Azerbaiyán expulsó a la Cruz Roja del país, único organismo que controlaba la situación de los prisioneros y rehenes armenios encarcelados ilegalmente

Azerbaiyán ordenó la expulsión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) el 5 de marzo, el único organismo internacional que supervisaba la situación de los prisioneros de guerra y rehenes armenios detenidos en Bakú. Según medios azerbaiyanos, el gobierno también exigió la salida del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), reforzando el bloqueo a la presencia de entidades humanitarias en su territorio.
La decisión del régimen de Azerbaiyán de prohibir las operaciones del CICR se produce en el marco de los "juicios" falsos contra los detenidos armenios, entre ellos ex líderes de la República de Artsaj (Nagorno Karabaj) y al menos otros 23 prisioneros reconocidos oficialmente por Azerbaiyán. Hasta ahora, el CICR realizaba visitas periódicas, entregaba productos de higiene y facilitaba un contacto mínimo con sus familiares. Con su expulsión, los rehenes quedaron en una situación de mayor vulnerabilidad, sin acceso a asistencia humanitaria ni protección jurídica internacional, mientras aumentan las denuncias de que están siendo torturados en prisión.