Colegio Armenio Jrimian: El compromiso con la lectura
Con mucho esfuerzo y compromiso la biblioteca no sólo trabaja para apoyar los objetivos del proyecto educativo institucional, garantizando la disponibilidad y el acceso a las obras que forman parte de su colección sino que también se propone convertirse en un lugar de encuentro de niños, jóvenes y docentes. Un lugar donde puedan satisfacer sus necesidades de información, intercambiar experiencias, debatir ideas, adquirir nuevos conocimientos y enriquecerse en el diálogo con el otro.
Uno de los momentos más gratificantes son los recreos: nada mejor que verlos entrar de manera espontánea a la biblioteca a pedir un libro para leer en casa, buscar información para hacer sus tareas, reservar o renovar un libro para la clase de literatura o simplemente sentarse en algún lugar cómodo a leer su libro preferido. ¿Y aún dicen que los chicos de hoy no leen? Nada más asomarse a la biblioteca de Jrimian para ver que eso es un mito y que la lectura (sobre todo la lectura por placer) es una práctica real y se fomenta desde todos los espacios de nuestra institución.
La solidaridad a la orden del día
Es importante destacar el rol que cumplen las familias que forman parte de la comunidad educativa y miembros de la comunidad armenia en el desarrollo del hábito de lectura. ¿Cómo lo hacen? Donando de manera genuina y desinteresada libros a la biblioteca; donaciones muy apreciadas porque enriquecen cuantitativa y cualitativamente su acervo.
En lo que va del 2017 hemos recibido más de 300 donaciones de libros de temáticas diversas: literatura, literatura infantil y juvenil, historia, geografía, matemática, pedagogía, Causa Armenia, libros de texto, entre otros.
Mención aparte merece el compromiso con la lectura de un ex alumno de nuestro colegio que desde hace muchos años acompaña el crecimiento de la biblioteca y siempre está pendiente de sus necesidades. Sin ir más lejos este año ha donado 220 libros, entre ellos novedades literarias muy esperadas y bienvenidas por alumnos y docentes.
Cada uno desde su lugar puede aportar un granito de arena para hacer que la lectura sea una práctica habitual y placentera y que los niños y jóvenes se animen a descubrir los fantásticos mundos a los que nos pueden llevar las palabras y la imaginación.
Johanna Valdez
Bibliotecaria