Destruyeron mi Líbano...

23 de agosto de 2020

Partes selectas y traducidas al español del artículo “They have destroyed my Lebanon…” que son un testimonio sincero de las vivencias del momento después de la explosión del 4 de agosto que destruyó el puerto de Beirut. El autor un joven escritor, columnista e investigador especializado en Medio Oriente de la comunidad armenia del Líbano. El artículo se publicó en el semanario The Armenian Weekly de Boston el 19.08.2020 y se encuentra aquí.

(…) Nos habíamos salvado, pero estábamos totalmente traumatizados. Llamé a mis parientes, amigos y la sede de la Federación Revolucionaria Armenia (FRA) de nuestro barrio. La mayoría de mis llamadas no fueron respondidas. Salí a la calle para ver qué es lo que había pasado. Era una pesadilla. Ventanas y puertas estaban rotas y destrozadas. La gente estaba aterrorizada y lloraba. Había sangre en las calles. Era una zona de guerra.

Nunca olvidaré esta escena. No pude dormir por 48 horas, pero no era el único. Millones de libaneses estaban traumatizados. Más de 5 mil personas estaban heridas. Más de 150 inocentes perdieron su vida, y todavía aparecen cuerpos desaparecidos debajo de los edificios arruinados. Nuestras vidas nos fueron quitadas. El pueblo libanés que había sido testigo y vivía la experiencia del desastre económico de los últimos 8 meses ahora veía su puerto, el puerto de Beirut, destruirse. El puerto que controla el 80 por ciento del comercio del país ha sido arrasado.

Todavía no sabemos la verdad, y no estoy seguro si algún dirá alguien nos contará la verdad. (…)

Para mí una sola cosa estaba clara: nuestro estado era el responsable y nos destruyó. Nos robó nuestra juventud, nuestras memorias y nuestros sueños. (…)

El día siguiente me fui a dar una vuelta en los barrios armenios, y caminé por la densamente poblada Calle Armenia, una de las más largas de Beirut que va de Bourj Hammoud al final de Gemmayzeh el corazón cultural y cosmopolita de Beirut. Solo vi destrucción y dolor, miles de voluntarios ayudando gente que necesita ayuda y limpiando el quilombo; todo lo que escuché fue el sonido de vidrios rotos. Negocios han sido destruidos. Colapsaron edificios, pero en cada esquina de la calle hay un recuerdo de nosotros. Cada esquina me contaba su historia como si las piedras lloraran. Pasé por cada bar y restaurante que frecuentaba y me acordé. Me acordé de los lugares donde tomaba, reía y bailaba con amigos, el lugar donde me enamoré por primera vez, todo aplastado a tierra.

Beirut nunca volverá a ser lo que fue antes del 4 de agosto; su gusto desapareció. Ahora está llena de tristeza y agonía. Mis lágrimas no cesaban de caer, pero más que nada tenía mi corazón roto; no por lo que vi… sino por lo que sentí adentro.

Sentí profundamente un deseo de vengar, no por la pena que causaron a mi comunidad sino por el daño físico y psicológico que causaron a mi país. No obstante, un viento de cambio llegaba…

(…) El choque geopolítico por la seguridad energética en el Mediterráneo Oriental entre Turquía y Francia puede reflejarse en el Líbano. Más aún, la llegada de barcos y aviones de guerra franceses al puerto de Beirut podría dar a Ankara el pretexto de una intervención directa en el Líbano desde el puerto de Tripoli en el norte del Líbano. El Líbano enfrenta una amenaza existencial con su sistema político y económico en colapso, y actores regionales tratando de reconfigurar el futuro del Líbano por los años que vienen.

No obstante, todos estos esfuerzos no nos traerán de vuelta nuestras memorias de un Beirut con el cual nos habíamos enamorado en algún momento. El Líbano se está descomponiendo y la magra esperanza que tenemos en nuestros corazones en este momento depende de actores externos ya los actores locales perdieron la voluntad política de hacer cualquier reforma a un sistema corrupto.

Yeghia Tashdjian

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