El mapa más antiguo del mundo vincula el relato bíblico del Arca de Noé con el Reino de Urartú, antecesor de los armenios

24 de enero de 2025

Un reciente descubrimiento arqueológico podría aportar nueva luz sobre el relato del Arca de Noé, vinculado directamente con la historia y los símbolos identitarios del pueblo armenio. Investigadores del Museo Británico descifraron el Imago Mundi, una tablilla babilónica de 3.000 años de antigüedad, considerada el mapa más antiguo del mundo, que contiene referencias a Urartú, la región donde, según los textos antiguos, se habría posado el arca tras el diluvio universal.

El Reino de Urartú, mencionado en múltiples fuentes históricas, es reconocido como el antecesor directo del pueblo armenio. Su territorio abarcaba gran parte de lo que hoy comprende Armenia, Turquía e Irán, y su legado cultural está estrechamente vinculado al Monte Ararat, la montaña sagrada que se convirtió en símbolo máximo de la identidad armenia.

Desciframiento del Imago Mundi

El arqueólogo británico Irving Finkel, junto a su estudiante Edith Horsley, logró decodificar claves e instrucciones contenidas en la tablilla babilónica. Según explicaron, esta pieza, descubierta en Irak en 1882, describe el mundo conocido por los babilonios en el siglo VI a. C. y contiene una referencia clave: el término “parsiktu”. Este vocablo aparece también en otra tablilla babilónica que narra la historia de un barco que sobrevivió a un gran diluvio, estableciendo un vínculo directo con el relato bíblico.

El término se interpreta como una descripción del tamaño de una nave capaz de enfrentar un desastre climático, y se incluye en el texto como una "clave secreta" para los viajeros que transitaran la región. Estas pistas fortalecen la teoría de que el Monte Ararat, ubicado en el corazón de la Armenia histórica, es el lugar donde el Arca de Noé llegó al descanso tras el diluvio.

El Monte Ararat, venerado como símbolo de la nación armenia, no solo es un emblema espiritual y cultural, sino que también se erige como un testimonio de la rica herencia del Reino de Urartú. Este reino, que prosperó entre los siglos IX y VI a. C., dejó un profundo impacto en la identidad armenia moderna, manteniendo viva una conexión milenaria con su tierra y su historia.

El hallazgo del Imago Mundi refuerza los relatos bíblicos y subraya cómo las civilizaciones antiguas registraban eventos, creencias y conocimientos geográficos.

Aunque el descubrimiento generó interés global, los arqueólogos advierten que la ubicación exacta del Arca de Noé sigue siendo un misterio. Sin embargo, este descubrimiento pone en valor la importancia del Monte Ararat y su entorno como un lugar clave tanto en la historia bíblica como en la identidad armenia.

La conexión entre el relato del Arca de Noé, el Reino de Urartú y el Monte Ararat es un recordatorio del papel fundamental de la arqueología en la reconstrucción de las creencias y vivencias de las civilizaciones pasadas. Este hallazgo invita a reflexionar sobre el vínculo entre mitología, religión e identidad cultural en una región que sigue siendo un crisol de historia y significado espiritual pero castigada por la inestabilidad militar.

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