"Amordazados", el nuevo libro de poesías de Hagop Tabakian
“Amordazados” es el nuevo libro de poesías de Hagop Tabakian. Y la belleza en la paradoja del título, cuando la poesía nos permite llegar hasta la libertad, predispone a una lectura sustancial. Ilustrado por el artista Sergio Tosunian, editado por ECUA (Ediciones Culturales Universitarias Argentinas) y prologado por la escritora Ana Arzoumanian, Amordazados es un compendio de versos que Tabakian bien supo enlazar tejiendo palabras en un telar de emociones, un poemario interrumpido por la misma palabra
Formado en Derecho y Director del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica, el autor no es ajeno a la sensibilidad de la poesía. Porque la poesía no es apenas una corriente literaria más, es la que entendemos desde la razón, el dolor y la subjetividad. Y la belleza como composición lírica, claro. ¿Qué es lo que logra la poesía sino materializar ese pensamiento, ese sentir. La misma palabra poesía proviene del latín poēsis y esta a su vez del griego poíesis que significa hacer, ”materializar”. Y Tabakian lo consigue con una facilidad única. Quizá no sea la tradición lírica lo que vemos en “Amordazados” porque tampoco es su intención; sí el golpe directo, el dolor como conductor, una poesía más terrenal, menos abstracta (que son elevadas por las acertadas obras de Tosunian que acompañan las letras).
Dice Tabakian en “desaparecidos”:
Nunca nadie los vio,
iban y venían invisibles
sin brillo y solitarios
en un mundo lleno de excesos.
Un día el sol
se desplomó abatido sobre la tierra,
los sueños y la verdad oscurecieron
y por senderos que no conducen a ningún lado
me encontré caminando junto a ellos.
Con estos versos, se deja entrever una capacidad de acercamiento que trasciende límites, diremos, reales. Hay una suerte de maestría en el tono que subyuga en estos poemas escogidos para “Amordazados”.
Los mundos imaginados del autor no nos ajenos, son espacios que mientras algunos los traspasan más físicamente otros logran hacerlo fantasmalmente y son invisibles a los demás y los demás pueden ver a través de ellos.
Y como subraya Arzoumanian en su prólogo:
“La comunidad por el dolor
Vivir amordazada,
es entregarte a las fauces de las sombras
es desnaturalizar tu esencia
es sumergirte en el silencio
que presagia la muerte
escribe Tabakian en el último poema del libro, poema llamado ‘Amordazada’, poema que parecería que le da título al libro, pero no; su poemario lleva por título: Amordazados. Y allí radica el trabajo sensible del poeta, traducir lo singular a lo plural, pluralizar el adjetivo que se sustantiviza a lo largo de los versos”.
Así es como logra el autor dotar un discurso no necesariamente cotidiano pero sí que nos interpela cada día con un subtexto de insondables resonancias.
El narrador funciona en condiciones extraordinarias, hurga en la llaga y florece un profundo sentimiento de belleza que expresa a través del lenguaje, ¿Qué es el artista sin su obsesión? ¿Qué mejor que logra la belleza estética de esa obsesión? (“En días modernos/ sin poesía/nadie da tregua” dirá en un momento del libro.)
Un ejercicio literario que requiere de talento pide la poesía, y Tabakian se lo otorga.
Lala Toutonian
Periodista