Guerra en Artsaj: Retornaron al frente las Panteras Negras de Armavir
Ereván (Gayané Mkrdtchian para ArmeniaNow).- Son hombres de todas edades que reunidos en el patio del Comisariado Militar Provincial de Armavir contestan al saludo del comandante que es seguido por la respuesta del jefe militar que les da la bienvenida de nuevo.
Los llegados del interior de la provincia son su enorme mayoría exintegrantes de la brigada Pantera Negra que participó de la lucha de liberación de Artsaj a principios de los 90 y que ahora nuevamente retornan al frente de batalla junto a la nueva generación de hombres de guerra.
"Todos somos soldados voluntarios. Una parte de mi equipo ya está en Artsaj. Ahora estamos preparando el siguiente grupo. Todos tienen un gran espíritu de lucha, están bien preparados y tiene experiencia. Debemos estar al lado de nuestros hijos. A costa de la vida, la generación de la independencia logró mantener el sagrado límite, que pudo ser logrado mediante la sangre derramada de sus padres y abuelos. Ellos son más poderosos que nosotros", dice Rustam Gasparyan, comandante de la brigada Pantera Negra y al mismo tiempo miembro del Parlamento de Armenia.
La escuadra se formó en 1989 y con posterioridad se unió a otros grupos de pueblos de la provincia, limítrofe con Turquía. En 1993 tomó parte del batallón que participó de la guerra de liberación luchando en Kelpachar, Fizulí, Kubatli, Kashatagh y otras poblaciones karabaghíes. Once combatientes de la libertad perdieron la vida en aquellos años.
Khachatur Asatryan jefe comunal de la aldea de Margara, dijo que treinta líderes comunitarios de la provincia se encuentran entre los nuevos voluntarios. "La decisión es nuestra. Tdos decidimos ir para apoyar a nuestros hijos. Protegemos nuestra tierra, nuestro territorio. Nuestro deber es mantener la paz para bien de nuestras familias y no permitir que el enemigo nos aplaste en nuestros hogares, ni tampoco aceptar la violación de nuestras fronteras ni siquiera un milímetro", dijo el hombre de 42 años de edad.
Amigos, familiares y muchos niños han llegado para despedir a los que se van. Se abrazan unos con otros y se saludan esperando volverse a ver muy pronto.
Razmig Malkhasyan, es un veterano de la guerra de Karabagh llegado desde el pueblo de Yeghegnut y dice que vuelve para estar con los jóvenes. "Tres chicos de nuestra familia son reclutas, tenemos que apoyarlos, a pesar que seguramente son más valientes que nosotros", dice con voz quebrada.
Al dar las últimas recomendaciones a los que van al frente, Gasparyan repite una parábola. "Un gato, aún bajo la piel de un león, huirá a la vista de un perro. No es la piel lo que hace que un hombre sea más valiente, pero lo importante es su espíritu de lucha interior".
Al analizar los acontecimientos de la reciente guerra de cuatro días, el comandante de los Panteras Negras dijo que a pesar de poseer un ejército bien equipado y, con muchos soldados mercenarios, Azerbaidján sufrió una ignominiosa derrota. "Las pocas posiciones que pudieron capturar nada significan. En tal caso, debieran haber avanzado decenas de kilómetros, pero sólo pudieron hacerlo unos cientos de metros porque nuestros soldados lo impidieron. Son los mismos azeríes que teníamos frente nuestro entre 1990 y 1994. Tenían muchos más recursos humanos que nosotros en ese momento. También poseían más armas, pero nosotros luchamos contra sus tanques con fusiles y ganamos la guerra. Hoy nada ha cambiado", dice Rustam Gasparyan.
Otro veterano, Boryan Babayan residente del poblado de Lernagog, dice que está dispuesto a dar su vida por su tierra natal y que intentará concluir alguna misión que quedó incompleta.
El comandante Gasparyab añade: "Créanme, los veteranos de la guerra de Artsaj queremos que esta cuestión se resuelva definitivamente. Estamos a la espera de instrucciones. Vamos a seguir adelante y esta vez definitivamente. No vamos a detenernos. Vamos a liquidar este asunto de una vez por todas. De lo contrario, cada vez que se repitan estos arteros ataques perderemos más jóvenes en la línea del frente. La victoria debe ser completa. Debemos confiar en nosotros mismos. Somos nuestra fuerza y esperanza".
Los autobuses llenos de soldados voluntarios comienzan a moverse rumbo a su destino en Karabagh. Es la segunda ocasión en que Armén Hovhannisian conduce un grupo que retorna dispuesto a combatir por la patria. "Estoy aguardando mi turno, cuando llegue el momento yo también voy a ir. Pero ahora, deseo buena suerte y retorno seguro a todos ellos, que nadie falte de sus filas", dice.