Cinco Jóvenes de Lisboa en nuestro corazón
En la dura memoria de la resistencia popular armenia a sus distintos opresores, todos los días es como un 24 de Abril, porque los gobiernos de los estados genocidas de Turquía y de Azerbaidján siguen implementando su todavía impune plan de exterminio.
En mayo de 1915 una declaración conjunta de los gobiernos aliados responsabilizó al Imperio Turco-Otomano por los crímenes de lesa humanidad que estaban cometiendo. Pero esa actitud de hace más de un siglo no corresponde con lo que dicen y menos con lo que hacen los estados firmantes de ese documento.
Poco tiempo después del centenario de ese terrible genocidio, tolerados por esas mismas potencias Ankara y Bakú siguen formando a sus futuras generaciones en el negacionismo y la xenofobia.
A pesar de las resoluciones de sus parlamentos las “distinguidas potencias” siempre hablan pero nunca actúan claramente a favor de la justicia por el primer genocidio del siglo XX y del merecido reconocimiento de la independencia de Artsaj, recuperada a costa de la joven sangre de su pueblo.
Mes a mes, y día a día se desarrolla la lucha constante por la Causa Armenia. Cada una de las efemérides tiene una historia y un mensaje que no nos puede ser indiferente. El mes de julio nos recuerda la expedición de Janasor y la gesta de los Cinco Jóvenes de Lisboa. Nos habla de distintas generaciones heroicas pero del mismo compromiso con la verdad, la justicia y los derechos de los armenios.
El 27 de julio de 1983, cinco militantes de la juventud del Tashnagtsutiún, Simón Yahnian, Vaché Daghlian, Setrak Adjemian, Sarkís Aprahamian y Ará Kerdjalian; ocuparon la sede de la embajada turca en Lisboa. Su arriesgada acción tuvo inesperados resultados que devinieron en la inmolación de las jóvenes vidas que pasaron a ocupar una página más de la gloriosa historia armenia reciente.
La prensa mundial de esos días habló ampliamente de las demandas y los reclamos reivindicatorios armenios.
Tiempo atrás había comenzado una etapa diferente en la lucha de demanda de justicia. Los ojos y oídos cerrados de los grandes responsables del olvido de la Causa Armenia debieron despertarse ante la decidida embestida que recibió el estado turco por parte de los combatientes armenios. A la distancia de aquellos hechos, muchos podremos objetar el ejercicio de la violencia, pero lo cierto es que si no hubieran mediado esas acciones, tal vez hoy nos estaríamos lamentando la desaparición de la Causa Armenia.
La Operación Lisboa, se realizó en ese contexto y constituyó una de las importantes acciones contra las sedes diplomáticas turcas en el mundo entero. La inmolación de los cinco héroes tashnagtsagán fue un acto del más puro idealismo y moral revolucionaria, en el extremo opuesto del terrorismo ciego.
La historia nos provee de valiosas enseñanzas. La memoria es un tesoro invalorable pues rescata los valiosos actos que de ella surgen. La lucha del pueblo armenio se basa en la verdad, la memoria y la justicia, y luego de sufrido el genocidio en manos del estado turco otomano, la obtención de la independencia de 1918 puede considerarse un bálsamo para los armenios, que debieron seguir bregando varias décadas para sobrevivir primero y lograr después la recuperación de su estado independiente.
Los Jóvenes de Lisboa ya son historia, un capítulo épico que jamás debemos olvidar pues sólo con su valor y coraje nos dieron una lección de patriotismo que debe servirnos para reafirmar nuestro compromiso con sus postulados, que no son más que los de todo un pueblo que aún espera justicia.
Jorge Rubén Kazandjian