Lilia Lemoine: “Me parece tremendamente injusto que no se reconozca uno de los peores genocidios de la historia”

22 de abril de 2025

En el marco del 110º aniversario del Genocidio Armenio, la diputada nacional Lilia Lemoine, presidenta del Grupo Parlamentario de Amistad Argentino-Armenia, dialogó con Diario Armenia sobre su historia personal de acercamiento a la comunidad armenia en Argentina, su trabajo legislativo en torno a la memoria del genocidio y su visión sobre la situación en Armenia y Artsaj (Nagorno Karabaj).

—¿Cómo fue tu primer acercamiento con la comunidad armenia?

—Conozco gente de la diáspora desde que tengo 20 años. Un amigo muy cercano, cuya mamá es Susana Minassian, me habló por primera vez del Genocidio Armenio. Después él se fue del país, pero me quedó ese vínculo. Después conocí a una abogada armenia, Luciana Minassian —casualmente con el mismo apellido, pero no tienen relación entre ellas—. Fue candidata conmigo en la lista de Espert y quedamos amigas desde la campaña. Después lo conocí a Gustavo Nigohosian, cuyo padre es un armenio célebre.

Siempre me pasó que, al encontrarme con armenios, que son gente con un ánimo especial. Siempre tiran para adelante, siempre, a pesar de las cosas malas de la vida, salen adelante. Y cada vez que me encuentro con alguno, vuelvo al tema del Genocidio Armenio.

El armenio es indestructible, escuchar al "papa" armenio te levanta el ánimo, no te deprime. Hacen chistes en los momentos más difíciles. Yo siempre siento que cuando uno se encuentra con alguien de la diáspora, se encuentra con un amigo.

Me parece tremendamente injusto que no se reconozca uno de los peores genocidios de la historia. Es una herida sangrante en el mundo. Se han reconocido genocidios en muchos lugares por parte de pueblos que incluso aún sin tener responsabilidad directa piden disculpas. Pero quienes sí la tuvieron, no lo reconocen. Y eso a mí me molesta mucho.

Escuché hace poco que la diáspora armenia en Alemania está recibiendo amenazas. Está más claro que nunca que genocidio que no se reconoce, se repite. Esas fueron palabras que escuché del Arzobispo armenio en Vicente López. Estoy totalmente de acuerdo.

El Presidente Milei mencionó en sus discursos hace poco que la política exterior argentina se alineaba con los países que defendían el modelo Occidental, como Estados Unidos, y que había que resolver conflictos como el de Medio Oriente, Ucrania o Armenia. Argentina siempre va a estar alineada con los países cuyos gobiernos no sean autocracias.

—¿Cómo se dio tu elección para presidir el Grupo Parlamentario de Amistad con Armenia?

—Cuando existía la posibilidad de presidir un grupo de amistad, se me ofreció presidir el de Armenia. Y acepté, porque vi ahí una posibilidad concreta de generar más conciencia sobre este tema. Por eso el primer proyecto que presenté —y el único que se votó el año pasado— fue el proyecto de declaración por el Genocidio Armenio. Igual ya está reconocido por todos los poderes en Argentina. Argentina fue el primer país en reconocerlo desde los tres poderes.

A la fecha le pusieron un nombre tan largo que es irrepetible (el “Día de la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos”). Para mí tendría que tener un nombre más contundente. Muy difícil de recordar, no importa cuántas veces lo repitan. Entiendo que tiene que ver con el lado positivo de ver las cosas que tiene el pueblo armenio, que es indestructible.

—¿Cómo es tu trabajo en el Grupo Parlamentario de Amistad y cómo es la relación con la Embajada de Armenia?

—El año pasado fue muy difícil, pero siempre hubo relación. A veces se ve superficial que un diputado esté preocupado por política exterior habiendo tantas emergencias acá, pero la comunidad nos trata tan bien que dan ganas de hacer eventos. Hay un puente muy fuerte entre Argentina y Armenia. El tema principal es la memoria, pero también la cultura. Pero siempre que me invitan a algo, voy: recitales, a la Feria del Libro, a comer. El otro día fui a una muestra en la Casa del Bicentenario con obras de chicos armenios con motivos argentinos. Esas cosas a veces pasan desapercibidas en la agenda nacional, pero son muy valiosas.

