Crónica de un embajador del Rey Enrique III de Castilla, que recorrió Armenia en el Siglo XV

Durante siglos vivieron en el Asia Central distintas razas de turcos nómadas. Una de ellas debía  la denominación a su jefe  Seldjuk.

De origen mongol, los turcos selyúcidas estaban emparentados racialmente con los tártaros, tribu de la Rusia en tiempos remotos.

Asentados en el territorio de la Mongolia actual, entre Siberia y China, de organización social basada en el nomadismo, utilizaban el caballo y pesados carromatos para movilizarse y trasladar las tiendas que usaban de vivienda.  

Temidos por su salvajismo y el desprecio total por la vida humana, cuando invadían una región degollaban a los habitantes, esclavizaban a los sobrevivientes y destruían todo lo que encontraban a su paso.

Sólo les preocupaba  encontrar agua y pasturas para los caballos y rebaños de ovejas que constituían su única riqueza.

La ocupación de regiones históricamente armenias por los turcos selyúcidas  y otras hordas mongoles

En el siglo IV comenzó su avance sobre Occidente. Cinco siglos después ocuparon Persia. En contacto con las poblaciones musulmanas se islamizaron y entonces su intolerancia y cerrado fanatismo religioso se tornaron aún más temibles.

Luego de invadir el Asia Menor, una de las regiones más civilizadas del mundo conocido de ese tiempo, con la brutalidad que los caracterizaba, se asentaron en Konia y establecieron allí su capital.

Escribe Ashot Arzruní en su “Historia del pueblo Armenio”: “… la brutal presencia selyúcida hizo que en pocos años, tierras pobladas por armenios  quedaran  sumidas en la barbarie total que había de resultar definitiva. A fines del siglo XI, el imperio selyúcida se extendía desde el mar de Aral hasta el Mediterráneo, y desde el Cáucaso hasta las  fronteras de Egipto”.

Transcurridos varios siglos, las poblaciones armenias de Anatolia, Capadocia, Vaspuragán y de otras regiones occidentales seguían siendo víctimas de las hordas que ocupaban sus tierras ancestrales.

En 1375, el rey Levón VI de  Cilicia (foto) luchaba contra los invasores turcomanos (1) de regiones montañosas de sus dominios. También debía hacerlo permanentemente contra los intentos de ocupación de los mamelucos, guerreros que respondían a la política expansionista del sultán de Egipto.

Las  fuerzas armenias resistieron heroicamente el asedio, hasta que Los defensores de la fortaleza de Sis, considerada inexpugnable, agotados los víveres, finalmente se rindieron sin poder impedir que Levón VI y príncipes de su corte fueran tomados prisioneros y enviados a las cárceles de El Cairo.

La derrota marcó trágicamente la historia armenia y el alma de la nación quedó  herida con angustia inenarrable.

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Tamerlán invade  Armenia

Hijo de la etnia turca mongólica, Tamerlán (1336-1406) (foto), fue el conquistador más famoso de su raza y superó en salvajismo y crueldad tanto a los turcos selyúcidas como a los mongoles de Gengis Khan (2).

Político hábil, su estrategia le ganó la lealtad de las tribus nómadas que lo seguían. Al frente de ejércitos con miles de combatientes llevó a cabo conquistas que los historiadores registraron admirados.

Hacia fines del siglo XIV, irrumpió en el Cáucaso para  asolar la llanura del Ararat y las regiones orientales y del sur de Armenia. En los casos de resistencia, los pobladores locales fueron masacrados brutalmente.

Caída la ciudad fortificada de Van, ordenó arrojar  al vacío a los defensores, en su mayoría armenios, desde lo alto de las murallas.

Sometida Armenia, Tamerlán marchó sobre la Mesopotamia y Siria. En su segunda incursión sobre el suelo armenio,  encontraría una resistencia inesperada para la toma de Erzingá. En venganza,  ordenó enterrar vivos a cantidad de pobladores. Muerto de una enfermedad cuando planeaba  invadir China, el imperio de Tamerlán no tardó en deshacerse. No quedaban más que ruinas humeantes y montículos con cabezas de los  decapitados.

