Ararat: “Te lloré cuando te vi, te lloré cuando te despedí”

Disculpas a los que me pidieron que publique en Facebook fotos de mi viaje a Armenia, pero esta vez no tendría demasiado sentido, perdón.
Tengo mil fotos, pero no reflejarían nada de lo vivido.
Nada de nada.
Vine a participar de un torneo de golf en el marco de los 6° Juegos Panarmenios representando a la Argentina, pero eso poco importó, pasó a otro plano.
Ya estoy embarcando para Buenos Aires luego de dos semanas inolvidables.
Hace un rato, haciendo la cola en el mostrador de Air France para chequearme, algo pasó.
Dejé la cola y salí corriendo afuera.
Como en las películas cuando el protagonista vuelve para abrazar a su amor imposible.
Pero no en este caso.
O sí.
Las puertas se abrieron solas, levanté la cabeza buscándote y ahí estabas.
Siempre firme.
Ararat querido, símbolo y herida.
Nunca pensé que un monte podía ser tan hermoso.
Te lloré cuando te vi, te lloré cuando te despedí.
No sabia si de alegría, tristeza, nostalgia o que carajo.
Ojalá pueda volver a verte, y de nuestro lado.
Volví a entrar al aeropuerto y ahí sentí todo.
Y entendí finalmente que la persona que en ese momento retomó la cola en el mostrador de Air France para irse de Armenia, ya no es la misma a la que había entrado catorce días atrás.

Daniel Ketchian