Buen viaje soldado leal
El momento nunca es el oportuno, el preciso, el ideal, no existe el cómo, dónde, por qué ni sabemos el cuándo. Solo sucede y a una gran velocidad, eso es la vida. Las escasas líneas resultan ser las más difíciles, pero al mismo tiempo las que con mayor orgullo y claridad podrían desarrollarse. De esta forma el pasado 7 de diciembre se fue de viaje finalmente el enger, esposo, padre, abuelo, amigo y miembro del Comité Central de Sudamérica de la FRA-Tashnagtsutiún.
Enger Mgrdich nació en Salónica (Grecia) en 1954. Criado y formado de joven en el seno de una familia tashnagtsagán en donde su abuelo y papá eran parte de la organización. Como consecuencia de la situación imperante en Grecia, su familia decide emigrar a la Argentina en 1965.
Desde entonces su activismo y participación en la vida comunitaria fue notoria. De muy joven formó parte de la Agrupación Scout “Almirante Brown” del club Antranik. Miembro de la Unión Juventud Armenia, dirigente de los aguiluchos y activo miembro de la Federación Revolucionaria Armenia Tashnagtsutiún en donde cumplió responsablemente diversas funciones.
Enger Mgrdich nunca fue amante de los pergaminos, de los cargos, de las fotos y de los discursos. Más bien, fue un dirigente humilde, trabajador y sobre todo responsable y coherente entre sus palabras y acciones, algo de lo cual en la actualidad no abunda, sino que escasea. Cuando la organización se lo exigía asumía con principios las acciones y responsabilidades de la misma forma que lo hacía con su familia y compañeros. Esa era la coherencia y carácter de Mgerdich, no había grises ni doble discursos, solo acción y trabajo.
Para quienes tuvimos la suerte de conocerlo en su trabajo, familia y vida partidaria encontramos un mismo discurso y persona, siempre con espíritu y animo a fin de depositar alguna enseñanza a través de sus tantas historias y anécdotas trasmitidas con pasión y amor.
Siempre había una explicación y más de una vez en sus conversaciones se hablaba de política, historia, de la Causa Armenia, del Tashnagtsutiún y sobre todo de la vida. Infaltables sus cafés armenios y una partida de tabli de su papá, el enger Shavarsh.
Enger y querido viejo te fuiste temprano, cumpliste tu misión como padre, abuelo, pero sobre todo como un fiel y leal soldado tashnagtsagán. Dejaste enseñanza, sabiduría pero sobre todo fuerza, transparencia, carácter y humildad en el corazón y mente de muchos. Gracias enger Mgerdich, misión cumplida y buen viaje.
L.K.