Colegio Armenio Jrimian: Cruzar la calle
Paso a paso un niño va creciendo, se transforma cada vez, con cada nuevo logro, cada nuevo error, con cada desafío y cada fracaso. Mirando todo ese proceso desde la óptica del aprendizaje como construcción personal, crecer abre puertas a nuevos proyectos y caminos.
Y el nivel Secundario de Jrimian se comporta como un niño también. Crece con cada grupo de estudiantes que obligan a nuevas propuestas. Crece con cada docente que lo alimenta desde su práctica profesional.
Cada año ha tenido nuevos logros y desafíos, acompañados por supuesto de errores y fracasos que no hacen más que invitarnos a redoblar apuestas.
Por eso los proyectos fueron siempre pequeños pasos, como un niño aprendiendo a caminar.
Y el 2016 fue un año grande, complejo. Lo sabíamos: comenzó a duplicarse la cantidad de cursos, de estudiantes y familias, ingresaron nuevos docentes, se fueron otros que cumplieron ciclos maravillosos, los vaivenes de la política educativa nos “movían el piso” una y otra vez. Cómodamente podíamos seguir como estábamos: adentro, en las aulas, enseñando lo necesario.
Pero el equipo docente es osado y a sabiendas de las dificultades e incertidumbres, no se quedó quieto, las paredes de adentro y de afuera no alcanzaron, las aulas tampoco.
Cruzar la calle fue la decisión. ¿Estábamos listos para eso? No sabíamos. Había que probar.
Cruzar la calle literalmente y pintar un mural colectivo enfrente del colegio, en la pared de un vecino.
Cruzar la calle y salir a enseñar sobre la Causa armenia en otros colegios.
Cruzar la calle emprendiendo nuevos sueños con los chicos, como el viaje a Armenia, tal vez.
Eso fue.
Y que los “viejos docentes” del Jri sean los que hasta ahora no lo eran.
Y que estén listos para dar la mano a los nuevos.
Para seguir animándonos a más.
Que eso sea.
Sandra Raubian
Directora Nivel Secundario