Celebración en el salón Siranush: Gestas de Mayo en Armenia y Artsaj
Buenos Aires (Diario ARMENIA).- Anunciado como un homenaje a las Gestas Libertadoras de Mayo, el acto cívico y cultural realizado el lunes 30 de mayo en la Sala Siranush se caracterizó por el mensaje de los oradores. En primer término habló el embajador Alexán Harutiunian, representante diplomático de la República de Armenia, continuando las exposiciones de los presidentes de la Asociación Cultural Armenia, Dr. Hugo Kuyumdjian y de la Unión Cultural Armenia, Adrian Lomlomdjian.
Luego de la entonación del Himno Nacional de Argentina por Sergio Tchabrassian, de Armenia por Alla Avedissian y de Nagorno Karabagh por Valeria Cherekian, el Embajador Harutiunian habló de la victoria frente al nazi-fascismo del 9 de Mayo de 1945, destacó el sentido de seguir fortaleciendo la unión nacional armenia, como un factor de paz y armonía de los pueblos del Cáucaso, frente a la intolerancia y el negacionismo panturquista.
Conceptos del Dr. Hugo Kuyumdjian
El presidente de la Asociación Cultural Armenia se refirió a las conmemoraciones de la fecha (ver más abajo)
La Unión Cultural Armenia reconoce el 28 de Mayo
Adrian Lomlomdjian, presidente de la Unión Cultural Armenia, comenzó diciendo que hubiera puesto su firma bajo las palabras del Dr. Kuyumdjian. “Nuestra presencia, con el Conjunto Kaiané, es una consecuencia lógica del proceso que atravesamos nosotros como organización política… Hace quince años fijamos una posición diciendo que, independientemente del gobierno de la República de Armenia, hay una realidad incontrastable e innegable que era el nacimiento del estado armenio y de la primera república, y de ahí en más la continuidad que llega hasta nuestros días. Ese país tiene una república que nació el 28 de Mayo, que aglutina una parte importante de los armenios, lo que debe ser motivo de celebración para todos, independiente de las valoraciones subjetivas que le agreguemos en nombre de un posicionamiento político. Por eso estamos aquí, por eso agradezco que me hayan dado el uso de la palabra, la participación de nuestro conjunto Kaiané. Se ha transformado en una celebración de todos. Eran otras etapas, otras circunstancias, lo que han hechos los mayores -no solo de nuestra institución- lo que tenía que ver con la situación que se vivía”.
Lomlomdjian agregó que en este momento se imponen otras realidades, conceptos que fueron aplaudidos. También mencionó otras consideraciones de índole jurídica, históricas y políticas referidas al surgimiento de la República de Nagorno Karabagh y al derecho a la autodeterminación de su pueblo.
Espacio artístico y espiritual
Con la conducción de la Prof. Mary Ebekian se proyectó un video sobre la actualidad de la Nagorno Karabagh preparado por la Institución Administrativa de la Iglesia Armenia, como organizadora del acto y anfitriona del encuentro. El cantante popular armenio Arthur Tavtian conmovió con “Hayer miatsek” y “Kedashén”.
Por su parte, la Compañía Folklórica Argentina Puro Ritmo, presentó un atractivo Malambo con Tres elementos, interpretado por Silvia Rodriguez, Eduardo Alegre y Pablo Flores.
El Conjunto de Danzas Masis, del Arzobispado Armenio, dirigido por Zavén Kniazian, ofreció Pajdavarí y Artsají. Desde los palcos, las consagradas 100 Voces, dirigidas por la Prof. Diana Kaprielian de Sarafian, asistida por Adriana Torossian, con el acompañamiento musical de Florencia Haladjian, interpretaron Hay Abrink, en arreglo de Jean Almouhian, y Ereván Erepuní.
La parte artística se coronó con las danzas se presentadas por los bailarines de Kaiané, con las obras Erevaní, Kocharí y Marash.
El Arzobispo Kissag Mouradian, Primado para Argentina y Chile, impartió las bendiciones finales, destacando el valor de las fechas patrias, encomendando que a la par de los festejos, saber aportar con la conciencia de ser cabales ciudadanos y cabales creyentes.
Cronista
Mensaje del Dr. Hugo Kuyumdjian
“Talish es Sardarabad donde el pueblo armenio unido demostró que jamás será vencido”
Mayo es un mes de fechas de celebración de tres victorias en el campo de batalla que marcaron la historia y el destino del pueblo armenio. Por orden cronológico, el 28 de Mayo de 1918, el 9 de Mayo de 1945 y el 9 de Mayo de 1992.
A estas fechas no podemos no agregar el 25 de Mayo de 1810, día de la Revolución de Mayo proceso que marcó el nacimiento de la futura Argentina: un país que les abrió sus puertas a los sobrevivientes del Genocidio y una nación de la cual sus descendientes, nosotros, que nos reconocemos como armenios, somos orgullosos de formar parte y tomar activa participación en la construcción de una sociedad libre, democrática, rica en su diversidad étnica, religiosa y cultural, y comprometida con la Verdad, Memoria y Justicia.
