Declaración de Nikol Pashinyan: La identidad nacional bajo amenaza
En las últimas horas se conoció la declaración del Primer Ministro de Armenia en la que reconoce oficialmente a Artsaj como parte de Azerbaiyán. “Está dentro de los 86.600 km2 que reconocería Armenia como territorio de Azerbaiyán”, dijo. Nos podemos preguntar por un instante: ¿Qué se entiende por identidad? según la RAE (Real Academia Española): Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás.
Por simple que parezca la citada definición es necesario y primordial recordarle al señor Nikol Pashinyan que el proceso de construcción y defensa de esa identidad nos hace distintos frente al resto lo que nos conlleva a poseer nuestra identidad nacional armenia, argentina, uruguaya, etc. Los armenios supimos y asumimos una responsabilidad primordial en los años posteriores al Genocidio en el sentido de resguardarla y transformarla a medidos de los 60s en un elemento disruptivo de lucha y renacimiento de la Cuestión Armenia, una decisión asumida por una generación que empezó a entender que la Causa Armenia debía ser politizada para lograr los objetivos nacionales.
Al mismo tiempo, la construcción de nuestro Estado armenio se logró con el esfuerzo, trabajo, lucha, con grandes pérdidas humanas y cuando parecía una utopía a partir de los procesos internos y la implosión de la URSS se abrió una ventana de oportunidad para la recuperación de nuestra “última frontera” y del renacimiento de nuestra República de Armenia sobre las bases de la Primer República de 1918. En este contexto, una vez más el pueblo armenio reivindicó y logró una de las grandes hazañas y operaciones militares para recuperar el territorio de Artsaj que históricamente y por derecho le pertenece a fin de salvaguardara la población civil armenia de Artsaj.
La intención no es realizar un repaso histórico, porque en este momento no echaría mayor luz a un situación innegable y por lo tanto evidente como es el arribo de Pashinyan al poder y la perdida continua y alarmante de nuestra soberanía en la Repúblicas de Armenia y Artsaj a partir de la derrota en la guerra de 44 días en 2020. En base a lo descripto: ¿Se puede reivindicar como positivo los “avances” de Pashinyan en materia diplomática? Bajo ningún punto de vista un líder armenio se lo puede caratular de esa forma cuando lleva directamente a la población de Artsaj a una situación de límite y exterminio. A su vez, pretender “normalizar” las relaciones con Turquía es sin dudas otra señal de su amnesia. Sin dudas, a esta altura no hace falta explicar quién es, qué responsabilidad históricamente niega y cuáles son las intenciones del aliado principal de Azerbaiyán. En todo caso parece que el primer ministro, sus aliados y seguidores son quienes padecen una importante pérdida de la memoria o más bien tienen otros intereses/intenciones.
Sin lugar a dudas Pashinan desde el primer momento utiliza cualquier instrumento a su alcance para perpetuarse en el poder, algo que la FRA–Tashnagtsutiún y sus aliados denunciaron en reiteras oportunidades y desde un primer momento alerto de diversas situaciones y acciones que terminaron suscitándose. Seguramente, en este punto hay quienes están en desacuerdo, pero considero importante destacar que la Federación Revolucionaria Armenia con sus defectos pero con sus virtudes y grandes logros, como toda organización que asume responsabilidades, antepone los derechos del pueblo armenio sin olvidar ni renunciar a la identidad nacional.
La situación que nos está llevando el máximo líder armenio es de una pérdida total de nuestro legado y orgullo nacional. La autodeterminación de la población de Artsaj, la seguridad de Armenia y el reconocimiento del Genocidio Armenio (junto a otros elementos nacionales) hacen y constituyen la identidad nacional armenia. Razón por la cual, estos tres pilares, y en la misma jerarquía, son innegociables y quién se atreva a ello debe ser repudiado con toda la fuerza y considerado abiertamente como un traidor a la patria.
Indudablemente frente a los hechos, la identidad nacional, el futuro de la armenidad, la seguridad y el normal desarrollo de la población de las Repúblicas de Armenia y Artsaj están bajo amenaza externa e interna fruto de los inexplicables avances de Pashinyan y sus fieles seguidores.
Lucas Koussikian
Licenciado en Relaciones Internacionales