Colegio Armenio Jrimian: ¿A desayunar en Dirección?
“¿Pero qué hicimos que nos llaman a la Dirección? ¿A desayunar con la dire? ¿Escuchamos bien? Éstas son algunas de las frases que circulan en los cursos cuando por primera vez reciben la invitación, tan sencilla pero no convencional: la directora del Secundario convoca a todo un curso a un desayuno en la oficina de Dirección.
Y este lugar, muchas veces tan temido al que pareciera que sólo se debe ingresar cuando hay una sanción, empieza a ser más conocido.
Ése es el disparador de una actividad donde el encuentro termina siendo más importante que la comida. Los chicos lo agendan, la directora también.
El encuentro, pensado desde hace muchos años cuando en la oficina de la directora había lugar físico para los tres cursos juntos del entonces nivel polimodal, se desarrolla desde hace un tiempo más apretados, corriendo muebles, pero con la misma calidez, informalidad, asombro e intenciones de encontrar consensos.
Circulan temas variados, desde dificultades en la convivencia, diferencias entre pares o con algunos adultos, el acontecer de las clases, los problemas en el rendimiento, cuestionamientos a los reglamentos, explicaciones sobre decisiones que aparentan arbitrarias y hasta a veces serias diferencias de opinión entre compañeros se exponen en la ronda. Todo aquello que tenga que ver con lo grupal, vale. Todo aquel que tiene algo para decir, contar, quejarse, plantear, disentir, tiene lugar. Sólo hay que proponerlo.
La mayoría de los chicos se permite hablar libremente de lo que le preocupa sabiendo que lo conversado va a intentar tener una solución o una explicación. Lo que no se sabe queda “rebotando” hasta averiguarlo. Lo que se habla es insumo para nuevos espacios, ya sea de reflexión entre adultos o con ellos mismos. A veces, la “dire” y/o los chicos se van con alguna tarea para hacer: pensar, resolver, indagar, cambiar estrategias.
Estos encuentros fomentan un vínculo donde lo grupal, lo individual, la asimetría propia de la relación entre jóvenes y adultos, la tranquilidad de la mediación se ponen en juego por medio de la palabra, único medio habilitado para hacernos entender.
Sandra Raubian
Directora Nivel Secundario