Colegio Armenio Jrimian: Natación en la escuela
La capacidad de aprendizaje de los niños es asombrosa. Prácticamente desde su primer instante de vida comienzan a incorporar conocimientos y a desarrollar habilidades que asombran a sus padres, fascinados con cada nueva manifestación o movimiento que sus hijos realizan. Como una suerte de docentes naturales, papá y mamá son los encargados de impartir las nociones iniciales que comenzarán a formar parte del bagaje cultural y social de sus niños. Después llegará el tiempo en el que la escuela se asociará a ese proceso y aportará herramientas adecuadas para complementar la labor que empezó en el hogar.
En el Colegio Jrimian desde hace años entendemos que la natación es una aliada fundamental para contribuir a la educación de niños y niñas. Complementándose con las asignaturas habituales que caracterizan la propuesta de cualquier institución dedicada a la enseñanza, esta actividad permite desde una edad temprana la adquisición de habilidades en un medio diferente, como es el agua, que impone un desafío que colabora particularmente con esta idea de favorecer a la formación de los niños.
Todos los padres tienen fijamente grabada en sus retinas y sus corazones el instante en el que sus hijos dan los primeros pasos. Ese andar vacilante que, paso a paso, va configurando el acto de caminar representa una manifestación vigorosa de independencia por parte de los niños. Ya son capaces de ir hacia donde deseen, por sus propios medios y bien dispuestos para explorar un mundo en el que tienen todo por descubrir.
En el medio acuático la situación es idéntica. La pileta surge como un ambiente que propone retos tan significativos como el simple hecho de unir a pie la distancia entre un punto y otro de la casa. De la mano de nuestros docentes de natación, el niño empieza a recorrer ese universo rico en sensaciones que empiezan desde el simple contacto de la piel con el agua.
El vínculo cercano que se establece con los profesores hace posible que los alumnos no se sientan intimidados por una pileta que a primera vista les puede resultar enorme e intimidante. A medida que los niños vencen la resistencia o los temores iniciales, tejen una relación firme y concreta con el agua, la hacen parte de su vida cotidiana y sacan a relucir capacidades tan reveladoras como las que conmueven a los padres en los primeros días de vida.
Nuestro objetivo es que, a través de un trabajo en grupo en el que les sea posible compartir esas nuevas experiencias con sus compañeros, niños y niñas hallen un espacio fértil para desplegar sus habilidades. La cercanía con el amigo o amiga con el que están todos los días en el salón de clase fomenta la confianza para afrontar cada nueva prueba, ya sea meter los pies en el agua, sumergir la cabeza y hacer burbujas o incluso dar sus primeras brazadas y patadas.
Entendiendo que cada niño o niña tiene sus tiempos y su potencial, en el Jrimian sentimos que la natación ayuda a la conformación de la personalidad, no sólo por la incorporación de las nociones de un estilo de nado, sino porque les permite ingresar en un medio exigente que pone a prueba permanentemente esa inagotable capacidad de aprendizaje. Y ése es un reto que vale la pena enfrentar.
Viviana Marra
Prof. De Educación Física
Coordinadora de Natación