A mí me pasa lo mismo que a usted
Para los que éramos niños a mediados y fines de los ´60, el título de la nota nos lleva irremediablemente a esa canción tan de moda en aquella época. Y a los chistes que circulaban utilizando la frase en cuestión...
Decididamente, no estamos para chistes. Pero sí tomaremos prestado el título:
Si desde el 10 de noviembre pasado se siente engañado, decepcionado, desorientado, desmoralizado, usado (no digamos cómo) y con una frustración que le carcome los huesos, a mí me pasa lo mismo que a usted.
Si en los últimos seis meses, se ha preguntado una y otra vez, cómo puede ser que los funcionarios gubernamentales de Armenia hayan olvidado y “digerido” la muerte de más de cinco mil jóvenes armenios y la pérdida de Artsaj, a mí me pasa lo mismo que a usted.
Si en el mismo lapso se ha cuestionado cómo es posible que Pashinyan no haya renunciado a su cargo y no se haya puesto a disposición de la justicia por los delitos contra la nación cometidos antes, durante y después de la guerra, a mí me pasa lo mismo que a usted.
Si no ha terminado de entender por qué el muy viajero presidente de la República, los jefes de la iglesia armenia, todos los partidos políticos opositores, los altos mandos del ejército, instituciones y personalidades armenias de la más diversa índole en Armenia y en la diáspora, pidieron y exigieron la renuncia del gobierno y luego siguió todo igual como si nada ocurriera, a mí me pasa lo mismo que a usted.
Si no logra explicarse cómo después de la pérdida de Artsaj y de los territorios ancestrales armenios que durante décadas separaron el enclave de la Madre Patria, hoy nos encontramos frente a la pérdida de territorio soberano en las regiones de Syunik, Kegharkunik, Tavush y Ararat, mediante el nuevo “acuerdo” Pashinyan-Aliyev acerca del cual nuevamente el (mismo) presidente y el (esta vez otro) ministro de Relaciones Exteriores aseguran “no estar al tanto”, a mí me pasa lo mismo que a usted.
Si es de la opinión de que siguiendo este rumbo Armenia está destinada a desaparecer como Estado soberano y transformarse en un “vilayeto” de Turquía o de Azerbaiyán (que es lo mismo) y que hasta las elecciones anticipadas del 20 de junio no quedará nada en pie, ni país en el cual votar, a mí me pasa lo mismo que a usted.
Si en vísperas de un nuevo aniversario de la independencia del 28 de mayo, cree que el gobierno de Pashinyan ha perdido toda credibilidad y legitimidad popular (salvo de su bloque parlamentario y de su limitado electorado), que no puede firmar absolutamente NADA en nombre de la república y que hay que echarlo hoy mismo (ayer) de la casa de gobierno -o del bunker en el que pretenda refugiarse- para evitarle nuevas pérdidas y tragedias al pueblo armenio, a mí me pasa lo mismo que a usted.
Si esto último le huele a “golpismo”, a mí NO me pasa lo mismo que a usted.
Porque según la Constitución Nacional Pashinyan no puede ser primer ministro interino una vez renunciado a su cargo ni mucho menos firmar acuerdos de delimitación y demarcación de fronteras con quienes usurpan de hecho el territorio armenio.
Porque el mismo Pashinyan reconoce que 500 o 600 efectivos azeríes siguen permaneciendo en Armenia desde hace más de una semana violando la integridad territorial de la república pero manifiesta su explícita intención de firmar con Aliyev la entrega de territorios armenios, mientras supuestamente espera la intervención de la OTSC (Rusia)...
Si la mayoría del pueblo en Armenia, en Artsaj y en la diáspora siente que este gobierno ha cruzado todas las líneas rojas en detrimento de los intereses nacionales y que es tiempo de actuar más allá de las palabras, a todos nos pasa lo mismo.
Dr. Ricardo Yerganian
Exdirector del Diario ARMENIA