—En Armenia a los argentinos los quieren mucho y el Presidente de Armenia fue uno de los mandatarios que vino a la asunción del Presidente Milei.

—También estuvo de vuelta hace poco, estuvo de paso. Los vínculos son estrechos.

—Él le dejó una invitación al Presidente para visitar Armenia pero, como decías, es difícil tocar estos temas con tantos problemas que tiene Argentina.

—Claro, si el viaje no está relacionado con batalla cultural o inversiones, es muy difícil. A mí me han invitado a Armenia el año pasado y este año, pero es un viaje muy largo y yo no puedo ausentarme durante 10 días de la banca.

Cuando estuve en Ucrania, fui y me volví en el medio, me tuve que pagar yo el pasaje, pero era una situación especial. Soy miembro también del Grupo Parlamentario con Ucrania y necesitaban que alguien viajara, era la única con un parlamentario del Mercosur que pudimos hacerlo en ese momento. Es una situación bastante desesperante la que están viviendo en Ucrania.

Pero si yo hiciera una visita, tendría que ser una visita parlamentaria, no podría estar una semana, tendrían que ser dos días de viaje de ida para estar dos días allá y volver. Una semana en total. Quizás lo haga por mi cuenta en julio, me tome yo mis vacaciones en Armenia, me gustaría.

—¿Qué mensaje o reflexión te gustaría dejar por el 110º aniversario?

—No creo que haya una frase mejor que resuma esta situación que “genocidio que se olvida, genocidio que se repite”. No quiero dejar un mensaje pesimista, porque no iría acorde con la forma de ser y de vivir de la comunidad, pero me gustaría que más gente se enterara de lo que representa esta fecha. Mientras más gente lo sepa, más personas van a estar de acuerdo con que esto fue un genocidio, y que debe ser reconocido. La condena social puede transformarse en condena política. Desde Argentina podemos hacer mucho ruido.

—¿Recibiste algún tipo de acercamiento o quejas de las Embajadas de Turquía o Azerbaiyán por participar de actos conmemorativos?

—Sí. No fue una queja explícita, pero después del acto del 24 del año pasado no habían pasado ni dos horas y ya me estaban mandando mails a mi cuenta personal de Diputados. No lo tomé bien. No lo respondí y no lo voy a responder. Entiendo que no es el gobierno turco actual el que cometió el genocidio, pero deberían ser responsables de reconocerlo. Por respeto. Y si no están de acuerdo, por lo menos que se llamen al silencio.

—¿Qué reflexión tenés sobre la guerra en Artsaj?

—Fue en plena pandemia y por eso se invisibilizó mucho. Además, todo el mundo estaba hablando de Ucrania. Me parece que encontraron el momento justo para ejecutar esa operación. He escuchado testimonios de víctimas, especialmente por parte de Luciana Minassian, que representa a uno de los secuestrados. Todavía no se sabe si está vivo o muerto. Es inaceptable, y sobre todo, muy violenta la forma en que tomaron la región.

Todo esto hay que mirarlo en un contexto geopolítico. Los apoyos cambian muy rápido. No es lo mismo 2022 que 2024 o 2025. Hace poco Milei mencionó a Armenia, se refería a que son tres países, Israel, Ucrania y Armenia, que están siendo injustamente atacados por gobiernos autocráticos, como Irán, Rusia o Azerbaiyán, que no tienen nada que ver con nuestros valores occidentales. Y es un símbolo, no es casualidad. Es una lucha entre la libertad y la tolerancia y el expansionismo indiscriminado que tienen las autocracias.

—¿Qué creés que se puede hacer desde Argentina ante la situación de los prisioneros armenios cristianos en Azerbaiyán?

—Me asesora Luciana Minassian. Me había pedido una carta para la Cruz Roja, pero no tienen una dirección digital para este tipo de reclamos, tiene que ser enviada en papel. La voy a apoyar en todo lo que necesite ella, que es la que realmente sabe.

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