“Areveleán paghnik” de Sosé Hadjian: legado literario en armenio occidental

24 de febrero de 2025

En momentos en que el armenio occidental enfrenta serios desafíos en su preservación y difusión, la publicación de Areveleán paghnik Արեւելեան բաղնիք ("Baño oriental"), libro de cuentos de Sosé Hadjian, no solo representa una significativa contribución al rico acervo literario de dicho idioma o dialecto -un tesoro cada vez más arcano e invaluable- sino también, y sobre todo, un audaz acto de resistencia cultural.

La autora, mi madre, reconocida por su dedicación a la enseñanza y promoción del armenio, docente desde hace más de 55 años y creadora del espacio de conversación en armenio "Talk time", proyecto en los últimos años enmarcado bajo la órbita de la Cátedra Libre Armenia de la Universidad John F. Kennedy, luego del fallecimiento de su esposo, Bedros Hadjian, mi padre, educador, escritor y periodista destacado en la colectividad armenia de Argentina, se permitió dar rienda suelta a su vocación literaria. El resultado es un vasto número de singulares relatos en los cuales se adentra con sensibilidad en las complejidades de la vida familiar e íntima, explorando la psicología de los personajes en situaciones e instantes a veces tomados de la vida real o de su propia y peculiar historia personal, donde acechan un poco la melancolía, la nostalgia y las dificultades, pero no están ausentes tampoco las necesarias dosis de humor y optimismo.

Con una prosa clara y amena, Sosé teje un universo en el que lo cotidiano se transforma en poesía visual, invitando a experimentar un viaje introspectivo y emocional, por momentos con un halo cinematográfico, retratando lugares, sensaciones, aromas que nos transportan pictóricamente a ese mundo imaginario de historias ficticias o bien retazos de realidad, como en el cuento que da nombre al libro, en el que la trama nos remonta a la Alepo de antaño, ciudad siria en la que se crió, rescatando usos y antiguas costumbres orientales, ofreciendo al lector una inmersión profunda en esas tradiciones y rituales.

Areveleán paghnik es una selección de estos cuentos que Hadjian ha ido publicando a través de los años en su página de Facebook, donde, a pesar del mencionado panorama un tanto incierto que se suele aventurar para el destino del armenio occidental, han cosechado cientos de "likes", elogios e interacciones de lectores de todas partes del mundo, principalmente de Siria, Líbano, Armenia, Turquía y Estados Unidos, pero también de muchos otros países, lo cual no deja de ser ciertamente alentador. Allí continúa publicando nuevas narraciones de tanto en tanto.

Si bien, como señalamos, la pluma de Sosé es amigable y diáfana, hay que marcar que su lenguaje es de una gran amplitud y riqueza, lo que da un encanto particular a los relatos, que lógicamente perderían traducidas a otro idioma, pero a la vez implica que, para un abordaje fácil y directo, hay que ser un conocedor avanzado del armenio occidental. Esto no quita que un hablante promedio o regular no pueda disfrutar de su lectura con un poco más de esfuerzo o ayuda del diccionario.

El libro fue editado en Armenia y presentado en octubre de 2024 en la Universidad Estatal Khachatur Apovyan de Ereván, donde la autora se graduó hace pocos años como Licenciada en Filología y Literatura a distancia con notas de honor, saldando asi en su adultez mayor la cuenta pendiente de culminar una carrera universitaria, anhelo que había quedado trunco en su Siria natal, que debió abandonar apenas pasados los veinte años. Del acto de presentación en la capital armenia participó el director de la carrera, Surén Danielian, reconocido catedrático armenio en la materia, y también personal docente y estudiantes de la Universidad, lo que le dio un marco académico y emotivo a la jornada.

Para la edición y publicación del texto ha sido fundamental el apoyo e incentivo de sus seis hijos, pero principalmente de mis hermanos Avo y Ari. La artista a cargo del diseño de tapa, que aporta una distinción estética al material impreso con una original ilustración representativa del título, es mi hermana Ania.


Ejemplares del libro, que es de edición limitada, se encuentran disponibles en el Centro Armenio de Argentina, institución en la que Hadjian ha trabajado gran parte de su carera docente y donde continúa dando clases como profesora del instituto San Gregorio El Iluminador, aportando a su vez a la actividad institucional con su robusto conocimiento del idioma armenio.

En un mundo donde las lenguas minoritarias enfrentan la amenaza de la extinción, obras como esta son vitales para mantener viva la herencia cultural y lingüística de un determinado pueblo en una determinada geografía y período histórico; en este caso, los armenios de la Armenia Histórica u Occidental.

Es difícil predecir el futuro del dialecto occidental del armenio; si finalmente será asimilado por el armenio oriental, desaparecerá como lengua viva, permanecerá en terapia intensiva indefinidamente o recobrará vigor, pero sí es claro que su utilización como idioma natural o nativo, luego del Genocidio Armenio de 1915, lógicamente ha sufrido un proceso de devastación y actualmente se halla en estado crítico. Al perder su condición de idioma nativo, salvo excepciones, significa que su preservación requiere necesariamente de un esfuerzo. Ese "sacrificio" nos corresponde asumirlo a todos nosotros, los armenios de la diáspora, herederos naturales de ese legado. Por eso, agradeciendo a Diario Armenia la gentileza de la invitación para escribir estas líneas y el espacio brindado, quiero aprovecharlo no sólo para destacar esta pieza literaria de mi madre, Areveleán paghnik, sino honrar todo su trabajo y obra, su esfuerzo en este sentido, como así también el de mi padre y el de todos aquellos que han dedicado gran parte de su vida a enseñar, transmitir, difundir, o de alguna manera dar vida a esta maravillosa lengua que hemos heredado, y que significaría una tragedia cultural enorme dejar perecer, quiźa de los mayores genocidios culturales de la historia, otra "medalla negra" que cabría colgar al Estado turco.

Sería imposible nombrar a todos los intelectuales de nuestro medio que encarnan esta verdadera "batalla cultural", por utilizar un término que se ha puesto en boga (aunque, claro, con otro sentido) sin dejar de lado a todas las maestras y docentes de armenio de nuestras escuelas, verdaderas heroínas en esta tarea. Si el armenio occidental aún se habla, se escucha y se lee por estos lares, es en buena medida gracias a ellos. A todos, mis sinceros respetos. Que su entrega y dedicación no sea en vano y se vea fortalecido con un indispensable recambio generacional.

Alex Hadjian

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