Opinión

Djavajk, esa eterna olvidada

21 de marzo de 2017

DjavajkLa periodista Kristine Aghalaryan escribe en el sitio Hetq de Armenia -una página de información basada en estudios e investigaciones de marcado perfil realista y sobre todo independiente-, que durante las elecciones parlamentarias de 2012, sólo los partidos políticos Tashnagtsutiún y Yarankutiún incluyeron a Djavajk en sus plataformas electorales, agregando que en la campaña previa a los comicios programados para el próximo 2 de abril, sólo la FRA tiene un programa vinculado a los armenios que pueblan ese área del sur de Georgia.

"Establecer relaciones con Georgia basadas en la amistad y el respeto mutuo de los intereses nacionales. La profundización de los vínculos existentes impactará positivamente sobre el ejercicio de los derechos de los armenios de Djavajk y el resto de Georgia", dice el encabezado del artículo vinculado con esa región de mayoría poblacional armenia.

Djavajk es una histórica provincia ubicada en el límite fronterizo norte de Armenia. Tiene como sus ciudades más importantes a Ajalkhalak y Nonitsminda, además de Akhaltskha. La población de estos centros y sus alrededores es armenia en más del 90 por ciento y sus comunidades sufren el relegamiento a que son sometidos por el gobierno central que no respeta los derechos de sus ciudadanos. La comunidad armenia allí residente tiene enormes dificultades para sostener sus estructuras comunitarias y en sus más de cien escuelas es restringida la enseñanza del idioma armenio debido a la negativa de Tiflis a que utilicen libros de textos editados en Armenia.

Djavajk-También la religión apostólica armenia es resistida oficialmente y son frecuentes los conflictos con la iglesia ortodoxa local que ha usurpado decenas de iglesias armenias de la antigüedad y opone muchas trabas para la libertad de culto de los armenios. En momentos de la desintegración de la Unión Soviética, Djavajk tenía una población de alrededor de 150.000 armenios. Ese número decreció de la mano de la permanente crisis en que está sumergida nuestra comunidad y en la actualidad tal vez no sean mucho más de 100.000 los armenios allí residentes.

Pero nuestros compatriotas enfrentan también otros problemas. La cercanía de Turquía los amenaza permanentemente pues son claras las intenciones de Ankara de repoblar algunas poblaciones con turcos con la excusa de un desplazamiento anterior. Además, son muchos los azeríes que de a poco se están instalando al igual que los turcos comprando tierras y propiedades a precio vil.

¿Qué hace Armenia frente a este duro presente de sus hermanos de Djavajk? Prácticamente nada. En la agenda de su política exterior son escasas las menciones de esta cuestión y difícilmente las autoridades tengan la intención de complicar aún más sus débiles vínculos con Georgia intercediendo por los armenios que resisten en sus tierras natales.

Desde la independencia de Armenia el Tashnagtsutiún y sus organizaciones hermanas HOM y Homenetmen han bregado por establecer centros culturales, asistenciales y deportivos para intentar mejorar el nivel de vida de los armenios. En particular HOM tiene varios programas de ayuda con aportes económicos y becas para estudiantes.

Pero descansar en lo que puedan hacer dos o tres instituciones de la Diáspora es realmente un enorme error y una gran deslealtad para quienes sobreviven su identidad en tierras armenias en manos de un vecino que desconoce los derechos de sus minorías. La ausencia de políticas oficiales de nuestro gobierno preocupa y es aún más descorazonador que Djavajk sólo exista en las preocupaciones del Tashnagtsutiún.

Jorge Rubén Kazandjian

 

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