Bicicleta mata desastre político
En abril, un movimiento se gestaba en Voskebar, una de las aldeas fronterizas de la región de Tavush, poco después que el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, anunciara el inicio del proceso de demarcación y delimitación de la frontera con Azerbaiyán. Con el paso de los días, los disconformes con la concesión unilateral de territorios a la parte azerbaiyana encontraron su lugar bajo el liderazgo del arzobispo de la Diócesis de Tavush, Bagrat Galstanyan.
El movimiento acuñó el nombre “Tavush por la patria” y anunció una peregrinación hacia Ereván. Mientras las voces oficialistas acusaban a Galstanyan de utilizar los mismos métodos de Pashinyan antes a tomar el poder en 2018, la caravana de partidarios se engrosaba a medida que se aproximaba a la capital.
Las autoridades y medios de comunicación oficialistas hacían un esfuerzo por ignorar las acciones del movimiento, a pesar de ser uno de los acontecimientos sociales más relevantes en aquellos días. En aquel entonces, el gobierno armenio inició operativos de desminado de territorios a través de las Fuerzas Armadas e instalación de columnas a lo largo de la frontera. El primer ministro hizo frente a los cuestionamientos de estos trabajos mediante el pánico, asegurando que la consecuencia al freno del proceso de demarcación sería irremediablemente una nueva guerra.
El 9 de mayo la Plaza de la República acogió a la mayor cantidad de manifestantes desde el proceso político denominado Revolución de Terciopelo de 2018. El arzobispo Bagrat Galstanyan se convirtió en ícono de la resistencia y la oposición bajo el lema “Armenio, Armenia, Patria y Dios”. Su candidatura como primer ministro recibió el aval de la Santa Sede de Etchmiadzin. Ante un escenario de masificación del movimiento y acciones de desobediencia civil interrumpidas por agentes policiales que detenían a los manifestantes, el oficialismo denunció la intromisión de la iglesia en asuntos políticos. Yendo aún más allá, el presidente de la Asamblea Nacional cuestionó la situación tributaria de Etchmiadzin, su posesión de propiedades y venta de productos.
Desde hace tiempo, particularmente a partir de la guerra de Artsaj en 2020, la iglesia planteó discrepancias con la gestión de Nikol Pashinyan. Sin embargo, en la actualidad, ganó protagonismo en la esfera política y hoy, encarna una nueva arista de la oposición. Por su parte, la tesis de Pashinyan señala que el objetivo de esta tendencia de la iglesia es regresar al poder a las autoridades precedentes de Armenia. En este sentido, el mandatario acusa que este movimiento está orquestado por el patriarca Karekin II y el expresidente Robert Kocharyan.
Una vez más, el gobierno recurrió al discurso polarizador que no le ha fallado durante la campaña electoral ni a lo largo de estos años de gestión. La estrategia de responsabilizar a las autoridades anteriores por los males de la nación armenia continúa. La población de Artsaj usualmente se convierte en víctima de un alegato en el cual se la vincula con los gobiernos anteriores o figuras opositoras, hasta el punto de considerarla “material de protesta” que participa de manifestaciones a cambio de retribuciones monetarias.
La suerte de compromiso que el gobierno asumió para considerar su dimisión en el caso de que ésta fuera exigida por una gran masa poblacional que saliera a las calles, fue otra fábula. Al percibir que el movimiento “Tavush por la patria” superaba varias decenas de miles de adeptos, los órganos gubernamentales dejaron a un lado la estrategia de la indiferencia y optaron por la desacreditación. De este modo, el arzobispo Galstanyan fue objeto de varios rumores, como la posesión de hijos o su carácter de agente ruso. Una de las investigaciones más embarazosas del Servicio de Seguridad Nacional terminó por negar la vinculación del arzobispo con Rusia.
Los indicios de que la preocupación del oficialismo ha alcanzado un nivel superior son visibles. El Consejo de la Asamblea Nacional ha escapado a la moción de los parlamentarios opositores de llevar adelante una sesión extraordinaria para abordar el tema de la renuncia del primer ministro y la conformación de un nuevo gobierno. Ante la negativa, la ley indica que automáticamente la sesión debe tener lugar luego de ocho días hábiles. Sin embargo, los diputados del partido Contrato Cívico no concurrieron a la sesión y ésta no tuvo lugar por falta de quórum.
@nikol.pashinyan_pm Այսօր էլ այսպես եկա աշխատանքի: Հեծանիվը խորհելու տեղ է, հեծանիվը աշխատելու ցանկություն է, հեծանիվը պատասխանատվություն է... Կեցցե՛ հեծանիվը✌️
♬ Light Rock, Challenge, Sport, etc.(1459633) - Br'z
La batalla no sólo se libra dentro del recinto parlamentario y en las calles, donde los manifestantes son sometidos a la represión policial, sino en lo discursivo. Los intentos de contradecir al arzobispo Galstanyan han llevado a Nikol Pashinyan a sus viejas andanzas en bicicleta. Durante los últimos días, circulan videos del primer ministro, bajo el título “Viva la bicicleta”, deambulando en dos ruedas por las calles de la capital. Además, instó a la población a unirse a su circuito matutino bajo ciertas condiciones de inscripción como enviar una foto del interesado con su bicicleta, no referirse a cuestiones políticas durante el recorrido y aceptar la ruta propuesta por él mismo. Los nuevos videos de Pashinyan pedaleando delante de un grupo de ciudadanos ciclistas bajo los primeros rayos de la mañana ha sido el método del primer ministro para hacer frente a las sentencias del arzobispo y la oposición sobre la imposibilidad de circular libremente por espacios públicos sin protección policial. Así, el primer ministro sale por un poco de aire fresco antes de que avancen las horas y todo se vuelva a convertir en un absoluto desastre político.
Betty Arslanian