Leo Vartanian y su compromiso con la lengua materna y la diversidad musical
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El 21 de febrero se instituyó como el Día Internacional de la Lengua Materna lo que nos recuerda la importancia de preservar las lenguas originarias y el impacto que tienen en la identidad cultural de los pueblos. En este marco, el músico y docente Leo Vartanian compartió una reflexión en sus redes sociales en la que destacó la diferencia entre la "lengua materna" y la "lengua de la madre patria", un concepto clave para entender los desafíos de las comunidades minoritarias.
"Mi abuelo Martín cantaba en armenio, desde lo profundo de su corazón", escribió Vartanian en su publicación. "Los pueblos minoritarios tienen que aprender inglés, francés, chino, árabe, español. Pero UNESCO confirma que la mejor alfabetización comienza en lengua materna y luego pasa a una lengua mayoritaria".
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Músico con una trayectoria de más de 35 años, Vartanian no solo recorrió escenarios nacionales e internacionales, sino que también dedicó gran parte de su vida a proyectos de preservación lingüística y musical. Su experiencia con músicos indígenas de Argentina, Brasil, Paraguay, Perú y Bolivia lo llevó a comprender la riqueza de la diversidad cultural y a comprometerse con la valoración de la lengua y la música autóctona.
Para Leo Vartanian, la música y la lengua materna están intrínsecamente ligadas. Su historia familiar, marcada por la identidad armenia, influyó profundamente en su carrera. "Criarme en una familia de exiliados fue clave para comprender el mundo bilingüe", cuenta a Diario ARMENIA. Desde pequeño, en la Iglesia Evangélica Armenia, escuchaba las prédicas con traducción alternada entre el armenio y el castellano. "Era tan importante la cuestión idiomática como la cuestión bíblica", recuerda.
En la Iglesia, donde las prédicas se alternaban entre armenio y castellano, Leo Vartanian aprendió a valorar la riqueza de vivir en un mundo bilingüe. La figura de su abuelo, conocido en armenio como Harutiún y en castellano como Martín, se instituye como un pilar fundamental ya que fue un hombre que no solo cantaba en su lengua ancestral, sino que además contribuía activamente a la comunidad, dejando una impronta imborrable en la memoria familiar.
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Esta experiencia temprana le enseñó que la lengua materna es mucho más que un medio de comunicación; es el vehículo que preserva la historia, la fe y la esencia cultural de un pueblo. En ese ambiente de intercambio y tradición, Leo comprendió la importancia de honrar y transmitir la identidad armenia, un compromiso que resuena en cada nota de su carrera musical y en su labor de preservación lingüística.
La diferencia entre lengua materna y lengua de la madre patria
En su publicación, Vartanian destaca la distinción entre la "lengua materna" y la "lengua de la madre patria", un concepto que considera crucial para la preservación de la identidad cultural armenia y de otras comunidades minoritarias. Explica que la distinción entre “la lengua de la madre patria” y “la lengua materna” es esencial para entender la pérdida y la preservación de la identidad cultural. Mientras la primera puede representar la lengua oficial o impuesta en un país, la segunda es aquella que se vive en el hogar, que evoca el cariño, las tradiciones y la historia del pueblo. “La lengua materna es la del corazón, el idioma en el que se forman los lazos familiares y se forja el orgullo de ser parte de una comunidad”, explica, al tiempo que reflexiona sobre cómo esta distinción influye en la labor misionera y en la alfabetización bilingüe impulsada por organizaciones como SIL y Ethnologue.
"Las lenguas minoritarias muchas veces no tienen forma escrita ni un sistema educativo que las respalde", explica. "Los gobiernos hacen lo que pueden, pero cuando tenés vocación de fe, lo hacés de otra manera, con otro ahínco". Su trabajo en la organización Letra, dedicada a la traducción y alfabetización de lenguas originarias, le permitió ver de cerca la necesidad de preservar las lenguas maternas en un mundo donde predominan los idiomas mayoritarios.
A pesar de haber dejado momentáneamente la música para dedicarse a la traducción, Vartanian encontró una nueva forma de unir ambos mundos. "En un taller en la Sierra Peruana, trabajé con músicos quechuas y comprendí que Dios no rechaza la música autóctona", explica. "El Dios de las naciones ama la diversidad lingüística y musical".
Así nació El pulso de las naciones, un proyecto que busca fomentar la expresión musical autóctona en comunidades que han sido históricamente marginadas. "No se trata solo de traducir la Biblia, sino de permitir que cada comunidad cante en su propio idioma y con su propia música".
Para Vartanian, la comunidad armenia enfrenta un desafío similar al de muchas otras minorías: el riesgo de perder su lengua materna. "Entre los armenios, este tema no siempre se valora lo suficiente. Pero la identidad se mantiene viva a través del idioma y la música. Si perdemos eso, perdemos parte de nuestra esencia", sostuvo.
Con un compromiso inquebrantable, Vartanian continúa trabajando para que la música y la lengua materna sigan latiendo con fuerza en cada comunidad. "Es nuestra responsabilidad valorar y preservar lo que nos hace únicos. Porque en la diversidad está la verdadera riqueza del mundo".
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Un encuentro que cambió su vida
En el año 2000, un encuentro con el misionero Daniel Bianchi marcó un antes y un después en su camino. En una reunión en la Iglesia Armenia, Bianchi presentó un rollo de cartulina en blanco y anunció que contenía un texto bíblico en 3000 idiomas. "Lo dio vuelta y seguía estando en blanco. Nos explicó que esas 3000 lenguas no tenían nada de la Biblia traducido", relata Leo Vartanian.
Ese impacto lo llevó a involucrarse con la Alianza Global Wycliffe, una organización dedicada a la traducción de la Biblia en lenguas originarias. "Dejé mi trabajo y me dediqué casi diez años a dirigir la organización Letra", cuenta. "Fue un desafío de fe en un país en crisis, pero logramos formar una ONG que sigue funcionando y cumpliendo su propósito".