñado más para refutar un titular de Diario ARMENIA que había señalado a Sinanyan como un "negacionista", que para interpelarlo y abordar éste y otros temas como la poca eficiente labor con la Diáspora armenia.
El contexto político de las controvertidas declaraciones no puede ser ignorado: la política oficial de acercamiento del Gobierno de Nikol Pashinyan con Ankara generó descontento, tanto en Armenia como en la Diáspora y este episodio, como otros, reflejan un intento más de diluir la narrativa histórica y verídica del Genocidio Armenio en función de las presiones externas que recibe y acoge el primer ministro.
Al día siguiente de las polémicas declaraciones del diputado Kocharyan y del apoyo explícito de Sinanyan, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan dijo: "Espero que Armenia se deshaga de la oscuridad en la que la esclavizó la Diáspora y elija el camino de hacer nuevos comienzos para un futuro brillante. Las puertas de la oportunidad no permanecerán abiertas para siempre”. Quizás Sinanyan se está abocando a esa tarea ya que no solo erosiona la relación entre Armenia y su Diáspora, sino que pone en riesgo los logros construidos por generaciones en torno a la causa armenia.
El Alto Comisionado de la Diáspora cuestionó los reconocimientos internacionales del Genocidio Armenio que se lograron con tanto empeño y dedicación a pesar de las presiones turcas: “¿Qué ganamos con el reconocimiento internacional del genocidio?”, dijo y agregó: “No vi el valor adicional que le dio a Armenia el reconocimiento internacional del genocidio cuando miramos la guerra de 44 días en 2020". En otra oportunidad Zareh Sinanyan calificó de “traidores” a los armenios de la Diáspora que critican a los funcionarios del Gobierno armenio.
El periodismo, en su mejor versión, busca la verdad incluso en los temas más incómodos. En este caso, quedó en evidencia que la complacencia y la falta de profundidad de la entrevista privaron a la audiencia de una exploración real y honesta sobre un tema tan sensible como el reconocimiento y la memoria del Genocidio Armenio.
Diario ARMENIA