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El Siglo de Oro español  y un nuevo género literario

Durante los siglos XV y XVI, a medida que la fama de los sabios y creadores  de siglos anteriores se oscurecía, Europa vivía una verdadera revolución en los campos científico y artístico, cambios que los historiadores  engloban en la palabra Renacimiento.

Refiriéndose a las creaciones literarias, el catedrático Ángel Valbuena Prat, en su “Historia de la literatura española”, apunta que durante el siglo XV se advierte en los autores la inclinación a un nuevo tipo de obras narrativas en prosa elegante y atractiva y con temas que privilegiaron el exotismo. Los libros de viaje y las obras de una variante similar, se debieron en parte a reyes y príncipes que decidieron enviar embajadores a otros reinos, preferentemente de tierras lejanas, dada la atracción despertada por las noticias, muchas veces fantasiosas, difundidas por los descubridores de nuevas geografías.

Un anticipo europeo de los  libros de viaje fue “La descripción del mundo”, difundido también como “El libro de las maravillas”, obra de Marco Polo (1254-1324) (foto). En un primer viaje, el noble veneciano recorrió el imperio mogol de Kubalai Khan. Inició después un segundo viaje en compañía de su hermano Marco. En el nuevo periplo, durante veinticuatro años convivieron con pueblos de Rusia, Arabia, Armenia, Persia, India, Sumatra, China y de otros dominios. Tamaña aventura fue un adelanto de las hazañas que viajeros intrépidos protagonizarían al aventurarse a regiones que las crónicas iban a describir como de atrapante curiosidad.

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 Una embajada del rey Enrique III de Castilla (1390-1406), en suelo armenio

En el año 1582 se publicó por primera vez en España la “Historia del  Gran Tamerlán”, obra  de Ruy González de Clavijo, quien a continuación del título aclaró que se  trata del “itinerario y enarración de la embajada”.

Existen escasos datos biográficos del autor. Nacido en Madrid, se sabe que murió en 1412. Cortesano del rey Enrique III, en compañía de Gómez de Salazar y del fraile Alfonso Páez de Santa María, fue enviado como emisario real a territorios invadidos por los ejércitos de Tamerlán. El viaje duró del 22 de marzo de 1403 al 1° del mismo mes  en 1406.

La visita iba a coincidir con la celebración en Samarcanda (3) de un gran “kurulai” (4 ) convocado por el mismo Tamerlán.

Aunque con inexactitudes en algunas de sus partes, el relato histórico contiene descripciones de las ciudades que a su paso conocieron  los españoles y se refiere sin olvidar detalles a las costumbres mongoles, algunas crueles como la del alcalde venal que fue colgado por las piernas.

Reiteradamente menciona al pasar las situaciones políticas y sociales en las que vivían los armenios, pobladores que sin renunciar a costumbres y creencias tradicionales, estaban asentados en sus tierras ancestrales, sometidos a la dominación brutal de los invasores mongoles.

Escrita en estilo descuidado, la obra registra detalles pintorescos y curiosos. Propios del mundo oriental, despertarían el interés de los lectores europeos y les servirían de entretenimiento, dada la atracción de Occidente por esa clase de temas.

Iniciado el viaje a comienzos del siglo XV, el primer desembarco se hizo en Trebizonda, por entonces un enclave griego. Superada la región del Mar Negro se encontraron en los dominios de Tamerlán. Desde el primer momento, los viajeros tuvieron a su disposición palafreneros y cabalgaduras. Agasajados con viandas y manjares de diferentes clases, vieron cómo se castigaba a los responsables con palos y azotes cuando no los servían diligentemente. Durante las comilonas a las que eran invitados, el vino corría en abundancia, dado que para los mongoles el placer y el regocijo no eran completos si no se embriagaban.