La declaración de la independencia y el nacimiento de la primera República de Armenia el 28 de Mayo de 1918 se impuso por las circunstancias históricas y la victoria en los campos de batalla en Sardarabad, Garakilisé y Pash Aparán donde las tropas armenias detuvieron el avance de los turcos genocidas y salvaron del exterminio el último bastión del territorio histórico de Armenia. Para estas victorias fue determinante la decisión de Aram Manukian llamando al pueblo a no abandonar Ereván e ir hacia el frente de batalla, el heroísmo del liderazgo militar de los generales Nazarbekian, Siliguian, Peg Pirumian, Antranik, Tro, Karekín Nshté, Hamazasb entre otros, pero por sobre todo el sacrificio de todo un pueblo que, a la hora de la desesperación, supo encontrar la solución, combatir, resistir, no morir.
Corta fue, la vida de esta primera república, pero no menos trascendental, por el mero hecho de reaparecer en la escena de la historia como un actor soberano luego de seis siglos de dominación.
Es cierto que en la época soviética y los primeros setenta años de la segunda república se intentó en las palabras del poeta Antranig Zaroukian “tapar con una cortina el sol” de lo que significó el 28 de Mayo, mientras en la Diáspora la fecha era la mayor grieta que dividía las comunidades incluyendo la nuestra.
Sin embargo, más que la restauración de la fecha patria desde la independencia, cabría celebrar su previa reinserción en la memoria colectiva, con la construcción del monumento de Sardarabad en una Armenia Soviética que pese a ser la más pequeña de todas las repúblicas supo, cuando en los sesenta y setenta se dieron las circunstancias transformarse en una de las más desarrolladas, orgullo y esperanza de todos los armenios.
El 9 de Mayo de 1945 el mundo celebra la victoria de la humanidad contra el nazi-fascismo. Si por un lado no se puede disminuir la importancia del desembarco de los aliados en Normandía en el proceso del derrumbe del nazismo, por el otro es un hecho de que fue la decisiva victoria en Stalingrado que revirtió el curso de la guerra y abrió el camino de la contraofensiva que terminara en Berlín.
Es un hecho también, que dentro de todos los aliados, fue la Unión Soviética la que mayor precio pagó en términos de víctimas de la barbarie nazi y destrucción material y no debe sorprender un justo reclamo del reconocimiento internacional del significado de este sacrificio para el futuro de la humanidad. Y dentro de todos los pueblos soviéticos, sin embargo, fueron los armenios quienes porcentualmente más aportaron a la victoria de la Gran Guerra Patria.
Más de trescientos mil armenios, participaron de una guerra que sobrevino apenas veinticinco años después del Genocidio. No hay dudas que la mayoría de ellos eran hijos de sobrevivientes que se refugiaron en Armenia oriental, y, como todos los testimonios sostienen, fueron a la guerra convencidos de que la neutralidad de la Turquía kemalista era circunstancial y que la victoria nazi en Europa llevaría a la entrada en la guerra a Ankara, para aniquilar el último pedazo de Armenia que quedaba.
La pequeña Armenia Soviética pago un precio desproporcional en esta guerra y no dudó en alentar a sus hijos de marchar hacia el frente, pero lo hizo consciente de que en el frente europeo se peleaba por la supervivencia propia.
La victoria del 9 de Mayo de 1945 es también la victoria de Armenia, su voluntad de sobrevivir y la celebramos junto a toda la humanidad.
Sin embargo, en un día que celebran conjuntamente Armenia y Rusia, sería bueno que Moscú tome consciencia de la amenaza que sus armas vendidas a Azerbaidján representen a su mayor aliado en el Cáucaso; y que los mercaderes de muerte israelíes sepan, que venden tecnología militar a azeríes que con su barbarie se asemejan a los genocidas turcos, nazis e islamistas.
Es, evidentemente pura coincidencia que el gran punto de inflexión, el antes y después en la guerra de Karabagh, la liberación de Shushí sea el 9 de mayo, 47 años después de la victoria contra el nazi-fascismo.
Pero la liberación de Shushí no es menos que una victoria contra otro fascismo, el panturquismo, cuya cuna en el siglo XX fue Azerbaidján. Un panturquismo de odio al armenio que se manifestó abruptamente en las matanzas de Sumgait, como preludio a la limpieza étnica que se llevara a cabo en los próximos años.
La liberación de Shushí, es también el día de la creación del ejército armenio, el mayor garante de nuestra supervivencia y futuras victorias.
Sepamos ver entonces el espíritu de la brigada de Sasuntsí David en la Segunda Guerra Mundial, y también la señal de la continuidad de la historia del 28 de Mayo hacia la recuperación de todos los territorios armenios y la restitución de la Armenia Unida.
Cada una de estas fechas tiene su importancia histórica, invita en sí, a un debate en torno de su sentido en nuestro destino colectivo, y celebrarlas en un solo acto quizá resulte un poco extraño. Pero saludamos una iniciativa, que señala el principio de un proceso que genere un consenso básico en torno de todo aquello que nos une como comunidad, sin perjuicio a la diversidad y al disenso.
La propaganda azerí habla de la última guerra en Talish en términos de su Stalingrado dejando claro que su intención es seguir la ofensiva en cualquier momento. Pero se equivoca. ¡Talish es Sardarabad donde el pueblo armenio unido demostró que jamás será vencido!