Azatoohi Simonian, la joven asesora del Presidente de Artsaj para Asuntos de la Diáspora

08 de septiembre de 2020

La política en Artsaj comenzó una nueva etapa y con ella, gran parte de las voluntades se orientan hacia la consolidación de las relaciones con la diáspora. Precisamente a esa gran labor fue asignada Azatoohi Simonian, una joven que comenzó su activismo político desde corta edad en el seno de la FRA-Tashnagtsutiún.

Se repatrió desde Irán, junto a su familia, convencida de que su lugar es Armenia y que su espacio es la política. Y en esta área se formó. Es una mujer perspicaz, segura de sí misma y eficiente; del rango de funcionarios públicos que Armenia, como democracia joven, requiere para protagonizar pasos concretos y firmes de progreso. Y en Artsaj, lo mismo. Conscientes de ello, Azatoohi fue incorporada inmediatamente en el gabinete del presidente Arayik Harutyunyan como Asesora del Presidente de la República de Artsaj en Asignaciones Especiales para Asuntos de la Diáspora. Consiste en un cargo inaugurado por ella, donde sentaría las bases de las relaciones directas entre Artsaj y las comunidades armenias del mundo.

“La diáspora es importante para Artsaj, por eso trabajamos hacia la construcción de una nueva perspectiva en torno al desarrollo de sus relaciones. Esa es una prioridad para nosotros como Estado. Es por ello que todos nuestros esfuerzos están orientados hacia la activación del vínculo con diferentes sectores y la creación de nuevos horizontes de lazos”, manifestó Azatoohi para Diario ARMENIA, reforzando la necesidad de una relación directa entre Artsaj y el mundo.

“Estamos convencidos de que cada armenio debe ser un participante activo de los hechos que tienen lugar en la cotidianeidad de Artsaj. El armenio de la diáspora no debe adoptar el rol de observador, sino ser un jugador que esté presente y al tanto de las circunstancias, independientemente de su lugar de residencia”, expresó la joven.

Según Azatoohi es importante que el armenio de la diáspora se involucre en la vida política, económica y social de Artsaj; es preciso “vivirla y respirarla”. Este es el llamado de la joven, quien sostiene que el hecho de ser parte de la construcción de este Estado no excluye la distancia física, por lo que también constituye una alerta para las comunidades de Argentina, Uruguay y Brasil.

Por otro lado, ha puesto también el foco en la aplicación de iniciativas de diferentes organizaciones de la diáspora, direccionando el trabajo hacia la apertura de oficinas con base en Artsaj, el desarrollo de proyectos y la asignación de presupuestos para llevarlos adelante. Dentro de los objetivos prioritarios de Azatoohi se encuentra la iniciativa de escuelas hermanas con el fin de establecer lazos entre establecimientos educativos de Artsaj con los de la diáspora.

Hoy por mí, mañana por ti

En el presente, Azatoohi se encuentra totalmente inmersa en asistir a las necesidades de la comunidad armenia del Líbano. Asume que previo a la reciente explosión en su capital, seguía de cerca los acontecimientos en torno a la crisis económica y las consecuencias de la pandemia, brindando la predisposición estatal de Artsaj para cubrir los aprietos de los afectados. A raíz de los últimos hechos, son varias las familias que han decidido radicarse en este pequeño territorio montañoso del Cáucaso y comenzar una nueva etapa en la que el apoyo financiero del Gobierno de Artsaj se hace presente cubriendo las necesidades en torno a la vivienda, trabajo y garantías sociales.

Azatoohi Simonian.

A partir de los hechos trágicos en Beirut, el aparato estatal de Artsaj organizó campañas de recolección de fondos para asistir a la comunidad armenia local, convencido de que “es imprescindible garantizar la integridad de la comunidad armenia del Líbano y contar con una estructura comunitaria fuerte allí”. Sin embargo, como decisión personal, cuantiosas familias han decidido dejar su país y a partir de ese momento comienza la intensa labor de las Repúblicas de Armenia y Artsaj para acogerlas. “Ofrecemos garantías para contribuir con el asentamiento de estos armenios que también son dueños de estas tierras; estamos dispuestos a otorgar facilidades a quienes regresen a la madre patria, por lo que la única opción de dejar el Líbano debería ser establecerse aquí”, aseguró Azatoohi. A su vez, marcó el profundo agradecimiento del pueblo artsají hacia la diáspora, reflejado en el inmediato compromiso civil hacia la campaña de recolección de fondos para asistir a la comunidad libanesa. Previo a la explosión se han enviado alrededor de $20.000 USD al Líbano y luego, un avión con ayuda humanitaria con productos hechos en Artsaj, lo cual también es indicio del desarrollo productivo y económico de la región. Posteriormente, se destinó un significativo monto del presupuesto estatal de Artsaj para la refacción de los establecimientos educativos de la comunidad del Líbano y la colecta continúa. “A pesar de que los ciudadanos de Artsaj también viven dificultades sociales y económicas diarias, han mostrado su predisposición de estar junto a sus compatriotas en la medida de sus posibilidades”, concluyó Azatoohi.

La mujer que va al frente

Azatoohi es una referente de mujer activa en el campo político de Armenia y Artsaj; sin embargo, para ella no es sano abrir la discusión sobre la condición de mujer de las funcionarias. “Esta discusión debería estar ya superada. Si partimos pensando en la dicotomía de ‘políticos hombres o mujeres’, ya estamos poniendo en duda nuestras capacidades”, expresó Azatoohi insistiendo en que muchos otros países ya han vencido estos cuestionamientos.

“Desde el momento de la fundación de la República de Armenia en 1918, el Parlamento ya había adoptado la ley del voto femenino. Si hace más de un siglo atrás, nuestros políticos ya tenían esta visión, en la actualidad nuestra nación no puede estar cuestionando este tema. Como pueblo armenio no deberíamos estar discutiendo sobre esta problemática, pero lamentablemente lo hacemos, retrocediendo varios pasos”, argumentó Azatoohi. Su perspectiva sobre la igualdad de género hace frente al constante cuestionamiento de las capacidades de las mujeres para ocupar cargos políticos y de toma de decisiones. Según su análisis, la problemática se ve reflejada en la desesperada aplicación de un sistema de cuotas de participación femenina en los diferentes ámbitos políticos. “Hacemos frente a este problema con leyes; pero lo que urge es que seamos conscientes de esta situación y no necesitemos ninguna ley que asegure nuestra participación en los puestos. Yo quiero vivir en un país, en donde las listas lleguen al 50% o 60% de participación femenina y no estemos contando cuántas mujeres u hombres las integran. Es lastimoso hacer cuentas y someter a la mujer a esos cálculos. Tenemos que poner fin a este discurso”, concluyó Azatoohi con la esperanza de que las próximas generaciones cambien su perspectiva en torno a este dilema.

Betty Arslanian
Corresponsal del Diario ARMENIA en Ereván
beatrizarslanian@gmail.com

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