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La crónica demuestra que Clavijo era prolijo en sus anotaciones. De sus observaciones, puntualizamos lo que creemos puede ser de interés para el lector:

=  El sábado 3 de mayo  de 1404,  comprobó en un punto de su recorrida que “… en estos lugares moraban algunos cristianos armenios”, y que el domingo 4 llegaron a Erzingá,  “… construida en un llano, cerca de un río llamado Éufrates y es uno de los ríos que salen del paraíso… Esta ciudad la edificaron armenios y en el muro tenía en muchos lugares hecha de piedra la señal de la Cruz … en ella había muchos cristianos armenios y griegos”.

=  Continuando el viaje llegaron a Erzerum,  ciudad que “… era de cristianos armenios”,   y pasaron  “… al pie de la montaña alta  del arca de Noé””,   y arribaron finalmente el 5 de junio a Joi.

= En esa etapa alcanzada, escribe que  “…En ella se acaba la Armenia alta y comienza la tierra de Persia;  viven en ella muchos armenios “. 

A continuación relata que el viaje por todo el norte de Armenia duró exactamente un mes y dos días y que el viaje  de vuelta no fue exactamente igual.

=  El lunes 22 de agosto de 1406 volvieron a pasar por Joi.  “Y aquí  se acaba Persia y comienza Armenia Mayor”-

=  A causa de la guerra desatada por el alzamiento de Kara Yusuf, jefe de una tribu turcomana, contra Tamerlán, cambiaron de ruta  y después de unos días   “…llegaron a una aldea que tenía un  castillo pequeño y que estaba poblada por armenios. Aquélla era tierra de Armenia…; hacia el sur  está el límite con una gente de moros (5 ), que eran turcos… Esta gente señoreaba la tierra y muchos de ellos viven entre estos armenios”.

= Y siguieron su camino  “…y hallaron muchas aldeas, bien pobladas de armenios.  Había en ellas iglesias bien hermosas, y cementerios con grandes cruces de piedras ( 6)…, tan altas como un hombre, bien hechas”.

= El 1° de septiembre llegaron a Alashkert, Aunique –Ani-, Tortum y Sper, desde donde en penosa jornada de cuatro días  “por tierra muy montañosa llegaron a territorio de Trebizonda”. En Armenia “Decían que en esta Armenia, la mayor, hubo un gran Rey armenio muy poderoso y de gran tierra Señor, y al tiempo que murió dejó tres hijos.  Al mayor dejó Alashkert y a los otros dos Aunique -Ani- y Erzerum, que son las tres ciudades mayores que en Armenia había. Entraron en guerra y los dos menores trajeron en su ayuda una gente de moros que eran turcos y éstos trajeron su habla con los turcomanos  y mataron a los tres y se  apoderaron de toda Armenia”.

1/ “turcomanos”: habitantes de Turkmenistán, región comprendida entre  Siberia, Afganistán y el Mar Caspio.

2/ “Gengis Khan (1160?-1227): conquistador tártaro de refinada crueldad, fundador del primer imperio mongol. El “Khan” de su nombre  fue usado también por otros  príncipes y comandantes de su etnia.

3/  “Samarcanda”: ciudad de Uzbekistán, Asia Central, ocupada durante siglos por diferentes invasores. Caída en poder de los turcos, fue destruida por Gengis Khan quien estableció allí su capital.

4/ “Kurulai”: consejo político y militar  de ancianos y jefes mongoles.

5/ “gente de moros”: como los moros musulmanes invadieron España durante siglos, Clavijo los relaciona con los mongoles que eran mahometanos.

6/ “cruces de piedra”: por segunda vez el cronista, cristiano devoto, demuestra admiración por los “jachkar” que vio en las construcciones de los armenios.  Esas obras escultóricas expresan la arraigada fe cristiana del pueblo y además testimonian el arte de los  arquitectos y escultores que las crearon. Arte cuyo desarrollo comenzó en el siglo IV y se perfeccionó entre  los siglos  XII y XIII.