Armen Yeganian: “Nos gustaría que Brasil reconozca el Genocidio Armenio”

30 de abril de 2024

El embajador de Armenia en Brasil dio una entrevista el 27 de abril en Correio Brazilense donde sugirió que a Armenia le "gustaría que Brasil reconozca el Genocidio Armenio". La nota se publicó el mismo día que se inauguró la plaza “Armenia Eterna” en la ciudad de Franco da Rocha, Brasil, donde se instaló un Jachkar.

"El Senado Federal de Brasil reconoció el Genocidio Armenio en 2015 y recomendó al Presidente de la República que también lo reconociera, lo cual apreciamos enormemente. Muchos diputados federales brasileños hacen declaraciones cada año en el Congreso en honor de las víctimas armenias. Además, hay varios monumentos conmemorativos, incluido un Jachkar (crucifijo tallado en piedra) armenio, dedicado alas 1,5 millones de víctimas del Genocidio Armenio en São Paulo. Se ha trabajado mucho, pero nos gustaría ver el reconocimiento del Genocidio Armenio en todos los niveles del gobierno brasileño", dijo Yeganian.

"No hay un solo armenio en el mundo que no tenga al menos un miembro de su familia que haya muerto o haya sido afectado por el Genocidio Armenio entre 1915 y 1923. La Armenia occidental histórica fue completamente 'desarmenianizada'", agregó. "No reconocer el Genocidio Armenio envió una señal muy peligrosa a otros perpetradores. El Holocausto, el genocidio de Ruanda y muchos otros crímenes contra la humanidad podrían haberse evitado si la comunidad internacional hubiera aprendido una lección del Genocidio Armenio".

Por último, opinó que consideraba "lamentable" que Turquía, "un país que aspira a unirse a Europa y tiene la ambición de ser defensor de las iniciativas de pacificación, todavía no reconozca el Genocidio Armenio, crimen que fue condenado por Tribunales Militares del Estado turco moderno". "Al negar el Genocidio Armenio, el Estado turco moderno envía una señal dudosa a la comunidad internacional sobre su compromiso con los derechos humanos y las libertades universales. El miedo de la República de Turquía a afrontar su pasado y aceptar su historia no contribuye en modo alguno a su modernización y transformación en una verdadera democracia".

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