El Primer Ministro de Armenia entrega a su pueblo

24 de mayo de 2023

Nikol Pashinyan, primer ministro de Armenia, acaba de dar un paso que nadie dio en la historia. El lunes 22 de mayo quedará en la historia como uno de los días más vergonzosos de la humanidad.

Pashinyan dijo que su gobierno está dispuesto a reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán, con Nagorno Karabaj dentro. Para que una persona argentina lo entienda, es como si un presidente un día dijera que está dispuesto a reconocer la soberanía británica sobre nuestras islas Malvinas.

Peor, mucho peor que eso. Porque las Malvinas son una herida para el pueblo argentino, pero ahí no hay argentinos en peligro. En cambio, Nagorno Karabaj es lo mismo, pero habitado por 150.000 armenios, casi la totalidad de los habitantes son armenios. Y si llegaran a quedar bajo un gobierno azerí, sería muy probable el peligro de que se repita un genocidio como el cometido por los turcos contra los armenios hace 100 años.

Nagorno Karabaj quiere decir "el montañoso Karabaj" y los armenios lo llaman Artsaj. Es un territorio armenio desde hace miles de años, como muchos de los que perdió ese pueblo en distintas ocupaciones, guerras y genocidios. Pero Nagorno Karabaj no se perdió. Formó parte de la primera República de Armenia, entre 1918 y 1920. Y luego quedó en Transcaucasia dentro de la URSS. Hasta que Stalin con sus movimientos de población aleatorios, lo puso dentro de Azerbaiyán.

Pasó todo el siglo 20 y cuando la URSS crujía por todos lados, luego de la Glasnot, la Perestroika y la caída del Muro de Berlín, los armenios declararon la independencia de Nagorno Karabaj en 1991. Al igual que otros pueblos de la ex URSS.

Sobrevino una guerra entre Armenia y Azerbaiyán que terminó en 1994 con triunfo armenio. Pero los problemas siempre siguieron y Nagorno Karabaj funcionó hasta ahora como un Estado, pero sin reconocimiento internacional.

En el 2020, en plena pandemia, Azerbaiyán volvió a atacar a Karabaj y hubo otra guerra contra Armenia, que ganó Azerbaiyán con la ayuda militar directa de Turquía e Israel e indirecta de Estados Unidos. Armenia no sólo perdió algunos territorios aledaños, sino, sobre todo, 5 mil vidas. Los problemas siguieron.

Pero nunca nadie pensó que alguien podría llegar a un grado tan extremo de traición como este Pashinyan, que acaba de decir que entregará un país con 150.000 personas a los lobos, como quien entrega una estancia con los criados adentro.

¿Qué puede pasar ahora? O hay una revuelta en Armenia para echar del poder a un indigno traidor, o los armenios de Karabaj estarán en serio riesgo de una nueva limpieza étnica.

Lo que es seguro, es que esta circunstancia, lejos de traer paz a la región, cebará más a las fieras. El gobierno de Azerbaiyán encabezado por Ilham Aliyev, al ver debilidad en su contraparte, irá por la mismísima Armenia. Es decir, inexorablemente, más tarde o más temprano habrá otra guerra en el Cáucaso. A menos que intervenga alguna potencia mayor para parar esta locura.

¿Quién debería intervenir? Rusia y China. Los más interesados en mantener estabilidad y paz en la región. Rusia, porque el Cáucaso siempre fue su "patio trasero". China, porque es parte fundamental de la Nueva Ruta de la Seda.

¿Estados Unidos? A ellos les conviene que haya inestabilidad, para crearle problemas a Rusia. Siempre y cuando el ganador sea Azerbaiyán, para que les siga vendiendo su petróleo y su gas.

Veremos.

Mariano Saravia
Magister en Relaciones Internacionales
Galardonado con la distinción Hrant Dink 2009 entregada por el Consejo Nacional Armenio de Sudamérica

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