Colegio Armenio Jrimian: Un sueño cumplido
El 10 de septiembre partimos desde Ezeiza veintiún alumnos, dos coordinadoras del viaje y una representante de la agencia de turismo TIJE hacia Roma, allí nos quedamos tres días, luego el viaje continuó con ocho días en Armenia, tres en Atenas y un día de paseo por Ámsterdam antes de regresar el día 26 a Buenos Aires.
Viajaron diecisiete alumnos de quinto año y cuatro de sexto, ellos son nuestros primeros embajadores, ellos vieron con sus propios ojos lo que sus docentes durante tantos años les fueron transmitiendo.
El valor del trabajo en equipo, la fuerza de lo colectivo, la solidaridad, el deseo de todos y cada uno estuvieron presentes y se sintió en cada momento. La emoción invadió cada lugar visitado, el entusiasmo, la sorpresa, las ganas de conocer, la buena disposición fueron ingredientes fundamentales.
Bella Italia, encantadora Grecia, sorprendente Holanda… pero llegar a Armenia fue una experiencia difícil de describir. Sentíamos que “habíamos llegado”, que todo el Jri nos acompañaba, que las sonrisas, las lágrimas y la emoción nos gritaban “misión cumplida: era acá donde queríamos estar”. Cada lugar emblemático sorprendió a los viajeros/as con un mensaje de alguno de sus docentes que los alentaba y los movilizaba aún más: en Sardarabad, la oriort Selnaz los sorprendió en forma de bellas palabras que recordaron sus enseñanzas, al pie de la estatua de Mashdotz, la profe Susana Calzoni los invitó con su carta a llenarse de Armenia y ser los transmisores de la experiencia.
En medio de la fuerza del Dzidzernagapert, la profe Julieta Puppo les recordó de la pasión, del compromiso con la memoria. Frente al Ararat, con la camiseta de Jrimian puesta, imaginando la justicia que es necesario buscar, encontraron las palabras del profe Leandro Biglieri, que los convocó a luchar por sus sueños.
Los encuentros con los argentinos y uruguayos que viven en Armenia, el guía Ashot, la visita a la embajada y la donación de libros, las donaciones de los ajuares para bebés realizadas a HOM, el Dzidzernagapert, Echmiadzín, los festejos por el día de la Independencia, Sardarabad, los monasterios, el Lago Seván, los aromas, los sabores, los paisajes, el encuentro con Ricardo Yerganian en la escuela armenia de Atenas, cada una de las vivencias han marcado de una manera singular a cada viajero.
Lo hicimos juntos, lo amasamos entre todos, hoy nos queda ese sabor especial que deja el saber que todo lo que se enseña en el Jri tiene sentido.
Graciela Ainajyan
Sandra Raubian