El adiós a una querida compañera

Hace algunas semanas partió para siempre nuestra querida Lucin Chorbadjian.
Su paso por la vida fue signado como todos los seres humanos, con luces y sombras, con penas y alegrías, con desarraigos y nostalgias. Pero la vida la premió con una familia ejemplar, aunque lejos de padres y hermanos.
Madre y esposa, abuela y bisabuela encantadora, supo siempre transmitir sus valores morales y sobre todo su profundo sentido de la amenidad.
Su paso por la vida institucional en HOM durante largos años y a través de distintos cargos, fue valioso y ejemplar, dónde con firmeza y persuasión logró plasmar las tareas emprendidas.
Nosotras, sus compañeras y amigas, nunca olvidaremos su don de gente, su dulzura y su gran sentido de la lealtad.
Nadie nunca parte para siempre, porque permanece en un rincón del corazón de quienes la quisieron en vida y aún trascendiendo su propia muerte.
Querida Lucin, que Dios te tenga en la gloria, tus amigas.